NUEVO PACTO DE TOLEDO Y… ¿VIEJA POLÍTICA DE PENSIONES?

Círculo Cívico de Opinión cuestiona la ‘reforma Escrivá’ porque limitará poco el gasto en pensiones

Círculo Cívico de Opinión cuestiona la ‘reforma Escrivá’ porque limitará poco el El Círculo Cívico de Opinión duda de que la reforma de pensiones que se propone sacar adelante el ministro José Luis Escrivá vaya a convencer “plenamente” a Bruselas por su “limitada eficacia” para moderar el crecimiento del gasto público en pensiones en las próximas tres décadas.

Además, advierte de las “restricciones” a las que está sometida esta reforma: desde la negativa de Podemos a adoptar ciertas medidas, como la de la ampliación del periodo de cálculo de la pensión, al rechazo social a trabajar más años, pasando por los propios límites marcados por el Pacto de Toledo, cuyo papel el Círculo cuestiona por no haber sido capaz en 25 años de incrementar la confianza de la población ni de las instituciones europeas en el sistema de pensiones español.

 

No obstante, en el informe, elaborado por la profesora Elisa Chuliá y presentado este lunes en un encuentro con la prensa, se ve posible que al final la Comisión Europea acepte las iniciativas presentadas por el Gobierno español, así como también por otros Estados miembros, dado que su rechazo podría implicar problemas de gestión en los fondos europeos y retrasar la recuperación económica.

CONCLUSIONES

  • Las instituciones europeas llevan años advirtiendo a los Gobiernos españoles sobre la necesidad de revisar la sostenibilidad financiera del sistema público de pensiones ante el crecimiento del gasto resultante del aumento sostenido tanto del número de pensionistas como del importe de la pensión media.
  • Los Gobiernos españoles han respondido a esas advertencias aprobando, sin excesiva premura ni mucho afán (salvo en situaciones financieras críticas), reformas paramétricas orientadas a ajustar mejor las prestaciones a las contribuciones realizadas y a incentivar el retraso de la jubilación. Bajo presión internacional apremiante se aprobaron las reformas de las pensiones de 2011 y 2013, pero solo la primera sigue hoy en vigor.
  • El Pacto de Toledo, instrumento central de la política de pensiones española desde 1995, ha pasado de constituir un medio para la reforma a convertirse en un fin de la política española. Su renovación en noviembre de 2020, con cuatro años de retraso, se ha celebrado como un éxito y un ejemplo de la bon[1]dad del consenso.
  • Sin embargo, a lo largo de sus casi 26 años de historia el Pacto no ha conseguido impulsar reformas que despejen la incertidumbre sobre la sostenibilidad financiera de las pensiones. Antes bien, durante ese período ha caído la confianza de la sociedad en la gestión de las pensiones —especialmente entre los más jóvenes—, a pesar del buen rendimiento del sistema de la Seguridad Social.
  • Precisamente porque la nueva reforma impulsada por el ministro Escrivá no puede traspasar los límites impuestos por el Pacto de Toledo, no cabe esperar que reduzca sustancialmente la preocupación por la creciente presión financiera sobre el sistema de pensiones. Si el Pacto mantiene sus funciones y normas operativas, la sociedad española está abocada a una reforma permanente de las pensiones en perjuicio de la transparencia del sistema y de su equidad protectora.

ENLACE AL INFORME

 

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