Hace unos meses, el Banco de España reprendió a Escrivá por la “incertidumbre” que generaba su reforma de los pensiones ¿Qué dirá ahora?
La ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, compareció esta semana en el Congreso de los Diputados para informar “sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones y las proyecciones realizadas por la Comisión Europea en el informe 2024 Ageing Report“. El papel de Saiz en su intervención consistió, básicamente, en secundar la reforma de pensiones que su predecesor, José Luis Escrivá, puso en marcha cuando comandaba la cartera de la Seguridad Social
Lejos de preocuparle, Saiz considera que el gasto en pensiones está “en niveles razonables” en España. Además, también presumió de que “el déficit se está reduciendo de forma gradual”, obviando que el Estado se está viendo obligado a hacer cada vez más préstamos y transferencias a la Seguridad Social a costa del contribuyente para sufragar los históricos niveles de gasto, que están muy lejos de resultar “razonables”, como afirma la ministra
Y es que, si por algo ha destacado la reforma de Escrivá es porque no contempla una sola reducción del gasto para cuadrar las cuentas del sistema y únicamente se centra en subir los impuestos a la economía productiva, cuya recaudación ni siquiera servirá para equilibrar los números.
Alerta sobre los niveles de gasto
Numerosos organismos llevan advirtiendo de todos los fallos de la reforma de Escrivá (y de la que tanto presume Saiz) desde su entrada en vigor. Uno de ellos ha sido el Banco de España, que ahora gobierna su autor, y que en varios estudios y análisis y en su último Informe Anual (publicado hace unos meses) dejó en evidencia el trabajo de su actual jefe.
Una de las cosas por las que el organismo reprendió a Escrivá fue la falta de compensación entre ingresos y gastos sumada a la “incertidumbre” que generaba su reforma. “El análisis conjunto de los principales cambios normativos introducidos, si bien está sujeto a una considerable incertidumbre, apunta a unas mayores obligaciones de gasto a largo plazo, que no han sido plenamente compensadas por el lado de los ingresos” señalaron.
Y es que, “una de las partidas de gasto más relevantes de las AAPP y que ha aumentado con mayor intensidad en los últimos años es la ligada al sistema de pensiones” recordaba el Banco de España, lo que contrasta con la poca importancia que le ha dado la ministra a este punto. Por ello, “será necesario evaluar de manera continua y rigurosa la sostenibilidad financiera del sistema público de pensiones” clamó el organismo.
Además, el Banco de España criticó a Escrivá por la introducción en su reforma de una “cláusula de salvaguarda” supeditada a una evaluación de la Airef en 2025 y que, en caso de activarse (si el gasto se desvía del 13,3% del PIB), conllevaría un “ajuste exclusivamente mediante un incremento de las cotizaciones sociales, que podría ser perjudicial para el empleo y la competitividad de la economía española” avisó en el documento.
En este sentido, las proyecciones de la AIReF “muestran que, con alta probabilidad, se necesitarán medidas adicionales para contrarrestar el aumento del gasto futuro en pensiones” recordó el organismo que ahora preside Escrivá. Y el Gobierno ha planteado que esas medidas sean un aumento de la fiscalidad al trabajo.
El Banco de España calculó el daño que haría esta subida extra de las cotizaciones, que se suma a la ya establecida en el MEI todos los 1 de enero de los próximos años. “Existe una relación entre los tipos efectivos de las cotizaciones sociales y la evolución del empleo. En particular, los resultados apuntan a que un incremento de un punto porcentual en el tipo efectivo medio generaría, al cabo de cuatro años, una caída en el número de ocupados cercana al 0,25%” asegura el organismo.
Posponer la edad de jubilación no es suficiente
En cuanto a la sostenibilidad del sistema, Elma Saiz se limitó a decir que su Gobierno tiene como “medida más significativa para reforzar la sostenibilidad del sistema de pensiones” la de “alinear la edad efectiva de jubilación con la edad legal, lo que se está consiguiendo al haber mejorado el sistema de incentivos para permanecer en el mercado de trabajo. La fórmula pasa por que los trabajadores senior continúen en su puesto, ya que experiencia y conocimiento son valiosos para las empresas” señaló la ministra de Seguridad Social.
“La reforma está funcionando y cambiando de forma innegable los patrones de jubilación” festejó Saiz. “La edad de jubilación se sitúa ya en 65,2 años, habiendo superado la barrera de los 65 años y alcanzando máximos histórico” añadió. Pero aunque alargar la edad de jubilación sí contribuye a la sostenibilidad del sistema, el Banco de España ya alertó de que su efecto, dadas las circunstancias, es mínimo.
“Los incentivos a posponer la edad de jubilación tendrían un efecto limitado en la reducción del gasto en pensiones” matizó el Banco de España, que consideró que “es necesario que un porcentaje muy notable de trabajadores decidan posponer su edad de jubilación para lograr una contención significativa del gasto en pensiones”.
El organismo insistió en que es necesario revisar en la reforma de Escrivá “los efectos sobre el mercado de trabajo y la competitividad de las empresas derivados del incremento de las cotizaciones sociales, así como sus consecuencias sobre la equidad intergeneracional; analizar medidas alternativas, incluidas las que afectan a las tasas de reemplazo, que se encuentran en niveles superiores a los de la media de los países de nuestro entorno, y examinar la evolución del ahorro privado para la jubilación y su capacidad para complementar las prestaciones del sistema público”.
¿Qué dirá ahora el Banco de España cuando le toque seguir analizando la reforma de pensiones de su gobernador?
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