El Índice ClosinGap cifra en 255.755 millones el coste de la desigualdad
Al ritmo actual, quedarían 37 años para cerrar la brecha de género en España
El trabajo a tiempo parcial y precario, principales lastre para las trabajadoras
La mujeres representan más de la mitad (51,3%) de la población en edad de trabajar en España, sin embargo tan sólo generan un 42,3% del PIB español. La brecha de género explica este desajuste que, en términos económicos, supone 255.755 millones de euros que la economía deja de generar, el equivalente a un aumento del 17,1% de la contabilidad nacional de 2023. Este derroche generado desde el mercado laboral -uno de los pilares para el avance de un país- acota la expansión económica debido a la feminización de la parcialidad y el acceso de ellas a los trabajos más precarios, que pesan más que los avances conseguidos en los últimos años.
El último Índice ClosinGap, del que PwC ha presentado este miércoles su quinta edición, apunta una mejora del 0,8% en el camino hacia la paridad de género respecto del informe anterior. Sin embargo, tras la lectura positiva asoman los tentáculos de una brecha de género que aún es del 34,3% y que, al ritmo actual, tardará aún en cerrarse 37 años.
Según el informe, ese potencial aumento del PIB del 17,1% que implicaría una paridad total vendría en un 8,9% de igualar la participación laboral de las mujeres con la de los hombres, en un 6,3%, de equiparar las jornadas (que las mujeres trabajaran las mismas horas que los hombres) y en un 1,8%, de igualar la productividad (que ellas resten presencia en sectores menos productivos y la aumenten en las carreras técnicas, por ejemplo). En términos de empleo, el bocado al crecimiento de la economía equivale a 2,9 millones de empleos femeninos a tiempo completo.
El avance del último año hacia la paridad se debe a la reducción de las brechas del empleo, de la de conciliación y de la de digitalización, tres de las cinco variables que analiza el índice y a que la de educación se ha mantenido en el mismo nivel que el año pasado por el incremento relatico de la presencia de mujeres precisamente en carreras relacionadas con las Ciencias, la Tecnología, la Ingeniería o las Matemáticas (STEM) derivado de la mayor reducción de hombres en estos estudios que de mujeres.
El liderazgo femenino pincha en el sector público
La brecha en el empleo disminuyó un 0,8% especialmente por el avance de la variable del liderazgo femenino en las empresas privadas, aunque también contribuyeron la reducción de la proporción de mujeres en empleos precarios (los salarios más bajos incluso desincentivan la búsqueda de empleo), la reducción de la brecha salarial y de pensiones (aquí impacta el alza del salario mínimo interprofesional de los últimos años) y el aumento de la duración de las carreras laborales de ellas.
Los contrapesos para la reducción de esta brecha del ámbito laboral se encuentran en el ligero deterioro de las tasas de actividad y de empleo, de las horas trabajadas y de la participación femenina en los roles de liderazgo en el sector público (Administración General del Estado), que se han alejado de la paridad en la última medición.
La brecha en conciliación, una de las mayores trabas para el progreso laboral y económico de las mujeres, es el subindicador que más recortó la desigualdad (1,3%) en el último año por la caída de la tasa de parcialidad por este motivo, aunque sigue siendo el mayor lastre para cerrar la brecha de género con una paridad que apenas supera el 44%. En este sentido, la conciliación aún se resiente del impacto de la pandemia, que incrementó la tasa de parcialidad de manera notable por asumir ellas, en su mayoría, las tareas de cuidados (trabajo no remunerado que resta tiempo al desarrollo profesional) de hijos o familiares dependientes derivadas de la crisis sanitaria.
La brecha de la digitalización se redujo en un 1,2% de la desigualdad como consecuencia del aumento de las mujeres especialistas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), el segmento laboral digital con mayor disparidad de género.
Es la variable de salud y bienestar la única con tendencia desfavorable para las mujeres en el último índice a pesar de ser el área donde hay mayo paridad (sólo queda un 16,3% por cerrar). Cada año desde 2021 el avance ha ido a la contra y se ha alejado de la paridad, siendo en 2024 la reducción del 0,2% como consecuencia de la caída de los años de buena salud respecto a la esperanza de vida y al aumento del riesgo de pobreza o exclusión social de las mujeres.
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