En la anterior edición del MIR, geriatría y gerontología agotó todas sus plazas con el número de aspirante 10.500, más de 2.000 puestos después que el año anterior
En 2023, una de cada cinco personas en Europa tenía más de 65 años y el porcentaje subirá hasta el 29% en 2050; además, la esperanza de vida alcanzaba los 81,5 años. España se encuentra entre los países que superan esta cifra por dos años y también cuenta con la comunidad autónoma más longeva, superando los 86 años, que es Madrid. En cuanto al número de ancianos, el recuento alcanza las 9 millones de personas.
En este contexto de país envejecido, se da una paradoja con los médicos especialistas en ancianos: la especialidad de geriatría y gerontología fue una de las últimas que agotó todas sus plazas en la edición anterior del MIR. Esta semana ha arrancado la nueva adjudicación de plazas y aún no se conoce qué ocurrirá.
Concretamente, la última de las 111 plazas fue escogida por el médico que obtuvo el puesto 10.500, más de 2.000 números después que el año anterior. De esta manera, se colocó entre las últimas en completar todo el cupo. Esto contrasta con las cifras comentadas anteriormente y con la gran demanda de estos profesionales que hay actualmente y que los expertos auguran que aumentará aún más. Nicolás Martínez, vicepresidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), asegura que, aunque el número obtenido en la prueba de Formación Sanitaria Especializada no determina la valía del residente, esto no es derivado de una única causa, sino que es multifactorial.
El problema principal radica en el desconocimiento sobre qué es realmente esta especialidad: «Cuando la das a conocer y explicas en las facultades en qué consiste, haces cambiar la mentalidad a los estudiantes, por lo que dejan de pensar que es exclusivamente para personas discapacitadas, dependientes o con alzhéimer… es mucho más que todo eso».
Por ello, el jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Navarra considera que todas las facultades de Medicina, sean de universidades públicas y privadas, tendrían que tener de forma obligatoria una asignatura de geriatría y ponderada con el número de créditos que «se merece una especialidad así». «Es la clave», insiste. Además, debería estar impartida por profesionales preparados para ello, conocedores del tema y, a poder ser, con pasión por la especialidad.
Y es que la pasión tiene mucho que decir en toda esta cuestión. La medicina, en general, es muy vocacional, pero si hablamos de esta especialidad cobra especial relevancia. «Te tiene que gustar, ahí no puedes equivocarte. Creo que es un error si la coges por descarte o porque tienes que buscar algo. Tiene que ser pasional», comenta.
Más allá de la falta de conocimiento real sobre geriatría dentro del mundo médico académico, este déficit también se encuentra en la sociedad, por lo que aboga por «finalizar esos estereotipos».
La alta demanda de especialistas en geriatría
Martínez, quien también es el responsable del Grupo de Investigación de Geriatría de NavarraBiomed, defiende que además de tener vocación y de una buena base de información sobre geriatría en las universidades, es necesario que haya plazas de geriatría MIR en todos los hospitales públicos a nivel nacional.
Actualmente, tal y como asegura, no se está cubriendo la «alta demanda» de geriatras. «Hay ofertas continuas, es una especialidad que en estos momentos tiene déficit de profesionales», sostiene.
Pero esto irá a más, según vaticina: «Estoy convencido de que va a haber más demanda de geriatras a medio y largo plazo». Además, se muestra optimista en cuanto a la valoración de la sociedad. «En Inglaterra, que es la pionera en geriatría, ocurría algo parecido y, sin embargo, en los últimos años ha dado un vuelco brutal. Intuyo que va a ocurrir algo parecido», defiende.
Y es que tiene motivos para mostrarse positivo. El año pasado, la primera plaza que se escogió fue del número de orden 803 y este año ha sido elegido por el 80. En ambos casos hay algo en común, las plazas eran en el Hospital de Navarra, donde ejerce este experto, quien también es director del Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra.
Fuente: Érase una vez un país envejecido con poco interés por la geriatría: «Es mucho más que el alzhéimer»