A falta de que Díaz desagregue los datos, la categoría donde se incluye a este colectivo alcanzó las 627.000 personas en octubre, frente a las 229.000 que hubo en el mismo mes de 2019
La gran incógnita del mercado laboral tras la reforma llevada a cabo por la actual ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y aprobada a finales de 2021 es si ha mejorado la precariedad. Ese era su objetivo a través de la sustitución del contrato temporal por el indefinido, pero en su defecto ha ganado peso la fórmula del fijo discontinuo, que se considera indefinido, pero permite al empresario desactivar al trabajador cuando menos carga de trabajo hay. Eso, en la práctica, implica que éste queda sin empleo y sueldo durante periodos de tiempo en los que, si ha cotizado lo suficiente, puede cobrar incluso una prestación por desempleo.
Sin embargo, esos trabajadores antes temporales y ahora fijos discontinuos que están sin trabajo, se han apuntado al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y en los mejores casos cobran una prestación, nunca se han contabilizado como parados. El debate surge en el momento en el que los trabajadores con un contrato de este tipo han aumentado un 130%, hasta superar el millón. ¿Cuántos están en periodos de inactividad -es decir, en el paro- en cada momento? No hay cifras oficiales. El Gobierno se comprometió en enero a aportarlas, pero más de 300 días después sigue sin desvelar los datos.
Sin embargo, sí se sabe que estos fijos discontinuos inactivos que se inscriben en el SEPE se contabilizan en otra estadística distinta al paro: los demandantes de empleo con relación laboral. En la misma categoría (y sin desagregar, que es lo que se reclama al Gobierno que haga) se mezcla a los fijos discontinuos inactivos, los afectados por un ERTE y los demandantes en situación de adscripción por colaboración social. Por tanto, aunque no se puede saber con exactitud a cuánto ascienden los fijos discontinuos inactivos, sí se pueden hacer aproximaciones, tal y como llevan haciendo Fedea y BBVA Research desde hace un año en sus observatorios trimestrales del mercado de trabajo
En base a estos datos, y entendiendo que las dos categorías restantes se mantienen relativamente constantes, este colectivo alcanzó las 627.000 personas en octubre, frente a las 229.000 que había en el mismo mes de 2019. Es decir, que ya se han triplicado. La referencia debe ser el año 2019 porque en los dos años previos a la reforma la pandemia obligó a las empresas a recurrir a los ERTE, y los afectados por estas suspensiones de empleo también se encuadran en esta casilla. Por tanto, 2019 se considera el año de ‘normalidad’ en términos estadísticos.
Los fijos discontinuos inactivos empezaron a aflorar en la estadística de demandantes de empleo justo hace un año, en octubre de 2022. Ese mes el SEPE registró 461.000 personas inscritas, el doble que en 2019. El máximo se alcanzó en agosto de este año, con 689.400 demandantes con relación laboral, algo más del doble que en 2019 (307.500). En septiembre la cifra bajó ligeramente, probablemente por la reincorporación de los trabajadores en el sector de la educación tras las vacaciones.
Sin embargo, en octubre los demandantes de empleo crecieron respecto a septiembre en 39.800. Florentino Felgueroso, investigador de Fedea, explica que esto podría deberse a la desactivación de trabajadores en el sector de la hostelería tras la temporada de verano, donde se concentran la mayoría de los fijos discontinuos junto con el sector de la educación. También aumentaron un 36% respecto al año anterior (166.000 más). Se encadenan así dos años de incrementos, lo que ha provocado que la cifra ya triplique los niveles previos a la reforma laboral (siempre comparando los mismos meses de años distintos por los efectos estacionales).
Sin mejora en el paro
Este es el dato que el Gobierno se resiste a facilitar. Informó de que el paro registrado en octubre se situó en las 2,8 millones de personas, frente a las 3,2 millones del mismo mes de 2019. Sin embargo, si se contabilizaran como parados a los fijos discontinuos inactivos, el dato de desempleados alcanzaría los 3,4 millones, exactamente la misma cifra que si en octubre de 2019 se hubiese sumado este colectivo excluido del paro. Es decir, que si se tiene en cuenta también a estos fijos discontinuos inactivos, el paro en realidad no ha mejorado. Esto es lo que Fedea ha denominado ‘paro efectivo’ ante la ausencia de una estadística oficial.
“Mientras que el paro registrado se redujo en unas 155.000 personas entre los meses de octubre de 2022 y 2023, el ‘paro efectivo’, que se define como la suma del paro registrado y de los demandantes con relación laboral, experimentó un aumento de 10.000“, destacan Fedea y BBVA Research en su último observatorio. “Aunque seguimos sin conocer el número de personas en cada una de estas situaciones, es probable que la evolución de los demandantes con relación laboral esté relacionada con la de los demandantes fijos discontinuos”, explican.
Entre los motivos que conducen a los servicios de estudios a pensar que el incremento en los demandantes de empleo con relación laboral se debe a los fijos discontinuos está el hecho de que entre noviembre de 2022 y octubre de 2023 se han registrado 2,4 millones de contratos fijos discontinuos, mientras que la afiliación al Régimen General con este tipo de contrato (es decir, en periodo de actividad) tan solo ha crecido en 38.000 entre octubre de 2022 y 2023. Además, concluyen que “el ‘paro efectivo’ sigue el patrón estacional que tenía el paro registrado antes de la reforma laboral de 2022”.
Fuente: Vozpopuli