LOS JUBILADOS ESPAÑOLES: POBRES, PERO FELICES

El 70% de los pensionistas en España tiene únicamente su pensión pública como fuente de ingresos, pero el 30% de ellos tiene ingresos adicionales a la pensión pública que provienen de planes de pensiones y seguros, productos financieros y alquileres.

 

La pensión de jubilación media en España es de unos 1.200 €/paga, es decir, dado que hay 14 pagas anuales, el monto asciende a 16.800 €/año. El 70% optaría por dejar todo su patrimonio a sus herederos mientras que un 30% preferiría gastarlo y dejar solamente su vivienda habitual en herencia, pues el 90% de ellos tiene la vivienda en propiedad frente al 76% de la población general que la tiene.

 

El gasto fundamental de un hogar donde residen personas mayores es el mantenimiento de la propia vivienda (agua, electricidad, y otros consumos), cuya proporción suele ser más alta que en el resto de grupos de edad, alrededor del 45% de los gastos frente al el 40% en los hogares más jóvenes.. El capítulo alimentación es el segundo en importancia, más del 20% superior también un poco superior al de los hogares jóvenes, el 19%.

 

Ambos gastos porcentuales superiores están relacionados con unos ingresos menores de los mayores en términos absolutos. Según el INE, el gasto de un hogar de mayores de 65 años es de 13.000 €/mes si vive sólo y de casi 20.000 €/mes si se vive en pareja.

La posición económica de los mayores mejoró relativamente en los años de crisis económica y su proporción en riesgo de pobreza era del 15,6% (2018), inferior a la del resto de los españoles, pero desde 2015 aumentó de nuevo el riesgo de pobreza. Como el umbral de pobreza se sitúa en el 60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo en el hogar, aparentemente las personas mayores han evitado lo peor de la crisis económica iniciada en 2008, pero la mejora entre los mayores puede ser debida a que los demás han empeorado, y con ello se rebaja el umbral de la pobreza; si los mayores mantienen sus ingresos, muchos quedan por encima de ese nuevo umbral. Esto indica que los mayores tienen unos ingresos mayoritariamente próximos al umbral de pobreza, situándose por encima o debajo según aumente o disminuya este umbral, es decir, los ingresos del resto de cohortes.

No obstante, y teniendo en cuenta que definir la felicidad es un objetivo complicado, dado que cada individuo la concibe de una forma diferente y en base a factores muy variados, los españoles se consideran bastante felices en comparación a países del entorno y en una posición superior a la media de los demás países europeos. Los mayores de 65 años se consideran así mismo ligeramente más felices que los menores de 65 años, en una escala de cero a diez en la que cero significaría “absolutamente infeliz” y 10 “absolutamente feliz”.

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