LA HERENCIA DE ESCRIVÁ: MULTIPLICA POR 6 LA DE DEUDA DE LA SS Y CON MÁS IMPUESTOS A EMPRESARIOS, EMPLEADOS Y AUTÓNOMOS

Escrivá ha aprobado una reforma de las pensiones que no contempla una sola disminución del gasto para reducir el agujero del Estado y sólo se decanta por subir los impuestos. Este plan ha sido duramente criticado por todo tipo de organismos y casas de análisis, que alertan de que condenará a nuestro país a tener todavía más difícil la tarea de equilibrar las cuentas de la Seguridad Social.

 

En concreto, la reforma de Escrivá contempla tres estocadas a las cotizaciones sociales en los próximos años (la cotización de solidaridad, el destope de las cotizaciones máximas y el incremento anual del MEI) que, aunque harán que el Estado se quede con alrededor del 50% de lo que generan los salarios a partir de 20.000 euros, no serán capaces de sufragar el aumento del gasto del sistema que plantea el ministro. Y todo ello, a pesar de que el ministerio que dirige Escrivá cerró el año 2022 con una subida de los ingresos por cotizaciones sociales que ha alcanzado los 140.282 millones de euros, un “máximo histórico” que el Gobierno no ha dudado en celebrar.

 

 

Sin embargo, la revalorización de las pensiones al IPC (sobre todo), el incremento todavía mayor de las pensiones mínimas o el refuerzo del “complemento de género” dispararán el gasto del sistema. Solo en 2023, el coste de la revalorización al 8,5% de las pensiones será de 13.600 millones de euros y si le añadimos la subida del 15% de las no contributivas y del IMV, esta cifra asciende a 14.500 millones.

 

Tampoco hay que olvidar que el ministro ha estrenado este año también la reforma del régimen de cotización de los autónomos que supondrá que los trabajadores por cuenta propia que ingresen más de 1.700 euros al mes pagarán más que ahora y los que ingresen menos, se quedarán igual o pagarán menos.

 

También el 1 de enero de este año el Gobierno ha elevado un 0,6% las cotizaciones de todos los trabajadores dados de alta en la Seguridad Social (ya sean autónomos, independientemente de lo que ganen, o empleados) para recaudar casi 3.000 millones de euros al año a través del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). Lo que recaude este mecanismo irá destinado a la hucha de las pensiones, con la que el Ejecutivo que pretende afrontar la oleada de jubilaciones de los baby boomers. 

 

Sin embargo, no será suficiente. Y es que, a finales de noviembre de 2022 el endeudamiento de la Seguridad Social se situó en la friolera de los 106.176 millones de euros, un 7% más que un año antes. Si comparamos la cifra actual con los 17.173 millones de junio de 2017 (CUANDO SE VACIÓ EL Fondo de Reserva de la SS, “la hucha de las pensiones”) vemos que la cifra se ha multiplicado por más de seis veces.

 

Detrás de los números rojos de la Seguridad Social hay varias causas, pero sobresale el gasto en las pensiones contributivas aunque el gasto no contributivo (IMV, pensiones no contributivas, complemento a ínimos de las pensiones,…) asciende a casi 15.000 millones de euros. Si la Seguridad Social tuviera que hacer frente a sus gastos previstos para 2023 solo con los ingresos de las cotizaciones sociales de los trabajadores, el agujero en sus cuentas superaría los 50.000 millones de euros y para evitarlo se cuenta con transferencias y un préstamo del Estado que en conjunto suponen casi 49.000 millones.

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