LOS MAYORES DESCONFÍAN Y VIGILAN LA REFORMA DE LAS PENSIONES

La partida de las pensiones, 190.687 millones de euros en el proyecto de los PGE 2023 y será la partida más abultada de todas las de las cuentas públicas del próximo año. Supondrá el 41,8% del total del gasto.

En este año 2022, el Estado gastará en esa partida 171.140 millones, un salto, del 11,4%, cercano a los 20.000 millones más que se debe fundamentalmente a la revalorización de las pensiones conforme al IPC, según la Ley 21/2021 aprobada hace diez meses.

 

Para los Presupuestos, el Gobierno ha calculado la subida de las pensiones en el 8,5%, pero una pequeña variación por encima o por debajo de ese porcentaje previsto supondrá un incremento o un ahorro notable en las arcas públicas.

 

El enorme aumento del gasto en pensiones en 2023 aguanta sobre el papel de los Presupuestos gracias a las cifras récord de afiliados a la Seguridad Social —por encima de los 20 millones desde hace meses—, pero los nubarrones que se ciernen sobre nuestra economía generan cierta incertidumbre. Pero además está la duda de que el Gobierno saque adelante en Bruselas la segunda fase de la reforma de las pensiones y además Bruselas ya ha cuestionado el nuevo Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) que pretende sustituir al derogado Factor de Equidad Intergeneracional (FEI) de la reforma de 2013 propiciada por el PP.

 

Además aún queda por concretar cuales serán los años que se consideraran para el cálculo de las pensiones, pasando muy probablemente de los 25 actuales a los numerosamente comentados 35 años, lo que produciría en los casos más abundantes una reducción de las cuantía de las pensiones del orden casi el 9%.

Los pensionistas ya están escarmentados y cuestionan, por ejemplo, que la revalorización se haga con el “IPC medio” (variación media del IPC interanual entre diciembre del año anterior y noviembre del año actual) y no con el “IPC real” (el IPC acumulado anual), además se duelen de la “extinción” de la “paguilla” que intentaba actualizar las pensiones ya recibidas en el año con el IPC de ese año ya pasado, con lo cual la inflación “ya sufrida” se queda sin compensar. A ello se superpone que la revalorización de las pensiones generará un aumento del IRPF que se puede estimar como una reducción media del 2,5%, pasando así del 8,5% “bruto” a un 6% “neto”.

No se ha tenido en cuenta la posible reducción para las rentas del trabajo menores a 32.500 €

 

Los pensionistas son conscientes de que son 9 millones de votantes cuando el censo electoral es de unos 35% millones (más del 25%) y vigilan cada paso que dan los Gobiernos sobre asunto tan sensible, pues en definitiva “¡es la economía, estúpido!” funciona también electoralmente entre los jubilados que según la intención de voto entre las personas de 65 a 74 años, según el último barómetro del CIS de septiembre, es de casi el 30% al PSOE el 20% al PP.

 

Hablar con transparencia de las pensiones no da votos, y la reforma ideal pasa necesariamente por un buen equilibrio entre las cotizaciones y las prestaciones y por ser muy transparentes con la ciudadanía, y ahora nuestro sistema está falto de ambas cosas A los mayore no nos pueden tratar como niños, somos seres adultos

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