¿CÓMO SE ESCRIBE LA HISTORIA?

Se dice que la Historia la escribe el bando ganador, excepto la historia de la guerra civil española, cuya versión admitida desde hace tiempo es precisamente la de los perdedores, ¡pero esa es otra historia!

 

En la serie televisiva Un caballero en Moscú, es chocante que en plena revolución rusa, o sea, en 1918, uno de los jefes revolucionarios rusos sea negro y con rastas, que el ministro o responsable de cultura soviético sea también negro, y que en los años 20 el hotel Metropol esté lleno hasta la bandera de clientes y empleados del mismo color; que más que el Moscú bolchevique, aquello parece Harlem en hora punta. ¿Serán “los tiempos”?

 

Los tiempos están hechos por la gente que los habita; y la gente que habita este tiempo quiere, o exige, tener lo que tiene. Nada puede objetarse a eso desde un punto de vista práctico. Si la Historia, el pasado, la realidad, deben retorcerse para que encajen en los cauces por donde discurre el presente, pues se hace y en paz. El proceso es imparable, sin vuelta atrás.

 

Para que el presente y el futuro sean como queremos que sean, el pasado no debe ser lo que fue, sino lo que nos gustaría que hubiera sido. Nada más fácil hoy, cuando las nuevas generaciones se lo tragan todo. Tenemos el mundo presente y el pasado perfectos ahí mismo, al alcance de un clic en el teléfono móvil.

 

Los más jóvenes ya vienen con anticuerpos, vacunados para que nada les chirríe y lo maman desde pequeños en el cole (piratas buenos, lobos entrañables, mujeres combatiendo en las Cruzadas, aristócratas afroamericanos,…), y les parece normal.

 

Los que somos viejos, tenemos la ventaja de que nos importa un carajo. Estamos amortizados: sabemos lo que hubo, porque llegamos a tiempo de que nos lo contaran, y la indignación ante la ignorancia y la desfachatez se acaba trocando, impotente, en un estoicismo guasón, incluso divertido por el espectáculo. Sabemos que sólo cuentan con nosotros para votar y también sabemos que si el voto cambiara las cosas, hace tiempo que se hubiera prohibido

 

El problema es de la generación que anda ahora entre los cuarenta y tantos y los sesenta pues son demasiado mayores para ser crédulos y demasiado jóvenes para ser indiferentes. Viven y trabajan en un mundo maniqueo, sin matices. A ver cómo se las arreglan para ser leales a ellos mismos y al mismo tiempo sobreviven en un mundo de bolcheviques con rastas.

 

(Basado en “Estáis jodidos, Antonio” de Arturo Pérez-Reverte)

 

En cuanto a mi propia historia….

Si pudiera vivir nuevamente mi vida,

en la próxima trataría de cometer más errores.

No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.

Sería más tonto de lo que he sido,

de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.

Si pudiera volver a vivir

comenzaría a andar descalzo a principios

de la primavera

y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.

Contemplaría más amaneceres,

 jugaría con más niños,

si tuviera otra vez vida por delante

 (Instantes, atribuido a Jorge Luis Borges)

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