El día 27 de enero de 2021, la Comisión Europea editó un documento que lleva por título “Libro verde sobre el envejecimiento”. Ya en su inicio, en la página 2, afirma: “Los Estados miembros abordan estas repercusiones del envejecimiento mejorando los sistemas educativos y de capacitación, fomentando una vida laboral más prolongada y plena e impulsando reformas en los sistemas de protección social y de pensiones”.
Tres elementos que se mantienen en todo el texto: trabajar más años, reforma del sistema de pensiones cuya traducción a lenguaje común es igual a recortes, y extensión de los fondos de pensiones complementarios.
En la página 13 vuelve a incidir con el siguiente texto: “Para garantizar que estas (las pensiones) siguen siendo adecuadas teniendo en cuenta el aumento de la esperanza de vida, la gente, tendrá que trabajar durante más tiempo en el futuro” .
La responsabilidad no recae en las partidas presupuestarias, ni las políticas fiscales. No, la responsabilidad recae en el aumento de la esperanza de vida de hombres y mujeres de los propios trabajadores pues, en definitiva, suya es la responsabilidad de vivir demasiados años y suya es la responsabilidad del desequilibrio presupuestario.
A los actualmente jubilados, difícilmente les van a quitar la pensión actual, aunque no puede desecharse la idea de que ésta sufra recortes como ya sucedió en Grecia como exigencia de la Comisión Europea, la misma que habla de envejecer con salud en el libro verde sobre el envejecimiento.
Continúa el documento aludido en su página 15: “Se ha puesto de relieve en diversas ocasiones el desafío de mantener unas pensiones adecuadas, justas y sostenibles en una sociedad que envejece y la necesidad de las personas de acumular ahorros adicionales. No obstante, a falta de otras reformas, es probable que el mayor número de pensionistas y la menor cantidad de personas en edad laboral lleven a unos porcentajes de cotización más elevados y a unas tasas de sustitución de las pensiones inferiores con el fin de garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas”.
”Acumular ahorros adicionales” pagando un fondo de pensiones, “aumentar las cotizaciones obreras”, es decir rebajar el salario real, a la par que se propone disminuir las cotizaciones patronales. Y el juego de palabras de las “tasas de sustitución” que no es otra cosa que el porcentaje cobrado por jubilación respecto al último salario, que según el informe “Pensions at a Glance” editado por la OCDE en 2019, en España la pensión representa un 72,3 % del salario medio, cuando en Francia es de un 60%, Alemania un 38,7% y en Gran Bretaña un 21,7%. Casi podemos afirmar que la pretensión de la Comisión Europea no es otra que homogeneizar las tasas de sustitución de todos los países para llevarlas a los porcentajes de Alemania.
Además en la página 16 del citado libro verde señala que: “Se debe concienciar a los ciudadanos acerca de la situación de sus derechos de jubilación. Unas pensiones complementarias de calidad, seguras y rentables, incluido el producto paneuropeo de pensiones individuales, que complementen los regímenes de pensiones pueden ofrecer ahorros de jubilación adicionales”.
A los que actualmente están ya jubilados, tal vez les repercuta en algo sus ingresos, pero a los que todavía no han alcanzado la edad de jubilación, el descalabro puede ser brutal. Aunque parece ser que no importe mucho, puesto que las grandes protestas contra los atentados al sistema de pensiones, han ido de la mano de las personas jubiladas, con escasa o nula participación de los obreros en activo.
La perspectiva no es nada halagüeña, ya que el pretendido milagro europeo de la transición digital y la industria 4.0, con sus perspectivas de grandes incrementos de la productividad y beneficios empresariales, pretende emular los milagros orientales de Corea. Japón, China, Indonesia o India, países en los cuales el porcentaje de personas que continúan trabajando a partir de los 65 años hasta los 69, es del 35 al 50%.
Si los jóvenes trabajadores europeos no enfrentan decididamente estas constantes agresiones, deberán exprimir a sus padres y abuelos para llegar a fin de mes, mientras éstos estén vivos y cuenten todavía con una pensión decente.
PREVISIÓN DE LA EDAD LABORAL MÁXIMA NECESARIA PARA MANTENER CONSTANTE EL TAMAÑO DE LA POBLACIÓN EN EDAD LABORAL, 2040
Se muestra el aumento de la vida profesional necesario para contrarrestar el envejecimiento de la población en las regiones de la UE. Se prevé que la población en edad laboral solo aumente en una de cada cinco regiones de la UE entre 2020 y 2040. Las empresas de regiones con una disminución de la población en edad laboral tienen una mayor probabilidad de afrontar una escasez de mano de obra si no se produce un aumento de la movilidad laboral. Como resultado, tendrán que hacer una mayor inversión en tecnologías que permitan ahorrar mano de obra y en innovación solo para producir la misma cantidad de bienes y servicios
Fuente: Libro verde sobre el Envejecimiento