Las bajas laborales por incapacidad temporal registran su peor dato histórico con una prevalencia de 53,3 bajas por cada 1.000 trabajadores
El envejecimiento de la población y la saturación de la sanidad pública son los principales factores que agravan el problema
Las pymes ven con preocupación los planes de Yolanda Díaz para imponer un recorte de la jornada máxima semanal sin ajuste de salario que muchas no podrán asumir.
La factura del absentismo laboral para las empresas no deja de encarecerse. El repunte sostenido de las faltas al trabajo desde la pandemia ya le supone 13.961 millones de euros al año a los empleadores de esos asalariados, lo cual confirma que se trata de un problema de primer orden al que no está prestando apenas atención el Ejecutivo. Y eso a pesar de que la Seguridad Social también tiene que destinar un creciente volumen de recursos al abono de las bajas laborales: nada menos que 15.673 millones anuales, según los últimos presupuestos del ente, pero la cifra seguramente sea superior cuando se liquide de forma definitiva el último ejercicio.
Esta tendencia alcanza cotas preocupantes en autonomías como País Vasco, cuya tasa de absentismo es del 8,7%, Canarias y La Rioja -en ambas, un 8,4% de la población activa-. El sobrecoste que para las empresas supone este fenómeno agrava la asfixia fiscal y regulatoria que denuncian muchas pymes, que han visto cómo sus costes laborales se han disparado en los últimos seis años debido a decisiones del Gobierno de PSOE y Sumar como las subidas encadenadas del salario mínimo, el alza de las cotizaciones sociales, el destope de las bases máximas o el denominado recargo de solidaridad para financiar el déficit del sistema público de pensiones.
De ahí que las pymes vean con preocupación los planes de Yolanda Díaz para imponer un recorte de la jornada máxima semanal sin ajuste de salario que muchas no podrán asumir: un 51% de las compañías de menor tamaño prevén despidos en caso de que se apruebe una medida que les impondría mayores costes laborales.
Los «reyes del escaqueo»: 326.000 trabajadores no van a «currar» cada día sin baja médica
La ausencia de los trabajadores de sus puestos cuando estaba prevista su presencia (absentismo laboral) sigue siendo uno de los mayores motivos de preocupación en las empresas. No solo las impide atender a sus tareas diarias, sino que tiene un impacto directo sobre la productividad y los costes empresariales, lastrando la competitividad y el progreso de las mismas al tratarse de un fenómeno recurrente. Y es que, desde 2019 hasta el cierre del pasado año, las mediciones del absentismo muestran signos de crecimiento constante. En el caso del absentismo por baja médica, la situación es más alarmante, dado que en la última década prácticamente se han duplicado los casos en el promedio de sectores.
Los datos correspondientes al cuarto trimestre de 2024 reflejan que en España el nivel de absentismo ha provocado la pérdida de un 6,7% de las horas pactadas, tanto por una baja médica (situaciones de incapacidad temporal, IT) como por el resto de ausencias. En el caso estricto del absentismo por IT ha supuesto la pérdida de un 5,2% de las horas pactadas en el período referido, según el último informe de Randstad Research, que analiza los datos de la Encuesta Trimestral de Costes Laborales del Instituto Nacional de Estadística.
Los datos no engañan: desde finales de 2022, el nivel de absentismo laboral se mantiene por encima del 6% y desde finales de 2023, el absentismo por IT se sitúa por encima del 5%.

¿Pero en qué se traducen estos niveles? Teniendo en cuenta que en el cuarto trimestre de 2024 el número de ocupados según la Encuesta de Población Activa (EPA) ascendía a 21,86 millones de personas, un 6,7% de absentismo equivale a que, en promedio, cada día un total de 1.463.544 personas no acudieron a su puesto de trabajo, un incremento de un 6% respecto del trimestre anterior.
De estas, un total de 1.137.350 personas se encontraban de baja médica durante el cuarto trimestre del año, un 5% más respecto al tercer trimestre de 2024.
De la resta se deduce que más de 326.000 trabajadores se ausentaron cada día de su puesto de trabajo por razones distintas a una baja médica a lo largo del cuarto trimestre de 2024, un 22,2% del total de personas que no fueron a trabajar. Una proporción difícil de asumir para cualquier empresa, con unos costes que complican su supervivencia.
Por sectores, la industria presenta la tasa de absentismo general más alta (7,2%), junto con el sector servicios, con un 6,7%. Ambos sectores también superan el nivel medio de absentismo por incapacidad. En cambio, el sector de la construcción se mantiene con la tasa de absentismo general y por IT más baja, 5,6% y 4,7% respectivamente.
Además, el estudio del absentismo por ramas de actividad pone de manifiesto que existe una gran dispersión respecto al absentismo. Mientras que algunos sectores cuentan con un nivel reducido (diez de ellos con absentismo por debajo del 4,2%), siendo el menor nivel un 2,7%; otros se enfrentan a un grave problema relacionado con el absentismo (los diez sectores con mayor absentismo se sitúan por encima del 9,2%).
Dentro del top 10 con menor absentismo, nos encontramos los sectores de Actividades relacionadas con el empleo (2,7%) y de Actividades jurídicas y de contabilidad (2,8%), ocupando los niveles más bajos. En el top 10 con mayor absentismo, están los sectores de Actividades de juegos de azar y apuestas y Actividades postales y de correos, con niveles de 11,9 y 11,8 respectivamente.
Como consecuencia del mayor impacto del absentismo en la industria, son las regiones con mayor actividad industrial las afectadas por este fenómeno. Así, mientras Baleares es la que menor tasa registró en el cuarto trimestre (5,7%) seguida de Madrid (5,8%), el País Vasco es la región que registra un mayor absentismo al cierre de 2024, con un total del 8,7% de las horas pactadas. Tras el País Vasco, se sitúan Canarias (8,4%) y Galicia y Cantabria (7,8%). Las regiones donde más creció el absentismo fueron sido La Rioja, ocho décimas, hasta el 6,4%; Cantabria, seis décimas (7,8%), y Murcia, con cinco décimas (7,7%).
Récord en bajas laborales por enfermedad.
El incremento de las bajas por incapacidad temporal no es solo una percepción de los empresarios, sino una realidad respaldada por datos oficiales de la Seguridad Social de 2024 que acaban de publicarse.
De acuerdo con lo publicado por El País, los registros de la Seguridad Social revelan que la prevalencia media de incapacidades temporales por contingencias comunes (aquellas no relacionadas directamente con el trabajo) alcanzó su porcentaje histórico más alto: 53,3 por cada 1.000 asalariados en 2024. La de los profesionales autónomos se sitúa en 39,8 por cada 1.000 empleados.
Un elevado coste para la economía.
Según el informe ‘Absentismo Laboral por Contingencias Comunes’ elaborado por la patronal Asedas y la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), en España en 2024 se produjeron 8.716.663 procesos de bajas por enfermedades y accidentes no laborales, que supusieron un coste de más de 28.987 millones de euros en prestaciones económicas de Seguridad Social y Coste Directo para las Empresas. Este gasto se ha incrementado en un 99% en los últimos seis años.
La media de tiempo que un trabajador permanece de baja médica por incapacidad temporal es de 39,2 días por contingencias profesionales (las relacionadas directamente con la actividad laboral), mientras que para los profesionales autónomos se incrementa hasta los 106,5 días.
El envejecimiento de la fuerza laboral.
Uno de los principales motivos detrás de este incremento en las bajas médicas por contingencias comunes es el envejecimiento general de la población y, con ello, una mayor tendencia a enfermarse. Según datos de la patronal de mutuas AMAT, más de la mitad de las bajas laborales se producen en el tramo de los 31 a los 51 años.
Los datos del INE apuntan a que más del 35% de los trabajadores en España tienen 50 años o más y el ‘Estudio sobre el envejecimiento de las plantillas en la Administración General del Estado y proyección futura a 2030’ apunta a que en 2023, el pico de la pirámide demográfica alcanzará la franja de entre los 50 y los 60 años. Según datos de El Independiente, si comparamos la franja de entre 50 y 60 años actual con la de 2002, se ha incrementado en un 169%, mientras que el segmento de entre 16 y 24 años ha caído un 36%, y el de 25 a 34 años lo ha hecho un 20%.
El colapso de la sanidad pública.
El empeoramiento de la sanidad pública también afecta de forma directa a la resolución de las bajas por incapacidad temporal, ya que, en muchas ocasiones, estas bajas se alargan más de lo necesario por las listas de espera en pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas.
Los datos oficiales del Ministerio de Sanidad de diciembre de 2023 (los últimos disponibles) indican que España registró un récord de 849.535 personas en listas de espera quirúrgicas. Esta cifra representa casi el doble de personas en esta situación comparado con los datos de hace 20 años. El tiempo de espera medio para cirugía (en 2023) fue de 128 días, que prácticamente duplican los 77 días de 2003.
Las mutuas pueden ayudar.
El incremento de las bajas laborales no solo afecta a los trabajadores, sino que también supone un golpe significativo a la productividad de las empresas. Sindicatos, patronales y la Seguridad Social han llegado a acuerdos para que las mutuas tengan un mayor protagonismo con el objetivo de descongestionar las listas de espera de la sanidad pública.
Este marco de colaboración público-privada se intensifica sobre todo en bajas por incapacidad temporal con patologías traumáticas, en las que las mutuas consiguen agilizar las pruebas y tratamientos necesarios reduciendo el tiempo de baja médica y ahorrando varios miles de millones de euros a empresas y Seguridad Social.
Fuentes:
El ignorado impacto en costes del absentismo
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