ASIGNATURA PENDIENTE EN PENSIONES: EL GASTO EN PENSIONES DE VIUDEDAD CRECE UN 28% TRAS PARARSE LA REFORMA DE 2020

 

La modificación de la prestación forma parte de las recomendaciones del Pacto de Toledo

El número de beneficiarios permanece estancado, pero la nómina sube por la revalorización

 

Las pensiones por viudedad suponen el 16% de la nómina de la Seguridad Social, el segundo desembolso más elevado tras el pago de las prestaciones por jubilación. En concreto, esta partida también llamada de muerte y supervivencia, alcanzó casi 2.200 millones, en abril. Una cifra que supera en un 28% a la que había hace cinco años. Un espectacular incremento que no responde a un mayor número de pensionistas, de hecho, se observa un ligero descenso del 0,15% en el periodo, sino a la revalorización de la prestación.

 

Con el objetivo de racionalizar el gasto en esta rama de las pensiones, la comisión del Pacto de Toledo planteó en 2020 una pensión modulada según el nivel de renta. Con ello se quería limitar el desembolso en las personas viudas que están en edad de trabajar (un tercio del total aproximadamente) y que perciben un salario. Esta medida habría ayudado a reducir el gasto en pensiones sin restar protección a las personas mayores de 65 años que pierden a su pareja. Pese a ello, la reforma de la pensión de viudedad quedó olvidada en 2020 y así seguirá durante más tiempo ante el nulo interés del Ministerio liderado por Elma Saiz por recuperarla. Se convierte así en una asignatura pendiente más. Ello pese a que cada año supone un desembolso cada vez mayor para una Seguridad Social con una deuda en niveles récord.

La nómina mensual de la prestación por viudedad ha crecido un 28% en cinco años. Así lo desprende la última estadística publicada por el Ministerio de Seguridad Social a finales del mes de abril (esta es la cifra que surge al comparar el cuarto mes del año de 2020 con el de 2025). El número de pensionistas permanece prácticamente estancado –con un ligero descenso del 0,15%–, mientras que la revalorización presiona al alza el importe mensual dedicado a pagar la prestación. Al comparar los últimos años completos disponibles (2020 frente a 2024), el incremento es del 23%.

 

Reforma pendiente

Se trata de una de las reformas pendientes de Seguridad Social desde 2020, cuando el Pacto de Toledo incluyó su modificación en favor de la pensión de orfandad entre las recomendaciones. Es, en concreto, la recomendación número 13 (de un total de 21).

 

Además, según detalla el texto emitido por el Pacto de Toledo de 2020 y publicado en el Boletín Oficial de las Cortes, la comisión propone llevar a cabo de manera gradual la reformulación integral de las prestaciones por muerte y supervivencia –en especial la de viudedad–. Realmente la demanda ya se origina en 2003; sin embargo pese a los avances, no fue llevado a término en su totalidad en la reforma de 2007. Tampoco lo ha hecho hasta ahora con la reforma que comenzó en el año 2021 y que todavía da sus últimos pasos.

 

Los últimos movimientos del Gobierno respecto a la reforma de la prestación fueron justo hace un año. En abril de 2024 el Ejecutivo planteaba que la pensión de viudedad tuviera en cuenta los años cotizados del fallecido a la hora del cálculo. Lo hizo Saiz en su primera comparecencia como ministra ante la comisión del Pacto de Toledo en el Congreso, cuando apuntó a esta vía como una de las «líneas de acción» para cumplir con el mandato de «una reforma integral y gradual». La otra línea, detalló entonces la ministra, pasa por garantizar la protección de las personas beneficiarias de 65 o más años cuya pensión suponga su principal fuente de ingresos.

 

Un año después, el Ministerio no ha movido ficha. Fuentes del Departamento consultadas por este diario explican que, en estos momentos, las prioridades son la reformas de la jubilación flexible –ya pactada en la reforma de Escrivá para el mes de junio– y las altas progresivas –que la ministra prevé aprobar este año–, ambas se encuentran en proceso de negociación con los agentes sociales.

 

Actualmente, para calcular la cuantía de la pensión de viudedad se tiene solo en cuenta la base reguladora del fallecido siendo, con carácter general, el 52% de esa base, aunque puede elevarse hasta el 70% en algunos casos. La reforma de las prestaciones por viudedad y orfandad, además, no aparece en el Plan Anual Normativo para 2025, que recoge los cambios legislativos para este ejercicio.

 

 

Las cifras

La pensión de viudedad es la segunda partida de más gasto dentro de la nómina de pensiones que paga mes a mes la Seguridad Social, solo detrás de la prestación por jubilación (que se lleva el 73% del presupuesto, 9.882 millones). En concreto, supone el 16% del total, 2.192 millones de euros. Además, ha experimentado sucesivos aumentos derivados de la revalorización. Entre 2020 y 2025 la nómina ha aumentado un 0,9% en 2021; un 2,5% en 2022; un 8,5% en 2023; un 3,8% en 2024 y un 2,8% en 2025.

 

El perfil actual de persona que cobra la pensión por viudedad es una mujer (en el 91% de los casos) que cobra de media 962,41 euros al mes y que tiene 79 años. No obstante, aunque la edad media es elevada, existen beneficiarios que todavía se encuentran en edad de trabajar. En concreto, según las cifras del mes de abril, existen un total de 306.047 personas que cobran la prestación y que tienen menos de 64 años (y por tanto se encuentran por debajo de la edad de jubilación). Los 2.043.187 beneficiarios restantes sí superan dicha edad.

 

La pensión de viudedad se origina por la dependencia económica que existía en el pasado entre mujeres y hombres, con el objetivo de proteger a estas primeras del fallecimiento de su marido. Ahora, sin embargo, la propuesta de reforma supone adaptar la prestación «a las nuevas realidades sociales y a las circunstancias socioeconómicas de los beneficiarios, a fin de mejorar la protección de los pensionistas sin otros recursos». En concreto, el texto menciona el proteger especialmente a que las personas mayores de 65 años, cuya pensión constituye su principal fuente de ingresos, y mejorar la cuantía de la pensión por orfandad.

 

La recomendación número 13

La comisión del Pacto de Toledo, aprobó en octubre de 2020 (antes de la reforma Escrivá) un total de 21 recomendaciones, un documento que tiene que servir de base para las reformas que debe acometer el Gobierno. Lo hizo con todos los grupos políticos a favor a excepción de Vox y entre las propuestas incluía diversos cambios. Entre ellos, la comisión indicaba la necesidad de reformar las pensiones de viudedad y orfandad.

 

Las medidas propuestas defienden el carácter contributivo de la prestación; aunque consideran que debe enfocarse en la protección de los mayores de 65 años (cuya pensión constituye su principal fuente de ingresos) y suponer un beneficio para la de orfandad. Para ello, la comisión sugería tomar en consideración para su fórmula de cálculo los periodos de cotización acreditados por el fallecido.

Fuente: El gasto en pensiones de viudedad crece un 28% tras pararse la reforma de 2020

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