Los ingresos que la Seguridad Social recibe por cotizaciones sociales mantendrá en 2025 la tendencia al alza de los últimos años. Tras escalar un 7% en 2023 y un 6,5% previsto en 2024, las previsiones del Ministerio comandado por Elma Saiz cifran el incremento para el próximo ejercicio en el 6,5%, hasta superar los 177.300 millones.
Evidentemente, esta cifra incluye el impacto positivo de la evolución de la economía, el mercado laboral y los salarios. Pero también las medidas que el Gobierno aprobó en la reforma de pensiones. La que más ingreso generará es el MEI, con 4.403 millones.
Asimismo en el próximo ejercicio entrará en vigor la llamada cuota de solidaridad para aquellos salarios que superen los 58.914 euros anuales, lo que reportará otros 400 millones. En última instancia, el incremento progresivo de las bases máximas de cotización (destope) y el nuevo sistema de cotización por ingresos reales de los autónomos, generarán casi 1.000 millones, el triple que en 2024.
Salvo en el caso de los trabajadores por cuenta propia, el esfuerzo extra que se exige al resto de asalariados no tendrá contrapartida en las pensiones futuras, ya que el MEI y la cuota de solidaridad son aportaciones que no generan más derecho a prestación. En cuanto al destope, al superar el alza del IPC en 1,2 puntos también engordará la brecha entre el aumento de las bases máximas de cotización y el propio de la paga recibida tras la jubilación.
Este sacrificio extra a empresas y trabajadores golpeará a los negocios en su capacidad para atraer talento y crear empleo. Pero además resultará inútil para paliar los desequilibrios del sistema al obviarse en la reforma cualquier medida para racionalizar el gasto pese a progresivo retiro de la generación del baby boom.