Los españoles, mayoritariamente, son propietarios de su vivienda y alcanzan la edad de retiro con ese inmueble ya libre de cargas, es decir, con la hipoteca pagada. Nuestra casa supone la parte más importante de nuestro patrimonio. Una riqueza que nos puede ayudar a complementar la pensión pública y obtener unos ingresos extra para vivir la edad dorada sin apuros y disfrutar de una jubilación saludable, sin estrecheces ni carencias.
El Centro de Investigación Ageningnomics de Fundación MAPFRE acaba de presentar ‘Vivienda y pensión. Guía para monetizar la vivienda y mejorar tu pensión’. Un documento práctico que recoge todas las alternativas que existen para hacer líquida nuestra vivienda, y transformar nuestro patrimonio inmobiliario en ingresos extra. Son soluciones que ya están disponibles en el mercado español y su contratación es factible. Sin embargo, son novedosas y aún bastante desconocidas. Esta guía nace para arrojar luz sobre todas estas soluciones, despejar dudas y permitir que conozcamos de forma sencilla los pros y las contras de cada una de ellas.
La vivienda en propiedad es nuestra riqueza, nuestro patrimonio. En caso de no contar con otros instrumentos financieros para complementar las prestaciones públicas por jubilación como planes de pensiones, rentas vitalicias u otros productos financieros o aseguradores, la vivienda en propiedad es una excelente fórmula para no pasar apuros durante la jubilación, momento en el que los ingresos suelen ser menores.
En realidad, monetizar la vivienda familiar no es novedoso, es algo que se ha hecho siempre. Como cuando una vez jubilados, un matrimonio mayor se traslada a su casa del pueblo, alquilando la vivienda de la ciudad; o cuando vendían su vivienda habitual, donde han criado a sus hijos, para mudarse a una vivienda más pequeña, acorde a sus nuevas necesidades. La novedad es que, más allá de la venta o el alquiler tradicional, existen soluciones que nos permitirán obtener unos ingresos extra y, además, seguir viviendo en nuestra en casa si así lo necesitamos, independientemente de que mantengamos o no, su propiedad. Son las denominadas soluciones de monetización de la vivienda.
Una vez explicadas las opciones que existen para monetizar la vivienda y sus características fundamentales, llega la gran pregunta: ¿cuál es la adecuada? Por supuesto, no hay una respuesta única, como no hay caso único. Pero esta guía del Centro de Investigación Ageningnomics da una adecuada orientación sobre el producto más indicado en cada situación particular. Para ello, plantea un breve cuestionario para determinar si necesitamos el uso de la vivienda, si deseamos mantener su propiedad y de qué forma queremos recibir los ingresos extra que nos proporcionará la licuación de la vivienda.
En realidad, el propósito de esta publicación es ayudar a las personas ya jubiladas, o que están próximas a alcanzar la edad de retiro, a reflexionar sobre sus gastos y necesidades financieras para saber si, verdaderamente, este tipo de soluciones son adecuadas en cada caso. “Como cualquier otro instrumento financiero o asegurador, la monetización de la vivienda en propiedad será adecuada para ciertos individuos, y quizá inapropiada o menos adecuada para otros. Un asesoramiento honesto e independiente debe orientarle en el producto que mejor se adapte a sus circunstancias”, advierte la guía.
A continuación, y de manera muy didáctica, la guía detalla todos los aspectos que se deben considerar en la elección de un producto de monetización de la vivienda. Son factores que determinarán qué ingresos extra obtendremos de la vivienda, como el inmueble que se desea monetizar, la edad del beneficiario, la fiscalidad de producto a contratar o los costes de la operación.