De los casi 1,7 millones de trabajadores que ha ganado el mercado laboral entre 2019 y 2024, un 70% se sitúan en empresas de más de 250 empleados.
La estructura empresarial en España, condicionada parcialmente por la elevada carga regulatoria, se ha caracterizado históricamente por una gran presencia de empresas pequeñas. Aunque esta composición puede tener ciertos beneficios, como un menor poder de mercado de las grandes empresas, o una mayor responsabilidad social de las empresas familiares, sus costes sobre la productividad son igualmente importantes, y ha sido una de las explicaciones tradicionales para entender la baja productividad de la economía española.
Sin embargo, al igual que otras realidades que parecían totalmente asentadas en España, la estructura empresarial y, en concreto, el peso de las grandes empresas en el empleo total, ya no es el que eran hace diez o cinco años. A partir de la estadística de empresas inscritas en la Seguridad Social, podemos comprobar que, desde 2013, el número de trabajadores en grandes empresas, de entre 250 y 500 trabajadores o de más de 500, ha crecido a un ritmo muy superior respecto a las pequeñas (1-50) y medianas (50-250) empresas. Concretamente, las empresas más pequeñas, con menos de 10 trabajadores han incrementado su número de trabajadores en un 12% entre enero de 2013 y de 2024, mientras que en las grandes empresas el incremento ha rozado el 50% en el mismo periodo.
Estas diferencias en el crecimiento según el tamaño empresarial, que comenzaron en la etapa de crecimiento económico de 2014-2018, se ensancharon con mucha más fuerza en el periodo 2019-2024. El saldo final de estos últimos cinco años es de lo más revelador, puesto que algo más de dos de cada tres trabajadores adicionales se encuentran en grandes empresas (70%), con un 62% en empresas de más de 500 trabajadores, mientras que las empresas con menos de 10 empleados han mantenido constante su número de trabajadores en el mismo periodo.
sarial puede explicarse por la expansión del sector público, que queda categorizado como empresa de más de 500 trabajadores en la estadística de la Seguridad Social. Sin embargo, este fenómeno no es exclusivo de los sectores donde el sector público tiene el principal rol de contratación, como son sanidad y educación. En el siguiente gráfico podemos ver que, aunque el crecimiento del peso de las grandes empresas es mayor en estos sectores, especialmente en el sector educativo, en la mayor parte del resto de sectores de actividad las grandes empresas también han ganado un peso considerable en estos últimos cinco años.
Concretamente, este trasvase de trabajadores hacia empresas de mayor tamaño ha sido especialmente relevante en sectores como Transporte y Almacenamiento (+4,2 puntos porcentuales para las grandes empresas), Actividades profesionales, científicas y técnicas (+3,5 pp) y Comercio al por menor y al por mayor (+3,1 pp). Aunque son la excepción, y cuentan con un peso mucho más reducido sobre el total de trabajadores, también hay sectores donde la tendencia ha sido la contraria y las grandes empresas han perdido peso sobre el total de personas ocupadas, como ha sido el caso del Suministro de Energía (-15 pp), las industrias extractivas (-6,5 pp) o las actividades financieras (-4,4 pp).
Las consecuencias de esta reasignación de trabajadores, que como hemos visto ocurre tanto entre sectores como dentro de la mayoría de ellos, pueden ser muy variadas. Merece la pena interesarse por las potenciales consecuencias positivas que este cambio en la composición del mercado laboral ha podido tener sobre el crecimiento nominal de los salarios en los últimos años. La idea es sencilla, los trabajadores ocupados en empresas de gran tamaño perciben salarios sustancialmente superiores respecto a aquellos que están en empresas de menor tamaño. Un incremento en el peso de los primeros sobre el total ha podido explicar parte del alza salarial de los últimos años.
Para comprobarlo, podemos recurrir a una de las pocas fuentes fiables de información salarial que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE), el decil de salarios del empleo principal asociado a la EPA. Estos datos, que llegan hasta 2022, permiten saber el salario medio bruto mensual de los trabajadores según el número de trabajadores que trabajan en su establecimiento (proxy del tamaño empresarial) por año, además de su número en miles de ocupados. Con estos datos, podemos simular fácilmente cuál sería en 2022 el salario medio en España si el peso de los trabajadores en grandes empresas fuese el mismo que en 2019, lo que nos permitirá aislar qué parte del crecimiento del salario medio entre 2019 y 2022 puede atribuirse a esta mayor concentración.
Tras realizar este ejercicio, podemos ver que de un crecimiento del salario medio del 7,4% en ese periodo, la mayor concentración empresarial logra explicar 2,1 puntos, lo que supone alrededor de un 28% del crecimiento salarial total entre 2019 y 2022, mientras que el resto (5 puntos), debe atribuirse al resto de factores.
Hay muchos factores que pueden ayudar a explicar por qué España tiene un peso relativamente bajo de las grandes empresas respecto a países más ricos, entre ellos pero no sólo, regulatorios y fiscales. Sin embargo, la realidad empresarial de España está cambiando rápidamente en los últimos años, con una progresiva concentración de los trabajadores en empresas más grandes, en detrimento de las pequeñas empresas.
Al igual que la concentración espacial de la población en grandes ciudades, la concentración de los trabajadores en grandes empresas tiene tanto costes como beneficios. Por una parte, es un factor que contribuye a aumentar la productividad agregada de la economía española, mientras que puede tener efectos indeseados en forma de un mayor poder de mercado tanto en el mercado laboral (monopsonio) como en otros. Aunque los efectos negativos aún están por documentar, está fuera de toda duda que, al menos en los últimos años, este fenómeno ha servido para acelerar el crecimiento de los salarios, al menos en términos nominales.
Fuente: El Mundo Tres de cada cuatro nuevos empleados trabajan en grandes empresas desde 2019 | Actualidad Económica (elmundo.es)