Los bancos se plantan y dejarán de adelantar el dinero de los ERTE por el caos del SEPE

Las entidades exigen a Trabajo que asuma sus errores en la gestión de los expedientes que ahora fuerzan a la banca a tratar de recuperar prestaciones ya abonadas

El caos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ha provocado un nuevo enfrentamiento con la banca. Esta venía adelantando a sus clientes el pago de los ERTE de manera gratuita. Miles de trabajadores que cobraban su prestación gracias a los bancos. Sin embargo, la colaboración entre ambos se ha resquebrajado por la indicación del Ministerio de Trabajo a las entidades financieras para que recuperen dinero que nunca debió pagarse debido a múltiples errores del SEPE, tal como adelantó ayer «El Confidencial». Pero el problema no queda ahí. La CECA, una de las dos patronales bancarias que suscribió un convenio de colaboración con el Gobierno, ha comunicado al Servicio Público de Empleo que sus asociadas -entre las que están grandes como Caixabank o Bankia- van a dejar de pagar esos adelantos a quien se lo solicite. El clima de tensión va a más.

El «modus operandi» es el siguiente. El SEPE envía a los bancos un fichero con beneficiarios de la prestación en una fecha -como una lista provisional-. Las entidades pagan a esos clientes. Y Trabajo a final de mes envía la lista definitiva. El problema: que no coinciden las dos listas, provocando que hayan terminado recibiendo dinero quienes no tenían el derecho o que tenía derecho a una cantidad menor. La banca, al darse cuenta de eso, envió una queja al SEPE por estas incidencias, a lo que este contestó: «La mayoría de ellas obedecen a movimientos que han hecho los gestores por variaciones en la prestación, por lo que entendemos que no se trata de errores». Y añadía, en una serie de comunicaciones a las que ha tenido acceso este periódico, que estaban evaluando posibles errores generales, al tiempo que habilitaba a los bancos a reclamar el dinero indebidamente pagado a sus clientes y se disculpaba por las incidencias.

Tras ello, la respuesta de la CECA es contundente. De manera temporal y hasta que se subsanen los errores, «las entidades no van a continuar la gestión de nuevos anticipos». Al mismo tiempo, la patronal estima que sus asociadas asumen un riesgo «que va en contra del espíritu del convenio».

El enfado de la banca va mucho más allá de lo monetario. El principal encontronazo está en el daño reputacional que causa el hecho de tener que pedir a sus clientes que les devuelvan cientos de euros. El SEPE ha querido cargar esa responsabilidad a los bancos, pero estos han pasado al ataque: «Solicitamos vuestra colaboración de cara a la comunicación a los clientes de las causas que han producido esta situación, de forma que quede claro que no se debe a errores imputables a las entidades financieras». En otras palabras, exigen a Trabajo que asuman ellos la culpa por ser los causantes del problema.

Asimismo, entre el cruce de mensajes entre instituciones también figura la petición formal de la CECA de convocar la comisión de seguimiento que se estableció cuando firmaron el convenio de colaboración. «La comisión de seguimiento velará por el cumplimiento del presente convenio así como de los compromisos adquiridos por los firmantes, y resolverá, en su caso, las cuestiones de interpretación y posibles discrepancias que pudieran presentarse en la ejecución y desarrollo de este convenio», dice el texto legal. Esto se traduce en activar el mecanismo que pactaron para la solución de controversias.

UN PROBLEMA GENERAL

Asimismo, esta situación no está afectando solamente a los asociados de la CECA. Es un problema ocasionado por el SEPE que tiene consecuencias generales en todo el sector, grandes y pequeños. Y a la hora de recuperar ese dinero indebidamente abonado, las decisiones que se están adoptando son dispares. Unas entidades, cuando se dieron cuenta del error entre los ficheros que Trabajo les había enviado, a los pocos días de hacer el ingreso optaron por detraer la parte correspondiente directamente de la cuenta del cliente. En cambio, hay casos en que eso no es posible porque hay trabajadores que al recibir el dinero han hecho ya frente a pagos que tenían pendientes. Si ese dinero se esfuma, los bancos no tienen de dónde recuperar.

Otras entidades por lo que han optado es por esperar a que el SEPE asuma su responsabilidad y les dé una solución. Se mantienen en el limbo, con dinero perdido y con el Ministerio lavándose las manos. Aun así, los afectados no son una cantidad abultada. Serían entre 20.000 y 30.000 trabajadores que no debieron cobrar, tal como adelantó «El Confidencial». En cada banco varía mucho la incidencia: desde unos pocos cientos a varios miles.

Fuente: ABC

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