El SEPE quiere reconvertirse en una gran empresa nacional de recursos humanos

La realidad del SEPE hoy en día es que está muy lejos de lo que se pensó en su momento como una agencia de empleo estatal. El 90% del  trabajo que realizan los funcionarios que hoy en día trabajan en este organismo están destinados a tramitar prestaciones. Pero lo que se busca es reconvertir el SEPE en una gran empresa nacional de recursos humanos.

Para ello el Gobierno tramitó a principios de diciembre un anteproyecto de ley de empleo que transformaría el SEPE en una gran empresa de recursos humanos, donde las empresas publicarían sus vacantes y los desempleados tendrían un tutor que se encargaría de trazar un itinerario formativo que se les de más posibilidades para cubrir las vacantes publicadas.

¿Cuáles serán las obligaciones de las empresas?

España ha tomado como ejemplo a la Agencia Federal de Empleo de Alemania para obligar a las empresas a comunicar las vacantes. Esta decisión le daría a la futura Agencia Española para el Empleo datos precisos para un mejor conocimiento de la realidad diaria del mercado.

Pero hablamos siempre de algo voluntario, puesto que no se va a desarrollar un régimen sancionador si las empresas no comunican sus vacantes al SEPE. La idea es que lo hagan de forma voluntaria, puesto que sería un derecho que tiene la empresa y les beneficia al poder acceder a una base de candidatos que podrían cubrir dicho puesto.

Esto es algo que ya ocurre. Pero la mayoría de las empresas no acuden al SEPE para cubrir sus ofertas por diferentes motivos:

  • Los candidatos que les envían no están realmente interesados en cubrir el puesto, lo que implica una pérdida de tiempo para las empresas.
  • Es un servicio lento y la demanda de los puestos en muchos casos tarda demasiado en cubrirse.
  • En caso de competencia con otras empresas por el mismo candidato,  ¿quién decide qué procesos inicia y cuáles no?

Hay un aspecto que es interesante y donde este anteproyecto de ley ha querido poner énfasis como es la movilidad geográfica, para facilitar cubrir puestos de trabajo en unas regiones con los perfiles desocupados que pueda haber en otras.

Beneficiados, los desempleados que buscan un nuevo trabajo

El cambio más importante viene por parte de la formación de los desempleados. Mejorar sus posibilidades de reincorporarse al mercado laboral. La figura del tutor es clave, pero por la cantidad que se piensan incorporar, no van a ser suficientes para cubrir el número de parados inscritos en el SEPE.

Entre el número inicialmente previsto y el total de desempleados se supone que solo podrían cubrir la atención a uno de cada tres. Y además luego que alguien nos guíe y trace un itinerario para nosotros en función de nuestro perfil es solo un mapa, luego hay que recorrer el camino y eso necesita tiempo y recursos de formación. Y todos sabemos cómo ha funcionado los planes de formación para empresas y desempleados.

Una base de conocimiento para resolver los problemas de empresas y trabajadores

Donde si parece efectiva la estrategia es en la cuestión estadística. Si se logra establecer una lo que llaman la cartera común de servicios para todos los usuarios de los servicios de orientación, intermediación , formación y asesoramiento para el empleo.

Esta cartera será ofrecida tanto por el Estado pero también por los servicios de empleo autonómicos y locales, las ETT y las entidades colaboradoras lo que al final va a suponer un mejor conocimiento de las necesidades del mercado a la hora de ver qué puestos se necesitan y cuál es el perfil de la gente disponible para cubrirlos. De esta forma se podrían proponer planes de formación que sí mejoraran la empleabilidad de estos trabajadores en paro que quieren reincorporarse al mercado laboral.

Problemas de base para reconvertir el SEPE

Aquí es donde ya comienza a chirriar el plan del Gobierno de convertir el SEPE en lo que siempre debería haber sido, una agencia de empleo. Porque a día de hoy el SEPE ya realiza esta función, tiene un portal de empleo como Empléate, pero la realidad es que apenas un 2% de los contratos firmados en 2019 se hicieron a través del SEPE.

El segundo gran problema es que esta parte de la gestión de los planes de formación e itinerarios está cedida a las autonomías. Y ya hemos visto que no es precisamente que la coordinación en temas críticos como el COVID ha funcionado demasiado bien.

Además hablamos de un organismo cuyas quejas de funcionamiento, de digitalización dejan mucho que desear. No basta con un deseo para hoy estar trabajando con ordenadores y Windows XP y mañana estar en la nube y gestionar el empleo a través de una app móvil.

En definitiva se trata de darle la vuelta por completo a cómo está pensado y estructurado el SEPE, pero también parte del trabajo que hacen las autonomías en la formación. Y esto no va a ser fácil ni va a pasar de un día para otro.

Fuente: Pymes y autónomos

Deja un comentario