La precariedad salarial de los jóvenes complica el pago de las futuras pensiones

Los nuevos jubilados cobran un 37% más que 1,4 millones de cotizantes menores de 25 años

La nómina de los mayores de 55 años también supera en un 37% a la de los ‘Z’ y ‘Millenial’

La prestación media del sistema sube un 5% en un año por la revalorización con el IPC

La factura mensual del gasto en pensiones contributivas de la Seguridad Social deja un nuevo récord, como es habitual. El desembolso ascendió a 12.693 millones de euros tras crecer un 6,2% respecto al mismo mes del año previo. De esta forma, el gasto en pensiones se situó en el 11,5% del producto interior bruto (PIB). Los datos mensuales reflejan que los nuevos jubilados del sistema perciben 1.562 euros de pensión, un 37% más que los 1.139 euros brutos que cobran los cotizantes menores de 25 años.

La cuantía media de las nuevas altas de jubilación en el sistema ascendió en el mes de febrero de 2024 a 1.562,7 euros mensuales. Este dato es más elevado para aquellos jubilados que proceden de un empleo asalariado y cotizaban en el Régimen General: 1.669 euros. Entre los nuevos jubilados y los trabajadores que arrancan ahora su carrera laboral hay una brecha del 46%.

La habitual es que los jóvenes mejoren sus salarios según avanzan en su carrera. Sin embargo, este dato radica su importancia en que la última reforma de pensiones asienta sus esfuerzos en unos mayores ingresos. La precariedad con la que conviven los ‘Millenials’ y los ‘Z’ se refleja en sus nóminas: no alcanzan la base de cotización media hasta la franja de edad de los 35 a 39 años

Esta precariedad compromete la fórmula establecida para seguir manteniendo las pensiones públicas. Los propios datos de la Seguridad Social relativos a las bases de cotización explican que 4,8 millones de trabajadores no alcanzan el salario medio, de 2.100 euros brutos según los datos más actualizados (enero).

El conjunto de los trabajadores hasta 35 años tienen una base media de cotización de 1.690 euros. Frente a ellos, una cohorte de trabajadores muy numerosa apunta a la salida del mercado laboral en el plazo de una década. Son casi tres millones de trabajadores con 55 años o más que nutren al sistema de las pensiones con una base media de cotización superior de 2.325 euros mensuales.

Por tanto, los mayores de 55 años que se jubilarán en breve cobran un 37% más que los menores de 35 años que deben ‘soportar’ el sistema con medidas comprometidas como la creación de una nueva cotización social que no genera un derecho extra a pensión, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). Un ‘palo’ más en la rueda que también supone menos sueldo neto a final de mes y que durará hasta mitad de siglo, según la normativa actual.

El efecto de la revalorización

La pensión media del sistema ronda los 1.250 euros mensuales tras crecer un 5% en un año. El Ministerio de Seguridad Social argumenta esta subida gracias a la revalorización de las pagas con la inflación efectuada a principios de año. Además, las bases de cotización que salen del mercado laboral son paulatinamente más elevadas. Esta media corresponde a la cuantía de las distintas clases de pensión (jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y en favor de familiares), según los datos publicados este martes por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

En marzo, la pensión media de viudedad alcanzó los 894 euros al mes. De las nuevas altas en enero y febrero (59.189), el 61,7% fueron con edad ordinaria (36.504), mientras que un 10,5% se corresponden a la modalidad de jubilación demorada, frente al 4,8% que suponían en 2019.

Con respecto a marzo de 2019, año previo a la pandemia, la pensión media se incrementó un 27%. Si se toma como referencia la entrada en vigor de la Ley 21/2021, que garantiza el poder adquisitivo de las pensiones, la pensión media del sistema se ha incrementado un 21,4% (marzo 2021), gracias en gran parte a la revalorización conforme al IPC, aplicada en los últimos 3 años.

Casi tres cuartas partes de la nómina de pensiones contributivas corresponden a pensiones de jubilación, como viene siendo habitual. En concreto, estas pensiones suponen el 73,2% de la nómina, 9.288 millones de euros. A pensiones de viudedad se han destinado 2.102,8 millones de euros, mientras que la nómina de las prestaciones por incapacidad permanente asciende a 1.097,6 millones, la de orfandad, a 170,9 millones de euros y la de las prestaciones en favor de familiares, a 33,8 millones.

De los 10,1 millones de pensiones contributivas abonadas, 6,5 millones son de jubilación, 2,4 millones son de viudedad, y el resto corresponden a pensiones de incapacidad permanente (945.077), orfandad (341.283) y en favor de familiares (45.737). El número de pensiones crece a un ritmo interanual del 1,2%. En marzo, el número de pensionistas ha sido de 9,2 millones. De ellos, 4,6 millones son hombres y 4,5 millones, mujeres.

La proporción de pensiones por pensionista se mantiene en 1,1 prestaciones por persona. La pensión de jubilación es la principal para 6,3 millones de personas. De ellas, el 60% son hombres; en el caso de la pensión de viudedad, de los 1,5 millones de personas que la perciben como principal prestación, el 96% son mujeres. Por otra parte, hay 940.547 perceptores de incapacidad permanente, 323.449 de orfandad, y 45.128 en favor de familiares.

Fuente: El Economista La precariedad salarial de los jóvenes complica el pago de las futuras pensiones (eleconomista.es)

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