Las diferencias registradas entre hombres y mujeres a lo largo de su trayectoria laboral, y en particular, con respecto a las condiciones salariales y de empleo, condicionan decisivamente su situación posterior en el sistema de pensiones.
Un estudio de CCOO y la Fundación 1º de Mayo alerta de la brecha de género entre las personas jubiladas, como sucede en las pensiones contributivas de jubilación, donde las mujeres deberían subir su pensión un 48% para alcanzar la pensión media de los hombres (1.375,73 € en 2021).
En cambio, el 93% de las pensiones de viudedad son percibidas por las mujeres, mientras que los hombres únicamente suponen el 7%. Lo mismo sucede con las pensiones no contributivas de jubilación, en las que las mujeres suponen el 64% de los beneficiarios, según los datos de este trabajo.
Más allá de la brecha de género, el informe subraya que España alcanza los niveles europeos en gasto en pensiones (12,7% del PIB en 2019), aunque refleja todavía margen de “mejora” en las pensiones de jubilación (un 9,9% del PIB, frente al 10,8% de la media de la UE). Entre los Veintisiete, España ocupa el puesto 11 en gasto en pensiones sobre el PIB.
El estudio también señala que, En España, la tasa de remplazo de las pensiones es comparativamente superior a la media europea (un 74% frente al 54%), lo que, según este estudio, “pone en evidencia el modelo productivo de bajos salarios en España”. Hay que tener en cuenta que la tasa de reemplazo es un indicador que muestra, porcentualmente, la capacidad de sustitución de la cuantía percibida por las pensiones, respecto del salario que se percibía durante la actividad laboral.
Por otro lado, es de resaltar las importantes diferencias entre comunidades autónomas en la cuantía de las pensiones. Así, las regiones con mayor cuantía son País Vasco, Asturias, Madrid y Navarra; mientras que las Comunidades con menor cuantía son Extremadura, Galicia y Murcia.
Como se puede observar, las mujeres presentan un mayor número de pensiones y representan el 52% del total de pensiones. En cambio, si atendemos al tipo de pensión, su distribución es marcadamente desigual. Las mujeres tienen un mayor peso en aquellas que se derivan del derecho derivado, esto es, aquellas que se perciben como consecuencia de la relación familiar (como son las de viudedad, orfandad o a favor de familiares). Los hombres, por el contrario, se concentran en las pensiones que resultan del derecho propio por haber cotizado a lo largo de su vida laboral, fundamentalmente.
La mayor parte de las pensiones, en cuanto a volumen de beneficiarios, se corresponde con las pensiones de jubilación, de incapacidad y viudedad, en las que las mujeres representan en cada una de ellas el 40% y 37% y 92%, respectivamente. De ello, resulta que las mujeres, a pesar de ser mayoritarias en las pensiones, muestran una marcada desigualdad entre los distintos tipos de pensiones, sobre todo en aquellas vinculadas al derecho propio.
Considerando el tipo de pensión, es necesario señalar que las pensiones con mayor importe, tanto para hombres como mujeres, son las relativas a pensiones derivadas del derecho propio, esto es, las de jubilación e incapacidad permanente. En cuanto a la cuantía, la pensión media de las pensiones de jubilación de las mujeres es de 925,60 euros, mientras que la de los hombres era de 1.375,73 euros. En cuanto al a pensión media de incapacidad permanente, la brecha se cifra en un 16% y en este caso, la pensión media de las mujeres alcanza los 904,49 euros, mientras que la de los hombres es de 1.047,42 euros. La distribución cambia con respecto a las pensiones de viudedad en las que la pensión media de viudedad de las mujeres es superior a la de los hombres, un 31%. Como se señalaba anteriormente, esto se debe a que este tipo de pensiones se calcula a partir de las bases de cotización del cónyuge, lo que significa que las pensiones de de viudedad de las mujeres se calculan en su mayoría a partir de las bases de cotización de hombres, quienes perciben un mayor salario. Esto da como resultado una pensión media de viudedad de las mujeres de 762,60 euros mensuales y la de los hombres es de 524,94 euros.
Por otro lado, también es necesario prestar atención a la distribución de hombres y mujeres con respecto a las pensiones no contributivas. En este sentido, en relación con la cuantía, no existen diferencias, al no establecerse ésta en función de las cotizaciones del empleo. Este tipo de pensión tiene como objeto suplir la falta de ingresos al no poder acceder a una pensión contributiva por no alcanzar las cotizaciones necesarias para ello. Se trata de pensiones fijadas en función de otros parámetros, con la misma cuantía para hombres y mujeres, En 2021, estas pensiones alcanzan los 387 euros mensuales en el caso de jubilación no contributiva y 427 en el caso de invalidez no contributiva.
En todo caso, sí que es cierto que existen diferencias con respecto al número de personas que son beneficiarias de este tipo de prestación y las mujeres son la mayor parte de las personas del sistema no contributivo.
Desagregando los datos por tipo de pensión, 192.965 mujeres perciben una pensión no contributiva de jubilación, frente a 69.545 hombres, lo que supone que las mujeres representan el 74% del total. Esto se explica porque son muchas las mujeres que no reúnen los requisitos para acceder a la pensión de jubilación contributiva. La paralización de las carreras profesionales de las mujeres, derivado del trabajo de cuidado, hace que no alcancen el mínimo tiempo de trabajo remunerado para poder acceder a una pensión contributiva del sistema. Finalmente, las diferencias entre hombres y mujeres también se registran en las pensiones no contributivas de invalidez, aunque con menores niveles (91.270 mujeres, frente a 89.546 hombres).
Las diferencias de género en las pensiones contributivas en España son cuantitativamente importantes, pero tienden a disminuir a lo largo del tiempo. La diferencia en la pensión media de jubilación entre mujeres y varones se explica porque la mujer ha cotizado menos años y ha recibido menor salario. Desde los años 70 hasta el presente, la tasa de empleo de la mujer en España ha experimentado un aumento espectacular, desde el 28% a 70%. Este aumento se ve ya reflejado en una mayor tasa de cobertura de la pensión de jubilación de las nuevas generaciones de jubiladas junto con una mayor pensión media de jubilación. En consecuencia, la brecha de género en la pensión de jubilación está disminuyendo.