¡ BASTA YA DE LUGARES COMUNES Y DE QUEJAS INFANTILOIDES !

Evidentemente TODO ES POLÍTICA, entendida ésta como debate ideológico, pero…

 

El “poder político”: el poder legislativo, el Parlamento (Congreso y Senado), que hace las leyes y el poder ejecutivo, el Gobierno que aplica las leyes, en principio en una democracia, se ejerce por los representantes elegidos para ello por los propios ciudadanos. La elección de dichos representantes se vehiculiza generalmente a través de los partidos políticos que se presentan a las respectivas elecciones ciudadanas. El poder judicial aunque constituido, en principio, corporativamente por profesionales del Derecho también está condicionado, al menos en sus órganos de gobierno, por el poder político delegado a los partidos políticos.

 

Cierto es que los partidos políticos en toda Europa son, cada vez más, simples plataformas electorales de los líderes de turno que ansían, legítimamente, ejercer el poder político pero ya no tienen un entramado ideológico compacto y coherente basado en una ideología general económica y social, más allá de los términos puramente electoralistas, y han dejado de ser, en general, el cauce adecuado para que el ciudadano haga valer su opinión y su voz en cuestiones cotidianas.

 

Muchos afirman que este país (España) no tiene arreglo pues los políticos “van a lo suyo” ignorando las necesidades del “pueblo” (léase los ciudadanos) al que deberían representar.

No se trata de defender al actual Gobierno de coalición ni a los anteriores Gobiernos de España, pero en comparación con actuales y recientes Gobiernos de, por ejemplo, EEUU (Donald Trump), Inglaterra (Boris Johnson y David Cameron  -“el del Brexist”-), Francia (el ecléctico Emmanuel Macron) o de Italia Mario Draghi (al cual no ha votado nadie simplemente porque está designado “a dedo”), tampoco parece que los actuales “mandamases” de España sean (o hayan sido) tan “espeluznares

 

Evidentemente hay muchas cuestiones muy sensibles sobre las que es preciso actuar de forma urgente políticamente (desde “el poder” legítimamente constituido), y que el actual Gobierno (con su torpeza congénita) pretende resolver, fundamentalmente para sanear sus cuentas accediendo así al maná de los fondos europeos. Sin pretender ser exhaustivos sobre cuestiones laborales-sociales podemos apuntar los siguientes temas urgentes:

  • Pensiones públicas de jubilación dado que es la partida más elevada de los presupuestos generales del Estado, lo que pone en alarma los propios gastos del Estado, tanto por su enorme coste como también, y fundamentalmente, por su incremento imparable en años sucesivos, aunque solo sea por cuestiones demográficas. Además disparan la deuda pública (que antes o después habrá que devolver en el futuro) y que ya tiene un coste en intereses casi inasumibles, como que dichos gastos provocan disminuir otras partidas del Estado (Sanidad, Educación, Justicia, Infraestructuras,…)
  • Mercado laboral, con unos datos inasumibles (económica y socialmente) del desempleo en comparación con el resto de países de la UE (tasa de empleo general y juvenil, tasas de temporalidad y precariedad general,…)
  • Ineficacia de la Justicia para resolver en tiempo los innumerables conflictos que genera una legislación laboral y social excesivamente rígida, enrevesada y confusa

 

Ante la decepcionante gestión del actual Gobierno es estas cuestiones, afortunadamente existen numerosos Colectivos/Plataformas/Movimientos más o menos reivindicativos sobre cualquier asunto que afecte a los ciudadanos, pero también es cierto que, lamentablemente, la inmensa mayoría de ellos están contaminados por los partidos políticos (plataformas electorales) que buscan en ellos una vía de apropiarse de esas reivindicaciones legítimas como simple propaganda de sus propios intereses electorales.

 

A pesar de ello, la información rigurosa no puede ser nunca excusa para la inactividad o el derrotismo, al contario, debe ser el motor para la actividad y el intento (aunque sea vano) y cambiar lo que no nos gusta. Hay que acometer nuevas metas porque ello mejorará nuestra autoestima, pero evitando que los sentimientos extremos, especialmente la envidia, el odio y la ira, nos desvíen del verdadero objetivo.

 

Y “lo demás” son lamentos, quejas y desahogos, que son estériles y provocan el “síndrome del victimismo” que disminuye la capacidad de resolver problemas y erosiona el buen humor necesario para afrontar cualquier “adversidad de la vida”

 

CARPE DIEM, QUAM MINIMUM CREDULA POSTERO

(disfruta del momento, confía mínimamente en el futuro)

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