240.000 PERSONAS DESAPARECEN DEL MERCADO LABORAL TRAS UN DESPIDO

Los datos de la EPA anual en los que se incluyen las causas de paro, son una media de los cuatro trimestres del año, con lo que con los datos de 2023, aunque el año no ha concluido se puede hacer una media provisional sobre los tres trimestres par los que tenemos datos. Esto arroja una media de 299.800 parados que sufrieron un despido o la desaparición de su puesto de trabajo lo que confirma que los despidos no han provocado un auge del paro, propiamente dicho, pero hablamos de los trabajadores que siguen intentando buscar un empleo tras el cese.

 

La cosa es muy diferente cuando hablamos de los que renuncian a hacerlo, los inactivos, que se han disparado un 51% respecto a 2019, pasando de 157.400 a 238.500. Una evolución que muestra que si los despidos no están elevando el paro es porque muchas de estas personas caen en una situación en la que abandonan el mercado laboral. De hecho, si sumamos parados e inactivos tenemos que el impacto de los despidos ha aumentado un 18,3% respecto a 2019.

 

Paro no, expulsión

Lo que se aprecia en la evolución histórica es que, con la recuperación tras la crisis financiera, que disparó el ‘stock’ de despedidos, los ceses habían reducido su impacto en términos de desempleo (es decir, en el ‘stock’ de parados por esta causa cese) en una tendencia solo interrumpida en 2020 y 2021, ejercicios marcados por la pandemia. Sin embargo, los inactivos han repuntado y se mantienen por encima de los niveles previos a la pandemia. Con ello, la diferencia entre ambos es la más baja desde 2008.

 

Algo que puede explicar de dos formas: mayor efecto desánimo o más personas que anticipan su jubilación.

El 39% de los inactivos despedidos son mayores de 55 años, que suman 95.300 según la media estimada para 2023, pero, aunque son los más numerosos, no son los que más han aumentado: suponen un 47,57% más que en 2019, pero los que están entre 45 y 54 años se han disparado un 86% y los que están entre 35 y 44 años un 51,2%.

 

Esto apunta a que la evolución no es achacable únicamente al envejecimiento de la población activa ni al deseo de los despedidos de mayor edad de adelantar su retiro, sino a un ‘efecto desánimo’ tras el cese que afecta a personas más jóvenes de lo que lo hacía en los años de la recuperación de la crisis financiera. Algo que parece responder a la pérdida de expectativas entre los trabajadores y desempleados a partir de los 45 años.

 

Fuente: El Economista

Cerca de 240.000 personas desaparecen del mercado laboral tras un despido (eleconomista.es)

 

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