Nuestro país aparece un año más en la lista de países con desequilibrios económicos por el paro y el alto nivel de deuda.
Pedro Sánchez presume de haber puesto en marcha desde su llegada al poder un “escudo social” y ha proclamado como uno de los objetivos centrales de su nuevo mandato “priorizar las políticas sociales”. Sin embargo, tras cinco años y medio como presidente del Gobierno, España se sitúa a la cola de la Unión Europea en el primer ranking de indicadores sociales que acaba de publicar la Comisión de Ursula von der Leyen.
Un mecanismo de alerta entre cuyas principales impulsoras se encuentra precisamente la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Precisamente, el informe de Bruselas se discute en el Consejo de Empleo y Asuntos Sociales de la UE que se celebra este lunes en Bruselas, el último bajo presidencia española. “Somos un Gobierno que va a defender más que nunca las políticas sociales, la Europa social y las políticas públicas progresistas”, ha dicho Díaz a su llegada a la reunión.
Sin embargo, de los 16 indicadores que utiliza Bruselas para elaborar su ranking social, nuestro país registra resultados negativos en un total de 10. El resultado es que España es uno de los siete Estados miembros señalados por el Ejecutivo comunitario por “riesgos potenciales para la convergencia social ascendente”, junto con Bulgaria, Estonia, Hungría, Italia y Rumanía. Para estos siete países, la Comisión anuncia “un análisis más profundo” sobre los riesgos sociales.
“El mercado laboral español se enfrenta a dificultades sustanciales, a pesar de su sólida recuperación”, comienza el estudio de la Comisión. El primer indicador negativo es la tasa de empleo, que aumentó al 69,5% en 2022, superando el nivel anterior a la pandemia del 68%. “Sin embargo, sigue estando muy por debajo de la media de la UE del 74,6%”, señala el informe.
España sigue siendo el país de la UE con más desempleo. Pese a su mejora, la tasa de paro española y el desempleo de larga duración continuaban duplicando en 2022 la media comunitaria (12,9% frente al 6,2% y 5% frente al 2,4%, respectivamente). En cuarto lugar, el porcentaje de NINIS (jóvenes que ni estudian ni trabajan) ha mejorado hasta el 12,7%, pero todavía está en un nivel que requiere vigilancia.
El paro juvenil continúa siendo elevado, alcanzando el 52,4% en Melilla, el 44,4% en Ceuta y el 43,9% en Canarias. En sexto lugar, el crecimiento de los ingresos disponibles brutos per cápita de los hogares sigue en niveles “críticos” y todavía está por debajo del valor de referencia de 2008.
La proporción de personas que abandonan prematuramente la educación y la formación aumentó ligeramente en 2022, hasta el 13,9% (frente al 9,6% en la UE), lo que supone empeorar de alerta amarilla a roja. “Persisten las disparidades regionales, con niveles particularmente altos en el este y en el sur y un empeoramiento de los resultados en las regiones oriental y noroccidental”, dice el informe.
La tasa de riesgo de pobreza y exclusión social (26%) y el índice de desigualdad de ingresos (5,6%) “son todavía relativamente altos”. En noveno lugar, la proporción de niños en riesgo de pobreza se mantuvo en el 32,2% en 2022 (7,5 puntos por encima de la media de la UE) y lleva en situación crítica los tres últimos años. En este contexto, el impacto de las ayudas sociales en la reducción de la pobreza es relativamente bajo (27,4% frente al 35,3% en la UE).
Entre los únicos indicadores sociales en los que España registra números verdes se encuentra la brecha de empleo de personas con discapacidad (entre los mejores resultados de la UE). Nuestro país obtiene también un rendimiento mejor que la media comunitaria en conocimientos informáticos, con un 64,2% de los adultos con al menos habilidades digitales básicas (frente al 53,9% en la UE), “lo que facilita las transiciones digital y verde y el reciclaje de la fuerza laboral”.
España está también mejor que la media europea en necesidades médicas no satisfechas y en tasa de niños menores de tres años en cuidado infantil formal, aunque ésta ha disminuido significativamente en 2022 (del 55,3% al 48,6%) por problemas de capacidad adquisitiva. Finalmente, nuestro país se encuentra en el promedio comunitario por lo que se refiere a la brecha de empleo femenino y la sobrecarga del coste de la vivienda.
Desequilibrios económicos
En paralelo, la Comisión Europea ha situado un año más a España entre los Estados miembros con desequilibrios económicos que requieren tomar medidas correctivas. Un grupo en el que están también Chipre, Alemania, Grecia, Francia, Hungría, Italia, Países Bajos, Portugal, Rumanía, Suecia y Eslovaquia. El Ejecutivo comunitario preparará nuevas evaluaciones en profundidad para 2024. En el caso de España, cinco indicadores superaban en 2022 los umbrales de riesgo: la posición internacional neta, la cuota de mercado de las exportaciones, los costes laborales unitarios nominales, la deuda pública y la tasa de desempleo.
Por su parte, la tasa de deuda de los hogares muestra una tendencia constante a la baja. Alcanzó el 52% en 2022 y ha seguido reduciéndose hasta su nivel más bajo desde 2022. Debido a la subida de tipos que comenzó el año pasado, el coste de las nuevas hipotecas se ha duplicado entre mediados de 2022 y mediados de 2023.
El impacto del endurecimiento del crédito en los préstamos existentes se ve parcialmente mitigado por la baja presencia de hipotecas a tipo variable entre los nuevos préstamos, ya que sólo el 21% de las nuevas hipotecas tienen un periodo de fijación de tipos inferior a 1 año, frente al 68% hace una década. Al mismo tiempo, el stock de hipotecas vigentes con tipos variables sigue siendo importante.
La tasa de morosidad siguió bajando en 2022 pero todavía representa más del 3% de todos los préstamos a los hogares. El crecimiento del precio de la vivienda se aceleró hasta el 7,4% en 2022, lo que contribuyó a que los precios de la vivienda estuvieran sobrevaluados en alrededor del 15%. No obstante, el aumento del precio de la vivienda se ha moderado en los últimos trimestres gracias al aumento de tipos y la caída de las transacciones.
Fuente: Invierta