¿Trabajan poco los españoles? El 48% supera el umbral de las 40 horas semanales, más que alemanes o franceses

Un asalariado a jornada completa trabaja 37,3 horas a la semana, un autónomo supera las 44 

Los países más productivos hacen un uso menos intensivo de su mano de obra, con jornadas menores

En pleno debate sobre la reducción de la jornada y la implantación del registro horario en nuestro país, la Oficina Europea de Estadísticas ha publicado un análisis que revela que 10,5 millones de ocupados españoles, hasta un 48% del total, rebasa el umbral de las 40 horas semanales, un porcentaje que supera la media de los 27 (46,6%) y de la zona euro (40,9%) y marca una clara distancia con Alemania (37,8% y Francia (26,9%). Pero, sobre todo, supera el porcentaje de aquellos que trabajaron entre 1 y 39 horas, que se quedaron en el 39%.

¿Cómo es posible que casi la mitad de los ocupados se sitúen o superen el límite legal cuando otros estudios, así como los acuerdos en convenios de trabajo arrojan cifras inferiores? Para descifrar este misterio hay que contextualizar cómo se construyen estos datos. En primer lugar, la referencia de este artículo son las horas efectivas trabajadas, no a jornadas pactadas o habituales.

Además, Eurostat suma el tiempo de trabajo pasado en el empleo principal y el secundario, que Eurostat cifra en una media de 35,8 y 12,8 horas efectivas semanales, respectivamente. Eso sí, hay que tener en cuenta que existen diferencias según el tipo de jornada. Un ocupado a tiempo completa trabaja de media unas 38,4 horas semanales en su trabajo principal y 20,6 horas si ese puesto es tiempo parcial. Pero solo un 13,7% de los ocupados se encuentran en esta segunda situación, la gran mayoría trabajan a jornadas diarias de 8 horas.

También conviene tener en cuenta que estos datos incluyen a los autónomos, que suponen el 13,9 del empleo en España. Un trabajador por cuenta propia a jornada completa alcanza las 44,2 horas, un asalariado se queda en 37,3 horas. Por otro lado, la mayoría de los empleos secundarios son a tiempo parcial, aunque aquí hay un matiz relevante: solo un 2,5% de los españoles tienen más de dos trabajos.

La estadística de Eurostat distribuye a todos los los trabajadores, sin discernir entre asalariados o autónomos, en varias franjas de tiempo de trabajo. La más habitual es a que está entre 40 y 44 horas semanales, con 38,1% del total del empleo, 8,3 millones de ocupados. El dato apunta que prolongación de las horas de trabajo por parte de los autónomos se suma a la realización de horas extra por parte de los asalariados.

 

El análisis del tiempo efectivo de trabajo es relevante porque las divergencias que muestra con el tope legal o el que registran los convenios han sido clave en el debate sobre la reducción de jornada en los últimos años, y ahora se esgrimen por parte del Ministerio de Trabajo para reformar el registro horario. Aunque todo esto se limita a los asalariados ligados por un contrato.

En un contexto europeo, los datos permiten establecer comparaciones en una cuestión que el debate regulatorio ha soslayado: la intensidad en el uso de la mano de obra. Actualmente, solo Francia y Bélgica tienen una jornada legal inferior a 40 horas, mientras que la jornada habitual queda por debajo de ese umbral en todos los países para los asalariados, no así los autónomos.

Esto nos lleva de vuelta a la pregunta que planteábamos en arranque del artículo: ¿cómo es posible que el 48% de los españoles supere la jornada semanal media? El dato sorprende porque, aunque los datos del segundo semestre coinciden con la Semana Santa en España y el inicio de las vacaciones de verano, siguen siendo superiores a los anotados en economías consideradas más «productivas» y con mayor «ética del trabajo», como Alemania. Los datos desmontan este prejuicio.

De hecho, la mayoría de alemanes, trabajan menos horas que los de economías con peores circunstancias. Aunque lo mismo se puede decir de España si miramos a nuestros vecinos: el 825 de los búlgaros, el 80% de los rumanos y el 74,4% de los griegos trabajan más de 40 horas, igual que l 53,5% de los italianos o el 53,6% de italianos y portugueses. Esto tiene una lectura clara: las economías más sólidas, en términos de empleo y PIB, tienden a trabajar menos.

La paradoja del tiempo de trabajo

No es una cuestión de legislación laboral, sino de modelo productivo. Los sectores scon mayor peso de la innovación y la inversión tecnológica hacen un uso meno intensivo de la mano de obra, ya que hacen falta menos horas para producir lo mismo. Esto, que es una realidad en sectores como la industria, también se extiende al resto, empezando por los servicios y la agricultura. Esto no significa que haya menos demanda de mano de obra o se creen menos empleos: economías como Países bajaos o Alemania tienen una tasa de paro muy inferior a la española con muchas más vacantes por cubrir.

 

En el extremo opuesto, se sitúan países en los que el grueso de la población supera las 40 horas. En algunos casos, como Bulgaria, Rumanía o Grecia, el impacto parece desproporcionadamente alto. Esto implica un empelo ineficiente de la mano de obra que se traduce en jornada más largas, pero no en creación de empleo. De hecho, estos países tienen una tasa de vacantes también muy baja (aunque en máximos de su serie histórica).

Lo cual puede ser síntoma de economía sumergida: y es que un mayor tiempo de trabajo de los ocupados apunta a un mayor peso del pluriempleo. Sin embargo, muchos de estos puestos secundarios pueden formar parte de la economía informal, a través de horas no declaradas . Esta es una de las razones por las que el gobierno griego tomó la sorprendente decisión de limitar a 13 horas diarias la jornada laboral diaria para los ocupados que compatibilicen dos o más empleos, pese a que su tasa de pluriempleo es inferior a la de España, donde este límite no existe.

En este sentido, los datos de tiempo de trabajo reflejan un uso ineficiente de la mano de obra en España que, si bien no tan grave como en otros países, es un lastre para para reducir nuestra tasa de paro. Uno que no se resuelve trabajando más horas, pero tampoco va a solucionarse mágicamente por imponer legalmente jornadas más cortas. La clave es modernizar e impulsar la innovación en las empresas con una apuesta más ambiciosa, fruto del acuerdo entre sindicatos, empresas y Ejecutivo. Un desafío que, de momento, parece que ni está ni se le espera en la agenda del diálogo social para España.

Fuente: ¿Trabajan poco los españoles? El 48% supera el umbral de las 40 horas semanales, más que alemanes o franceses

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