LA REVALORIZACION DE LAS PENSIONES EN 2024, ANTES DE LOS BABY BOOM LA SEGURIDAD SOCIAL YA ESTÁ RESCATADA

Cuando los boomers se jubilen en masa, no solo serán muchos cobrando una pensión, también lo harán muchos más años.

 

La revalorización de las pensiones en 2024

Las pensiones subirán en 2024 con el IPC aunque se prorroguen los presupuestos

La actualización quedó blindada en la primera parte de la reforma de pensiones aprobada en 2021, por lo que estas aumentarán según el incremento medio de los precios de 2023, esté el gobierno en funciones o haya uno nuevo.

 

Los dos partidos mantienen su compromiso de elevar las pensiones conforme al IPC medio del año anterior, tal y como se estableció en la primera parte de la reforma impulsada por José Luis Escrivá y aprobada de la mano de la patronal y los sindicatos en 2021.

 

La actualización de las pensiones, que sería de un 3,9% según las previsiones actuales, está blindada y tendrá que ser asumida por los Presupuestos Generales del Estado de 2024 (PGE).

 

Subir las pensiones es una obligación que nace de la Seguridad Social y estas tienen la condición de crédito ampliable, siempre se tiene que hacer frente al pago, independientemente de los recursos presupuestados. El crédito para pensiones tiene que ser ampliado si se prorrogan los presupuestos del año anterior y la cantidad destinada no es suficiente por lo que podría ser necesario hacer ajustes en otras partidas o declarar ingresos extraordinarios no previstos para cubrir ese exceso de gasto.

 

La Ley de garantía del poder adquisitivo de las pensiones y de otras medidas de refuerzo de la sostenibilidad financiera y social del sistema público de pensiones recoge la actualización obligatoria a comienzos de año en su artículo 58, en el que se establece que el importe de la revalorización anual de las pensiones públicas no podrá superar el importe establecido en la Ley de Presupuestos Generales del Estado, pero se hacía referencia al “incremento porcentual igual al valor medio de las tasas de variación interanual expresadas en tanto por ciento del Índice de Precios al Consumo de los doce meses previos a diciembre”.

 

En principio no hay inconveniente para aplicar esta subida, aunque se cuente con un gobierno en funciones ante una eventual repetición electoral o sea necesario prorrogar los presupuestos de 2023.

 

Hay que recordar que no es la primera ocasión en la que se da esta tesitura. El Gobierno de Mariano Rajoy, se vio forzado a prorrogar los PGE de 2016, 2017 y 2018, algo que no evitó que las pensiones públicas crecieran un 0,25% cada uno de esos años.

Los programas electorales preparados por las diferentes formaciones políticas de cara al 23-J reflejaron que existía un consenso entre las principales candidaturas en materia de pensiones aunque los partidos de la oposición votaron en contra de la reforma de pensiones,

 

La Seguridad Social “rescatada”

Las cuentas de la Seguridad Social hacen aguas a pesar de la recaudación récord que viene cosechando el departamento que dirige José Luis Escrivá a través de las cotizaciones sociales de los trabajadores.

 

El “déficit contributivo”, que es la diferencia entre los gastos y los ingresos contributivos” del sistema (incluyendo las Clases Pasivas y sin contar unos 10.000 millones de gasto en prestaciones no contributivas), los números rojos de la Seguridad Social ascienden a la friolera de 48.348 millones de euros con datos de 2022/2023 de los que 35.045 millones se financian con transferencias del Estado

 

Además, durante ese período, finalmente, la deuda del sistema con el Estado (tanto bruta como neta del Fondo de Reserva) ha aumentado en casi un 90% hasta situarse en torno a los 100.000 millones de euros. Solo en el mes de julio, el gasto en pensiones ha sido de 12.017,76 millones de euros. Con esta tendencia el gasto en pensiones contributivas podría alcanzar en torno al 15% del PIB en todo 2023.¿cómo extrañarse de que haya una deuda acumulada de la SS con el Estado de 100.000 millones de euros y un déficit interno de unos 48.000 millones?

Para poder costear la oleada de prestaciones que van a generar las jubilaciones de los nacidos desde finales de los años cincuenta a principios de los setenta, el Gobierno ha elaborado una reforma del sistema con el objetivo de aumentar sus ingresos, pero también aumentando el gasto.

 

Ya desde el 1 de enero de este año, el ministro de Seguridad Social ha impuesto una subida de cotizaciones a las empresas y los trabajadores actuales a través del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). Hasta junio, este nuevo impuestazo al trabajo (0,6% en cotizaciones) ha recaudado 1.195 millones de euros, pero en los próximos años el Gobierno pretende duplicarlo (1,2%) para disparar su recaudación. Sin embargo, tampoco será suficiente para equilibrar las cuentas del sistema.

 

La generación que más tiempo vivirá jubilada

Cuando los boomers se jubilen en masa no solo serán muchos cobrando una pensión, también lo harán muchos más años, lo que hará tambalear todavía más los ingresos del sistema.

 

Esta generación será la que más años vivirá jubilada, puesto que disfrutará de la mayor esperanza de vida a los 65 años que haya tenido una generación hasta la fecha, de 23 años en 2021 para las mujeres y 19 para los hombres. Las estimaciones esperan que esta cifra siga aumentando hasta alcanzar los 25,5 años cobrando una pensión de jubilación en 2040 para las mujeres y 21,6 años para los hombres, muy por encima de los registros del año 2000 (20,5 y 16,6, respectivamente para mujeres y hombres).

 

Los jubilados actuales, los ganadores

El resto de grupos de población en edad laboral ha sufrido reducciones de ingresos en términos reales con una excepción: el grupo de los jubilados actuales, cuyos ingresos mejoraron un 37% en términos reales (en 2019, ingresaron 36.800 euros).

No obstante,  los hogares de más de 65 años son los que más han mejorado su situación patrimonial entre 2002 y 2020: la riqueza neta mediana de los hogares de más de 65 años alcanzó los 191.000 euros en 2020, un nivel muy superior a la de los jubilados de 20 años atrás (+129).

 

A pesar de la evidente insostenibilidad del sistema y lo bien parados que han salido los actuales jubilados, los políticos de todos los colores se niegan a hacer reformas estructurales que puedan ser mal recibidas por este grupo de jubilados (y, por ende, de votantes), que cada vez es más numeroso. La tónica general es promover fórmulas que disparan el gasto, como la revalorización de las pensiones según el IPC.

 

¿Superávit en la Seguridad Social?

Ayer lunes, el Ministerio de Seguridad Social celebró que “los ingresos por cotizaciones sociales a la Seguridad Social continúan aumentando”. En este primer semestre del año, los ingresos del departamento de José Luis Escrivá registraron un incremento del 10% interanual, alcanzando los 75.942 millones de euros (6.891 millones más que un año antes).

 

De esta forma, “los ingresos por cotizaciones sociales siguen marcando máximos históricos en términos absolutos y también registran el mayor incremento en los últimos 16 años en los primeros seis meses del año” aplaudía el Gobierno. “En su conjunto, las cuentas de la Seguridad Social presentan un saldo positivo, a 30 de junio de 2023, de 14.007 millones de euros, equivalentes un 1% del Producto Interior Bruto (PIB)”.

 

Sin embargo, durante ese periodo, las transferencias recibidas por la Seguridad Social por parte del Estado ascienden a 27.657 millones de euros, con un aumento del interanual 15,9%, lo que evidencia el constante rescate de un sistema que está muy lejos de los números verdes con una deuda de 106.000 millones de euros.

 

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