España tiene la mayor esperanza de vida de toda Europa y la tercera del mundo, solo superada por Japón y Suiza. La esperanza de vida en España es de 83,3 años (80,4 en hombres y 86,1 en mujeres), y en 2040 nuestro país será el país más longevo del mundo. En España los pensionistas ya rozan el 20% de la población (más de 9 millones de personas) y puede deducirse, en primera lectura, que sus pensiones son una carga económica muy pesada para el conjunto de la sociedad.
Pero muchos pensionistas son el sustento de muchas familias, pagan impuestos a través de sus pensiones, redistribuyen su patrimonio de generación en generación a través de la herencia de su patrimonio y además de otras consideraciones, puede que en realidad sean una garantía de permanencia del actual Estado de bienestar, y no sólo desde el ámbito económico.
INTEGRADOS Y APOYANDO A LA FAMILIA.
Según los datos de la EPA del primer trimestre de 2020, existen más de 4 millones de hogares (más del 21% de los hogares totales) cuya persona de referencia está jubilada, y en 2018 ese porcentaje era del 18 %. Sólo el 34% de las personas jubiladas viven solas quizás por la precarización de las condiciones laborales de las personas en edad de trabajar, que precisan de los recursos e incluso la vivienda de sus mayores.
IMPUESTOS, CONSUMO Y PATRIMONIO
Los jubilados tienen algunos (pocos) beneficios (tarjeta de transporte, viajes del Imserso, copago farmacéutico,…) pero los jubilados también pagan impuestos directos a través del IRPF de las pensiones o el IBI de sus viviendas en propiedad e impuestos indirectos como, sobre todo de valor añadido. Muy a menudo parte de su pensión se destina a ayudar a otros miembros de la familia con problemas de desempleo y esa parte se destina indirectamente al consumo (aunque sea consumo de otros) gravado por el correspondiente impuesto, por lo que los jubilados ayudan a la redistribución de la riqueza
El 40% del consumo mundial lo realiza ya la generación sénior según EI Barómetro del Consumidor Sénior ( Fundación Mapfre) Es más, los hogares formados por mayores de 65 años dedicaron una media de 4.271 euros al año a la cesta de la compra, lo que supone 172 euros más que el resto de la población
Tal como refleja el INE, con los últimos datos disponibles, el 89% de las personas en mayores de 65 años tienen una vivienda en propiedad o ahorros que luego dejan en herencia. Según datos del Imserso la distribución de la riqueza neta de los hogares muestra una forma de U invertida asimétrica: los hogares de menos de 35 años presentan una participación muy baja en la riqueza neta total (solo el 5% con un valor mediano de 16.300 euros), aumentando el patrimonio neto de forma continuada hasta alcanzar los 65-74 años de edad, con valor mediano de 166.400 euros, momento en que empieza a descender su cuantía, aunque incluso los mayores de 75 años tienen una riqueza neta superior a la media de toda la población –121.400 euros y una participación de casi el 18% en la riqueza total
DAN MÁS CUIDADOS QUE LOS QUE RECIBEN
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la tasa de dependencia de los mayores de 65 años frente a la tasa de dependencia de la población en edad de trabajar (de 16 a 64 años) se situaba a 2020 en el 54%. La tasa de dependencia de la población mayor de 64 años en 2020 se situaba en el 30%, es decir, solo tres de cada 10 mayores de 65 años son dependientes. Y los que tienen un grado de dependencia mayor apenar llegan al 10%. También muchas personas de 65 años cuidas a sus padres de 90 años
Según los datos del Imserso el 41% de los mayores prestan ayuda económica a su círculo familiar, un 35% prestan servicios de cuidado de los menores y un 33% presta servicios de cuidados de la salud. El apoyo dado resulta superior al apoyo recibido según el Barómetro Sénior de UDP que señala que la mitad de las personas mayores ayudan o han ayudado emocional y económicamente a sus familiares.
JUBILADOS PERO “TRABAJANDO” Y ACTIVOS SOCIALMENTE
El 13% de los que tienen entre 65 y 80 años son trabajadores por cuenta propia en comparación con el 11% de los jóvenes entre 18 y 29 y el 18% de las personas de mediana edad (de 30 a 49 años). Muchos de ellos lo hacen como autónomos o emprendedores o bajo modalidades de jubilación compatibles con el trabajo (jubilación flexible, jubilación activa,…). Según el último Informe del Barómetro Mayores UDP el 41% de los mayores realizan actividades solidarias de participación social y voluntariado. Quizás es la franja de edad más solidaria debido a que disponen de más tiempo pero también por sus valores.