Los países del Este de Europa crecen con mayor intensidad y sin desequilibrios
La economía de España se encuentra en un momento relativamente dulce. El PIB está creciendo con mayor fuerza que en los grandes países de la zona euro y el desempleo se encuentra en mínimos de los últimos años. Sin embargo, este crecimiento coyuntural no borra las décadas de estancamiento de la productividad, el mal desempeño del mercado laboral y la intensidad en sector de bajo valor añadido del sector productivo. Con todo ello, el Fondo Monetario Internacional ha revelado en sus últimas previsiones que hasta tres países del Este de Europa superarán a España en PIB per cápita antes de que termine esta década y rozarán los niveles de Italia. Este sorpasso revela que el crecimiento de la economía en Europa se está desplazando hacia el Este, mientras que el sur y el centro se quedan estancados.
En los años 90 y principios de los 2000 era habitual ver la llegada masiva en las zonas industriales de España de ciudadanos procedentes de Polonia, Rumanía, Bulgaria e incluso de países bálticos. Sin embargo, en los últimos años, la llegada de estos ciudadanos de Europa del Este ha disminuido, tal y como revelan los datos de Instituto Nacional de Estadística. Esta situación es, entre otras cosas, el reflejo de lo que está ocurriendo en las economías del Viejo Continente.
Mientras que los países del Este crecen con intensidad, generan empleo y disfrutan de tasas de paro muy bajas, los países del Mediterráneo, entre los que se encuentra España, sufren una suerte de letargo económico que dura ya varias décadas. España lleva años perdiendo posiciones en el ranking global de PIB agregado. Sin embargo, este indicador no es demasiado útil ni preciso para valorar el bienestar de una sociedad. Hay países con una producción (PIB) muy grande, pero que en realidad siguen sumergidos en la zona de economías de bajos o medios ingresos.
Por eso, el Fondo Monetario Internacional prefiere usar el PIB per cápita en paridad de poder adquisitivo, que, en principio, muestra una imagen mucho más fidedigna de la realidad económica de un país. Este indicador divide la producción entre todos los habitantes del país, por lo que se elimina la ‘distorsión’ que genera el tamaño de la población. Además, al realizarse en paridad de poder adquisitivo elimina también la ‘distorsión’ que generan las diferencias de pecios: una hamburguesa en Lituania o España alimentan lo mismo y satisfacen lo mismo, aunque en España sea más cara. Lo que importa es la cantidad de bienes y servicios que se producen, no el precio de los mismos.
Con todo lo anterior, casi cuatro décadas después del colapso de la Unión Soviética, los niveles de vida en los países que se liberaron de su órbita para unirse a la Unión Europea están destinados a superar a los del bloque del sur, según publican desde la agencia financiera Bloomberg, utilizando las proyecciones del FMI. El PIB per cápita en Eslovenia ha superado ya al de España. Pero la historia va más allá, este pequeño país balcánico superará en PIB per cápita a Italia en 2029 si se ajusta al poder adquisitivo, según las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional.
Por otro lado, según las estimaciones del FMI, Polonia y Lituania superarán a España también de forma inminente, mientras que igualarán a Italia a finales de esta década. Esta tendencia cumplirá las promesas de mayor desarrollo y bienestar en las naciones que se convirtieron en miembros de la UE a partir de 2004.
Tal y como viene informando el Banco Central Europeo, estos países que pertenecen al Este de Europa están protagonizando una convergencia real con los más desarrollados del continente. Un capital humano valioso (la educación es buena y está extendida), un sistema abierto a la inversión extranjera, unos costes laborales relativamente más bajos y el ansia de progresar después de liberarse del yugo soviético están generando esta suerte de ‘milagro’ en lo que a convergencia económica se refiere.
El proceso de convergencia del Este
Si bien es cierto que este proceso no ha ocurrido tan rápido como se había previsto, y que la convergencia ha sufrido repetidos reveses desde el volátil período de la década de 1990 hasta la crisis global de 2008 y la consiguiente crisis de deuda, ahora parece estar tomando gran impulso. Europa del Este está disfrutando de un fuerte incremento de su producción gracias a la inversión extranjera, el acceso al mercado y a los fondos de la UE, algo que se ha visto favorecido también por la marcha de la industria de los países del sur de Europa, precisamente, hacia los países del Este, donde los costes laborales son todavía inferiores y la capacidad de crecer es mayor.
Desde la agencia Bloomberg confirman que la mejora económica en estos países ya está cosechando beneficios: las salidas de trabajadores que anhelan salarios más altos en otras regiones del continente ha comenzado a revertirse (muchos ciudadanos de estos países del Este están volviendo a casa). Los gobiernos de la región también esperan que las economías proporcionalmente más grandes (Polonia, por ejemplo) vayan adquiriendo cada vez una mayor influencia política en la Unión Europea. Precisamente, el fuerte avance de la economía polaca es una amenaza directa sobre la cuota de ‘poder’ que tiene España en Bruselas.
Así, el buen hacer de estos países del Este se une a los crónicos problemas que sufren los países del sur de Europa. Pese al buen momento coyuntural que viven algunos de España (España, Portugal o Grecia), sus niveles de productividad siguen estancados, el desempleo es de media más alto que en la Eurozona y presentan un endeudamiento público sobre PIB muy alto. Todo lo contrario sucede en las economías del Este, donde el desempleo es extremadamente bajo, la productividad crece con intensidad y la deuda pública es baja.
Los motores que impulsan la economía a largo plazo en Italia y España están gripados desde hace tiempo. Aunque en el corto plazo puede haber movimientos al alza por factores cíclicos, tanto la OCDE como el FMI no vaticinan un futuro brillante para estas economías.
Habrá años peores y mejores, pero el escenario de varias décadas vista es tenebroso. El crecimiento económico viene determinado por un incremento de los factores de producción (tierra, capital y trabajo) o por un aumento de lo que se conoce como productividad total de los factores (PTF). Salvo que se produzca una revolución, la productividad, un nuevo baby boom, una avalancha migratoria o alguno otro hecho poco probable, las economías de España y Italia parecen condenadas a sufrir décadas de mediocridad económica y el sorpasso de muchas economías.
Fuente: El Economista Los dos países de Europa del Este que están a punto de superar a España en renta per cápita destapan un cambio mayor (eleconomista.es)