¿QUÉ PRETENDE ZAPATERO CON SU APOYO VEHEMENTE A SÁNCHEZ?

El discurso de Zapatero en San Sebastián fue una sarta de estupideces sin justificación alguna a no ser que ésta sea demasiado vergonzosa

 

Una de las muchas sorpresas de estas elecciones está siendo el papel estelar de José Luis Rodríguez Zapatero. Un expresidente que no tuvo los arrestos para presentarse a la reelección en 2011. Zapatero no se presentó porque sabía lo que le esperaba: hubiera sido demasiada humillación. Sorprende que 12 años después haga más apariciones electorales que el propio Sánchez.

 

Lo cierto es que la defensa numantina del sanchismo ha encontrado un aliado no del todo esperado en Zapatero, transformado repentinamente en la estrella del decadente festival de rock que es el PSOE

 

La sarta de estupideces que enunció Zapatero en San Sebastián se resume con: «El universo es infinito. No cabe en nuestra cabeza». «Pertenecemos a una especie que es absolutamente excepcional. Que no la hay en ningún sitio del universo».

 

 

Habrá quien vea en la resurrección pública del expresidente leonés un acto de pundonor y defensa de sus colores que le llevan a ser más sanchista que Sánchez, junto a ese tipo de vanidad que solo exhiben quienes carecen de virtud alternativa. Pero ¿qué pretende Zapatero? ¿qué rédito quiere sacar de tanta presencia mediática después de tanto tiempo oculto en sus negocios? ¿qué hace Zapatero por el mundo y cómo afectaría el cambio de Gobierno a sus intereses personales? ¿A qué le tendrá miedo Zapatero para que considere que salvar a Sánchez es la única manera de salvarse a sí mismo y a su aparatosa agenda comercial de contactos internacionales, siempre en las sentinas ideológicas más siniestras?

 

Quizás ahora que Zapatero diserta sobre el universo infinito, como si fuera una parodia del replicante de Blade Runner,  cabe preguntarse por sus negocios en la tierra, entre latitudes caribeñas y ese Grupo de Puebla que tanto mima también a Yolanda Díaz.

 

Pero hay otra opción mucho más siniestra: que Sánchez se despeñe el 23 de julio dejando el partido completamente descabezado, y que en ese momento quiera Zapatero volver como única solución. Él, que tanta culpa tuvo en todo lo que hemos padecido. Sinceramente, no se sabe qué sería peor: un PSOE dirigido por Sánchez o uno encabezado por Rodríguez Zapatero. Pegarnos un tiro o tirarnos por la ventana.