LA INDEMNIZACIÓN POR DESPIDO EN EUROPA: “REPARADORA, DISUASORIA Y JUSTA”

Los sindicatos consideran que la indemnización por despido en España, especialmente para los trabajadores con que llevan poco tiempo en su empleo, no es “suficientemente reparadora y proporcional”, si se tiene en cuenta que la indemnización se ha reducido en las últimas décadas.

 

El Ministerio de Trabajo, de la mano de su máxima responsable Yolanda Díaz, quiere cambiar para siempre la concepción que se tiene sobre la indemnización por despido. Y es que se está trabajando, según han confirmado desde el propio Ministerio, en una modificación en este sentido cuyo principal objeto es “modernizar” las indemnizaciones y hacerlas “disuasorias”.

 

La regulación de la indemnización por despido planteada en la última Comisión de Trabajo del Congreso de los Diputados, con la vista puesta en la redacción del próximo Estatuto del Trabajo del siglo XXI, tiene la intención de disuadir al empresario de extinguir el contrato y, a la vez, reparar el daño al trabajador. Para ello, la principal cuestión planteada responde a no establecer una cuantía fija de indemnización, aunque sí un mínimo. En su lugar, se prevé aplicar otros criterios que hagan esta compensación disuasoria y reparadora ligando este proceso a las circunstancias de cada trabajador que haya sido despedido.

 

En este sentido, la vicepresidenta informaba de que se está produciendo un fuerte debate en el seno de la Unión Europea sobre la conveniencia de modular la indemnización según las circunstancias personales del trabajador que se queda sin empleo.De hecho, el artículo 24 de la Carta Social Europea protege “el derecho de todos los trabajadores a no ser despedidos sin que existan razones válidas para ello” relacionadas con sus aptitudes o su conducta, o basadas en las necesidades de funcionamiento de la empresa. También se refleja el derecho de los trabajadores despedidos “sin razón válida a una indemnización adecuada o a otra reparación apropiada”. Los artículos 10 y 12 del Convenio 158 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señalan que, en el caso de que termine la relación laboral por causa injustificada, se deberá “ordenar el pago de una indemnización adecuada” u otra reparación que se considere apropiada.

 

El coste del despido en España es el más alto de la Unión Europea

En España, la indemnización por despido se sitúa en 20 días por año trabajado, que asciende a 33 días en caso de despido improcedente. Las cuantías aplicadas en nuestro país implican que un ciudadano que haya trabajado 20 años en una empresa acumula una indemnización de 360 días, situándose como el dato más elevado de Europa.

 

En la comparativa con los países de nuestro entorno, Alemania es el que, por derecho a indemnización, más se equipara con el nuestro. Los empleados teutones tienen derecho a casi 11 semanas si alcanzan los cinco años de antigüedad. En Francia los empleados perciben indemnizaciones de apenas 5 semanas por cada 5 años trabajados. En Dinamarca el coste del despido es cero. No importa los años que un empleado lleve en la empresa y ni siquiera existe la obligación de notificar la extinción del contrato con preaviso. Eso sí, es posible adquirir ciertos derechos si se negocian por convenio colectivo.El patrón se repite con otros países que mantienen el coste mínimo como Finlandia, que no establece la obligatoriedad de indemnizar al trabajador, pero dispone de ayudas públicas para evitar que quienes son despedidos se vean desamparados Suecia tampoco exige al empresario abonar pago alguno cuando se rescinde el contrato de un trabajador, aunque es habitual que las dos partes lleguen a un acuerdo de compensación. Por otro lado, Austria y Bélgica no contemplan el pago de una indemnización, pero establecen plazos exigentes de preaviso que deben estar cubiertos y remunerados.

 

A pesar de ello en España la UGT a interpuesto una reclamación colectiva ante el Comité Europeo de Derechos Sociales por el precio “asequible y nada disuasivo” del despido en España y afirman que el actual sistema español de despido incumple “de manera manifiesta” lo consignado en el artículo 24 de la Carta Social Europea y el Convenio 158 de la OIT. “La norma española se debe adecuar a la legislación internacional porque, de lo contrario, se dejará a las empresas vía libre a decisiones caprichosas, arbitrarias e injustificadas contra las personas trabajadoras”, han asegurado. Según UGT, la actual normativa española reguladora del despido no ampara a la persona trabajadora frente a decisiones arbitrarias, sin causa real, donde la empresa no tiene que hacer el mínimo esfuerzo por probar la causa que dice para justificar la extinción.

 

Pese a las duras críticas expuestas por el sindicato izquierdista UGT en relación a la escasa cuantía de la indemnización por despido en nuestro país, la realidad es bien distinta. En España, la indemnización por despido se sitúa en 20 días por año trabajado, que asciende a 33 días en caso de despido improcedente. Si atendemos a los datos recopilados por la OCDE, estas cuantías implican que un ciudadano que haya trabajado 20 años en una empresa acumula una indemnización de 360 días, situándose como el dato más elevado de Europa. De entre el conjunto de países desarrollados, solo Israel y Turquía nos superan. En caso de que la relación laboral se extinga tras 4 años de trabajo, la indemnización asciende hasta los 80 días, cifra más alta de Europa solo por detrás de Lituania.

 

Días de sueldo pagados como indemnización por despido

 

Las cuentas varían en función de su antigüedad. Si el trabajador acumula cinco años en la compañía, la factura se fija en las 14,3 semanas. Para los veteranos que atesoran más de diez años a sus espaldas, la cuenta final se dispara a las 28,6 semanas. No hay un caso igual en toda la Unión Europea, según las estadísticas actualizadas de la OCDE. Ni siquiera en la garantista Francia, donde los empleados perciben indemnizaciones equivalentes a 5,4 y 10,8 semanas, respectivamente.

 

Desde la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) apuntan que la posición tractora de España se debe al enorme peso que tiene la antigüedad en el cómputo de la indemnización por despido: «Aquellos trabajadores con mayor antigüedad tendrán, por el mero transcurso del tiempo, mayor salario diario sobre el que aplicar el régimen indemnizatorio», explican. En España, la compensación por despido improcedente es de 33 días de salario por año trabajado. Cuanto mayor sea el tiempo de servicio en la empresa, mayor será la base para hacer los cálculos.

 

El resultado de esta situación: España ocupa el puesto 25 de 41 países analizados en materia de flexibilidad laboral pertenecientes a la Unión Europea y a la OCDE, además de ser un país que presenta una nota “pésima” en el apartado de condiciones de contratación, de acuerdo al Índice de Flexibilidad Laboral elaborado con datos del Banco Mundial y otros organismos por parte de la Fundación para el Avance de la Libertad.

 

En este sentido, el mercado de trabajo más flexible es el de Dinamarca, un país que supera los 97 puntos sobre 100 en flexibilidad laboral, seguida de los Estados Unidos (92,4 puntos), Japón (91 puntos) y Gran Bretaña (83,2 puntos). En la mitad de la tabla se encuentran países como Austria, con 69,1 puntos; Bélgica, con 68,2 puntos; y Alemania, con 63,5 puntos. España les sigue con 60,8 puntos. Cierran el índice, con los niveles más bajos de flexibilidad laboral de todo el mundo desarrollado, países como Turquía (48,3 puntos), México (45,1 puntos) y Francia, el cual presenta el mercado de trabajo más rígido, con menos de 40 puntos.

 

Abaratar el despido

Las desigualdades internas lastran la comparación con los países más competitivos. El Banco de España o la fundación Fedea piden abaratar el despido y ampliar el preaviso de despido, para facilitar la búsqueda de empleo. En este último apartado España tiene una de las condiciones menos ventajosas para el trabajador: solo 15 días de preaviso, a mucha distancia de Francia (1 a 3 meses), Holanda (1 a 4 meses) o Dinamarca (1 a 6 semanas).

 

Encima de la mesa está también la mochila austríaca: supone rebajar las indemnizaciones a cambio de aportaciones puntuales a un fondo que el trabajador se lleva cuando cambia de empresa.  Dentro de la argumentación para defender estos cambios se encuentra que la actual dualidad y desigualdad del mercado español perjudica la incorporación de jóvenes -hay un 40% de desempleo juvenil, el más alto de la UE- y facilita que, en cualquier crisis, los recortes caigan sobre ellos.

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