LOS JUBILADOS Y LA BANCA 1: DOMICILIACIONES Y CRÉDITO

Si la nómina es objeto de deseo, la pensión es el dorado para los bancos. Así, muchas de las entidades lanzan campañas para captar también estos ingresos y, a cambio, les ofrecen las mismas ventajas que pueden conseguir los clientes con nómina: cuentas sin comisiones, tarjetas gratis, devolución de recibos, descuentos, …. En algunos de los casos, las cuentas en las que se domicilia la pensión pueden ser remuneradas. La mayoría de las veces se trata de cuentas nómina que contemplan vincular este tipo de ingresos.

 

Aunque suele considerarse de manera errónea que las personas mayores están fuera del ámbito crediticio, la realidad es que sí pueden conseguir crédito sin vinculación hipotecaria. La seguridad de contar con una renta mensual fija convierte a los jubilados en uno de los segmentos de la población que, a pesar de la crisis, pueden acceder con mayor facilidad a ciertos préstamos personales.

 

¿Qué tipo de préstamo es idóneo para un jubilado? Como cualquier otro solicitante de préstamos, es fundamental la capacidad económica real a la hora de hacer la devolución, es decir que la pensión que se percibe sea suficiente para cubrir la deuda contraída.

Además de la documentación habitual como la copia del DNI, la última declaración de la renta y los últimos recibos de la pensión, las entidades financieras solicitarán otros requisitos vinculados a la edad que determinarán las características del préstamo. Así, por ejemplo, si al vencimiento del préstamo se supera la edad de 75 años o la cuantía de la pensión es muy justa, será necesario un avalista o la contratación de un seguro de amortización, que sustituya al de vida que solo cubre hasta la edad límite de 65 años. También hay algunos bancos que reducen este factor a los 69 o 70 años de edad a vencimiento del préstamo

 

Los MINICRÉDITOS para jubilados. Debido a la edad, estos clientes no son susceptibles de acceder a préstamos con periodos de amortización extensos. A pesar de ello, disponer de una renta fija gracias a la pensión de jubilación los convierte en clientes con un alto nivel de solvencia para préstamos a corto plazo.

Un producto financiero apropiado para este segmento de la población son los créditos rápidos, préstamos personales de pequeño importe y corto plazo de amortización que se ajustan a la perfección a perfil crediticio de estos clientes. Por un lado, su pequeña cuantía no superior a 500 € sirve para cubrir puntuales necesidades de liquidez derivadas de alguna factura desmesurada o algún pago imprevisto, y por otro, su duración que no excede los 30 días, lo convierte en un producto rápido y sencillo que puede emplearse sin menoscabar la sanidad económica del solicitante.

La sencillez del producto es otro factor que tener en cuenta a la hora de la contratación, ya que los minicréditos no contienen ninguna cláusula oculta o comisiones inesperadas. El importe de la devolución que se indica en el momento de la solicitud es fijo e invariable, con lo que el cliente sabe desde el primer minuto la cantidad que debe reintegrar y tiene la tranquilidad de que esta no experimentará ninguna modificación durante la vida del préstamo.

 

Si eres jubilado recuerda que tienes crédito. Valora todas las opciones que te presenta el mercado y elige la que te sea más ventajosa, teniendo en cuenta los intereses y los plazos de amortización.

 

Tanto las financieras como los bancos tradicionales ofrecen préstamos personales “preconcedidos” a jubilados con el mismo rigor que para empleados por cuenta ajena o autónomos, adoptando sus especificaciones a las especialidades de estos acreditados de avanzada edad.

¡Y no olvidar que muchas tarjetas de cliente de establecimientos de consumo en realidad permiten financiar un mes a coste cero algunos gastos no previstos (Carrefour, El Corte Inglés,…)

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