Los fijos discontinuos baten su récord de volatilidad: más de 34.000 se van a la inactividad cada día

Las bajas de afiliación por este motivo se han disparado un 433% respecto a 2019

Se suele considerar que los empleos más inestables son los temporales por motivos obvios: la rotación entre periodos de actividad e inactividad que sufren estos trabajadores. Sin embargo, hay otro tipo de asalariados cuyas condiciones laborales ‘compiten’ duramente para conseguir este título, pese a tratarse de trabajadores con contratos indefinidos. Hablamos de los fijos discontinuos, que en el pasado mes de junio baten su propio ‘récord’ de volatilidad con 34.267 bajas de afiliación por pase a la inactividad por cada día laborable.

La cifra diaria supera con creces la media de 27.931 registrada en el mismo mes de 2023, que ostentaba hasta ahora el nivel más alto de la serie. El total de bajas registradas en el conjunto del mes alcanza las 685.342, un 11,5% más que en el mismo periodo del año anterior.

En el conjunto del primer semestre, la suma llega a los 2,29 millones de bajas, un 433% más que las registradas en el mismo periodo de 2019, antes de la pandemia y de la reforma laboral. Esto les convierte en la segunda causa de baja de afiliación en España tras la finalización de un contrato temporal. Ello a pesar de que el número de salariados ha aumentado proporcionalmente menos, un 176% respecto a 2019, hasta los 946.000 en mes de junio.

 

Para entender la relevancia de estos datos hay que reordenar lo que significa “baja de afiliación por pase a la inactividad”: que el asalariado deja de trabajar porque su trabajo se interrumpe. Automáticamente deja de cobrar su salario y es dado de baja de afiliación a la Seguridad Social, con lo que la empresa no tiene que cotizar por él.

Visto así, la situación no es muy diferente a la de un temporal cuyo contrato de duración determinada caduca, aunque hay dos diferencias clave. La primera es que la empresa se compromete a volver a llamar al fijo discontinuo, con lo que su contrato se mantiene vigente (y como mantiene la relación laboral no se le considera parado registrado).

Por otro lado, los eventuales reciben una compensación por finalización de su contrato de 12 días por año trabajado, mientras que el fijo discontinuo no recibe indemnización por pasar a la inactividad. El Gobierno y muchos juristas defienden que los fijos discontinuos tienen mayores garantías que los temporales.

La razón es que la empresa solo puede rescindir ese contrato por un despido, cuya indemnización es por 20 días por año trabajado (o 33 si es declarado improcedente). Aunque estas condiciones se aplican exactamente igual para los temporales si son cesados antes de concluir la duración determinada para su contrato. Por no hablar de que, ante la merma de ingresos, muchos fijos discontinuos se ven obligados a buscar otro empleo (aunque no cuentan como pluriactivos por estar de baja en su empleo ‘principal’) mientras están inactivos y rechazan el llamamiento.

Aunque el mayor problema con los fijos discontinuos no son tanto sus condiciones, como que la reforma laboral cambió los supuestos n los que esta figura contractual puede utilizarse. Antes se ligaba a actividades eventuales pero con un carácter estacional bien definido, como el turismo, que garantizaba que los llamamientos se produjeran de manera más previsible para empresas y trabajadores.

Eso implicaba que pasaban menos tiempo en inactividad y podían percibir una prestación por desempleo porque lo tenían más fácil para acumular periodos cotizados. Esto se ve en los datos de prestaciones de regiones como Baleares, donde llega a haber más beneficiarios de ayudas que parados registrados (recordemos que estos últimos no incluyen a los fijos discontinuos).

¿Más volátiles que los temporales?

Pero la reforma amplió las posibilidades de utilizarlos, incluyendo por primera vez a las ETTs en la ecuación. La idea era que estos contratos funcionaran como una figura de transición hacia los indefinidos ordinarios, pero el plan no ha funcionado. Más bien al contrario: su volatilidad se ha multiplicado e incluso supera la de los eventuales propiamente dichos y en ciertos sectores, como la educación, se ha convertido en una de las principales causas de la inestabilidad de los empleos.

Pero aun así muchos expertos cuestionan que, si el incremento de las bajas por pase a la inactividad se debe a que hay más trabajadores fijos discontinuos que nunca, ya que y no responde a los cambios introducidos por la reforma en este tipo de empleo. Ello a pesar de que, como hemos visto, el número de estos asalariados ha aumentado con menor intensidad que las bajas de afiliación.

Una forma de comprobarlo es cotejar el número de bajas de afiliación por pase a la inactividad como un porcentaje sobe el total de afiliados con este tipo de contrato. Este método evita la distorsión que puede suponer en el número de asalariados y permite si estos comportamientos ya se daban antes de la reforma.

Como ‘grupo de control’ se puede utilizar a los asalariados temporales que son dados de baja por caducidad de su contrato. Con ello se aprecia si el empleo temporal, que también fue modificado por la norma de 2021 (con la eliminación de los contratos por obra y servicio como uno de sus ejemplos más destacados) ha sufrido una evolución comparable.

Lo que un análisis de los datos muestran una clara volatilidad estacional de los fijos discontinuos en especial en verano, cuando las bajas llegaban a suponer más del 50% de los asalariados, aunque en el resto de los meses era mucho menor y quedaba por debajo del porcentaje de temporales que eran dados de baja por finalización de sus contratos.

Con la reforma, los eventuales mantienen una tasa de volatilidad similar, pero la de los indefinidos se dispara no solo en los periodos estacionales (en junio de 2024 las bajas llegan al 73% de los asalariados) sino en el resto de meses, superando con claridad la de los contratos eventuales.

Hay que tener en cuenta que esta destrucción de empleo se ve compensada por una creación de empleo (altas de afiliación) casi igual de intensa, pero también volátil. Esto lleva que las tasas de rotación laboral se mantengan en niveles superiores a los del resto de Europa, pese al espectacular retroceso del peso de los contratos temporales en el empleo gracias la reforma laboral.

Fuente: El Economista Los fijos discontinuos baten su récord de volatilidad: más de 34.000 se van a la inactividad cada día (eleconomista.es)

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