Aunque Europa desmiente los datos que maneja, el Gobierno aprueba el anteproyecto de ley para rebajar la jornada a 37,5 horas: «Es un día histórico»

El Consejo de Ministros ha dado luz verde al anteproyecto de ley para la rebaja de la jornada laboral hasta las 37,5 horas semanales, sin pérdida de salario, tras haber superado las diferencias que mantenían los Ministerios de Trabajo y de Economía sobre su aplicación.

De hecho, los titulares de ambos ministerios, Yolanda Díaz y Carlos Cuerpo, han coincidido en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros junto a la ministra portavoz, Pilar Alegría, que ha calificado de «paso histórico» la aprobación de la reducción de la jornada laboral.

En la misma línea, la vicepresidenta Díaz ha afirmado que hoy es un «día histórico» para los 12 millones de trabajadores que se verán beneficiados de la reducción de jornada cuando ésta entre en vigor.

«Hoy es un día en el que merece la pena formar parte del Gobierno de España (…) Han transcurrido más de 41 años en los no se ha modificado la reducción o la jornada laboral en nuestro país. También es un día histórico en Europa. Hace más de dos décadas que ningún Estado miembro reduce la jornada laboral en Europa», ha subrayado Díaz.

El anteproyecto es fruto del acuerdo que firmaron el pasado mes de diciembre el Ministerio que dirige Yolanda Díaz y CCOO y UGT y del que quisieron quedarse fuera las organizaciones empresariales CEOE y Cepyme, al entender que la jornada laboral es una materia que debe fijarse vía negociación colectiva.

La vicepresidenta segunda ha resaltado que «el trabajo es un medio, no una mercancía» y que las personas «no viven para trabajar, sino que trabajan para vivir».

Díaz ha asegurado además que esta medida es una de las grandes transformaciones del mercado laboral propiciada por el Gobierno, junto a la reforma laboral y la subida del salario mínimo, y contribuye a «modernizar España», reducir el absentismo, mejorar la productividad y aumentar la igualdad.

Para la vicepresidenta, lo más importante de este anteproyecto es la reformulación del control horario, a través de su digitalización, que ha definido como la medida «estrella» de esta norma. «El registro horario va a ser modificado, va a ser propio del siglo XXI, va a ser digital, interoperable, con control remoto y en el que la Inspección de Trabajo va a saber en tiempo real cuáles son las jornadas que cualquiera va a hacer», ha explicado la ministra.

Al mismo tiempo, ha resaltado que el anteproyecto para la rebaja de jornada incluye el derecho irrenunciable a la desconexión digital. «Ningún trabajador ni trabajadora española va a tener que responder a un mail, a una llamada, ni siquiera de un ministro o ministra, cuando estén fuera de su jornada laboral», ha apuntado.

El calendario previsto

Una vez aprobado, este anteproyecto recibirá los preceptivos informes del Consejo de Estado y del CES antes de volver al Consejo de Ministros como proyecto de ley, lo que Trabajo estima que se producirá en torno a finales de febrero. Después, cerca de principios de marzo, entrará ya en el Congreso, donde los grupos parlamentarios podrán introducir enmiendas antes de su aprobación definitiva.

El objetivo de Trabajo es que la norma esté publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) antes de verano para que las empresas puedan tener unos meses de adaptación, pues, según lo acordado, los convenios colectivos que tengan más de 37,5 horas semanales de jornada en promedio anual tendrán hasta el 31 de diciembre de 2025 para adaptarse a la jornada máxima de 37,5 horas.

«Hoy nuestro país vuelve a hacer historia», ha señalado la ministra, que ha destacado que esta norma es «hija» del diálogo social, aunque no haya contado con el apoyo del mundo empresarial. «A pesar de que el acuerdo es bipartito, tiene el marchamo de algo muy importante, del diálogo social», ha remarcado la líder de Sumar.

Así, ha indicado que el Gobierno mantiene dos ejes claros de política económica: reforzar el crecimiento y que ese crecimiento sirva para avanzar en conquistas sociales como las 37,5 horas.

Los datos de la UE desmienten a Yolanda Díaz: la jornada semanal media es de 36,4 horas

Bruselas, a través de Eurostat, acaba de cerrar el estudio del mercado laboral de la Unión Europea en 2023. Sus datos desmontan el relato de la dirigente de Sumar, pues el promedio de horas trabajadas en España en ese año fue de 36,4 horas. Es decir, apenas tres décimas más que la media de toda la UE.

El promedio de horas semanales habituales es el número de horas normalmente trabajadas por semana en la labor principal. Comprende todas las horas, incluidas las adicionales, remuneradas o no remuneradas, que la persona trabaja normalmente. Excluye el tiempo de viaje entre el hogar y el lugar de trabajo, el tiempo de la pausa principal para comer, la educación y la formación no relacionada con el trabajo. También incluye actividades de producción, actividades auxiliares (viajes entre diferentes lugares de trabajo, gestión de personal), educación y formación necesarias para llevar a cabo el trabajo.

Tal y como refleja la estadística de Eurostat  las horas de trabajo medias reales por semana difieren entre los países de la UE, lo que se puede comprobar en el mapa que aparece abajo. En él se observan distancias enormes entre las 32,2 horas de Países Bajos y las 44,2 horas de Turquía. En la banda media está España, junto a Francia (36 horas), Italia (36,2 horas) y Suiza (con 36,2 horas).

Asimismo, según los datos estadísticos de Eurostat, el 37,1 % de las personas empleadas trabajaron en 2023 de media entre 40 y 44,5 horas a la semana, mientras que solo el 7,1 % registró menos de 20 horas reales de trabajo a la semana en el trabajo principal. El rango de 40-44,5 horas de trabajo reales representa la mayor proporción en la mayoría de los países, excepto en Irlanda, Finlandia, Bélgica, Francia y Dinamarca, donde la mayor proporción de personas empleadas fue para el rango de 35-39,5 horas trabajadas promedio por semana.

En ese mismo rango de horas (40 a 44,5) es también donde se muestran las mayores diferencias entre países. De hecho, las mayores proporciones se registraron en Bulgaria (82,2 %), Rumanía (80,2 %) y Letonia (77,7 %). Los porcentajes más bajos se registraron en Bélgica (16,1 %), Francia (13,3 %) y Dinamarca (10,6 %).

En cuanto a la modalidad de trabajo a tiempo parcial, a tiempo completo y por sexos, los hombres que trabajaron a tiempo completo lo hicieron de media 39,8 horas semanales, frente a las 37,8 horas de las mujeres del mismo grupo. En el caso de las mujeres, la semana laboral más larga se registró en Rumanía (39,5 horas), Letonia (39,4) y Grecia (39,3), mientras que la semana laboral más corta se detectó en los Países Bajos (35,2 horas), Finlandia (35,7) e Irlanda (36,5).

En cuanto a los hombres, siete países de la UE tuvieron una semana laboral superior a 40 horas de media, en particular Grecia (42,5 horas semanales), Chipre (41,3) y Polonia (41,1). Los hombres empleados a tiempo completo trabajaron menos horas por semana en Finlandia y Luxemburgo (cada 38,4 horas), así como en los Países Bajos y Suecia (cada 38,8 horas).

Algo de historia

Las pésimas condiciones de trabajo y las jornadas maratonianas de la Revolución Industrial impulsaron la movilización de los trabajadores por la reducción de la jornada laboral a 8 horas (entonces podían alcanzar las 16 horas diarias).

En España, la reivindicación de la jornada de 8 horas, no fue atendida hasta 1919. En 1919, España se convirtió en el primer país europeo en adoptar la Ley de Jornada de Ocho Horas, que redujo la jornada laboral a 8 horas diarias, 48 horas semanales y 240 horas mensuales. El «decreto de la jornada de ocho horas» fue aprobado y firmado por el rey Alfonso XIII el 3 de abril de 1919, aunque no entró en vigor hasta varios meses más tarde.

Una década después, la Segunda República Española aprobó en 1931 la Ley de Jornada de Trabajo, que redujo la jornada laboral a 40 horas semanales. Ley que fue derogada años más tarde por la dictadura franquista.

La jornada laboral de 48 horas semanales en España estuvo vigente hasta 1976, cuando se redujo a 44 horas semanales. Con la llegada de la democracia y en aras de seguir mejorando de las condiciones de trabajo, la jornada laboral experimentó un nuevo cambio.

Cuando Felipe González se hizo con la presidencia del Gobierno en 1982, los socialistas prometieron aprobar la jornada de 40 horas semanales, sin reducción de salario y la ampliación de las vacaciones a 30 días naturales. Así, cumpliendo su promesa, a finales de diciembre de 1982 el Consejo de Ministros aprobó la jornada laboral de 40 horas semanales para que entrara en vigor a mediados del año siguiente.

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