El nuevo sistema informático, ALMA, ha disparado las incidencias y recibe las críticas de sindicatos y funcionarios
El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), un organismo clave en un contexto en el que España registra la mayor tasa de paro de la Unión Europea (UE) e incapaz de colocar desempleados -una de sus responsabilidades principales-, afronta nuevos retos en el peor de los escenarios. Sin la plantilla necesaria para desempeñar algunas de sus funciones, con trabajadores a punto de jubilarse -lo que provoca un elevado número de bajas e incapacidades- y con sistemas informáticos ineficientes, el SEPE se ha convertido en una auténtica bomba que puede estallar por cualquier sitio.
La vulnerabilidad tecnológica quedó patente en marzo de 2021 con un ciberataque contra los obsoletos sistemas informáticos que impidió dar algunos servicios durante dos semanas y retrasó el pago de prestaciones. Tres días después del intento de robo de datos, la página web del SEPE empezó a funcionar para facilitar gestiones básicas.
Los sindicatos de la Función Pública han denunciado los importantes déficits de recursos que acumula el Servicio Público de Empleo, un asunto que pone en peligro su eficacia. Comisiones Obreras (CCOO) admite que falta plantilla y que numerosos efectivos desempeñan funciones que no contemplan su categoría. Los subsidios más recientes, como el Ingreso Mínimo Vital (IMV), han incrementado de forma importante la carga de trabajo.
La gestión informática del empleo
CCOO apunta que a todo ello hay que sumar una nueva solución informática, ALMA, «caro donde los hubiera, que se está transformando en un detonante para hacer explotar un globo que ya no puede estirarse más». Esta tesis es compartida por trabajadores del SEPE, que han pedido su retirada del programa informático.
La razón es que la aplicación, aseguran, causa muchos problemas y ralentiza el trabajo, impidiendo brindar un servicio adecuado a los ciudadanos. «Tramitar las prestaciones con la celeridad que se requeriría es casi imposible, ya que el programa funciona mal, tiene muchos errores y cada día aparecen nuevos fallos», asegura un funcionario en una petición en change.org.
Comisiones Obreras señala que ALMA se implantó inicialmente para la gestión de los nuevos subsidios, «misión en la que fracasó estrepitosamente. De hecho, el primer día no se pudo gestionar ni un solo expediente y hoy, seis meses después, la situación, lejos de ir a mejor, ha empeorado».
«Ha empeorado tanto que podemos constatar que existe un caos. Miles de horas perdidas con las incidencias en torno a una aplicación informática desastrosa, en un organismo que no se lo puede permitir por las deficiencias de plantilla que soporta», aseguran desde el sindicato. El sistema costó 36 millones de euros y lo ha desarrollado Deloitte, pero los trabajadores aseguran que el programa no permite acreditar, entre otras cosas, si los ciudadanos están cobrando sus subsidios.
Falta de efectivos en el SEPE
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha reconocido en una reciente respuesta parlamentaria que el SEPE ha perdido 3.000 efectivos en los últimos años. Para los sindicatos, lo peor, además de la escasa plantilla, es que el 70% es personal de apoyo que realiza tareas de personal técnico. Los últimos datos del Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas muestran que el pasado julio había 7.332 efectivos en el SEPE. De estos, hasta 5.425 eran funcionarios, 1.082 interinos y el resto personal laboral. Los sindicatos estiman que faltan en torno a 5.000 efectivos
Otros de los momentos en el que se desató el caos fue en los meses posteriores a la pandemia. La avalancha de expedientes de regulación temporal de empleo -en torno a 900.000- forzaron a los efectivos del SEPE -en ese momento más de 2.100 interinos y cerca de 1.000 laborales- a realizar jornadas maratonianas y a fichar durante sábados y domingos. La carga de trabajo, la escasez de plantilla, sueldos de poco de más de mil euros, una tecnología obsoleta y el ciberataque de 2021 han servido para consolidar un panorama muy negativo en el organismo encargado de la gestión de subsidios y prestaciones de empleo.
¿Agencia de colocación?
El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) apenas coloca al 2% de los parados y trabajadores que demandan un puesto mejor. El porcentaje, que muestra su ineficiencia para ese objetivo, es tan bajo que a través de las redes sociales ya es posible encontrar seis veces más empleos que mediante el SEPE. Los datos, analizados por THE OBJECTIVE y recogidos en último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre Redes de Apoyo, dejan patente que LinkedIn y otras redes y páginas profesionales ayudaron a encontrar empleo en 2023 al 11,1% de los que lo buscaban.
La familia, los amigos y los contactos del trabajo son el método más eficaz para lograr un nuevo puesto. Hasta un 23,8% de los parados consiguieron su empleo gracias a estas vías. Por su parte, el 18,2% se puso a trabajar acudiendo personalmente a las empresas o presentando directamente el currículum. Un 14,4% lo hizo gracias a una oposición o un concurso de traslado. Según el CIS, hasta el 26,1% de los encuestados de clase baja-pobre y el 22% de clase media-baja accedieron al mercado laboral a través de contactos familiares, amigos y conocidos.
Fuente: La ‘bomba’ del SEPE: plantilla envejecida, en mínimos e incapaz de afrontar nuevos retos