TODO ESTO ES UN SIMPLE DECORADO
Termina el Congreso Federal del PSOE sin apenas cambios en la Ejecutiva de un partido que llegaba a Sevilla cercado por numerosos casos y sospechas de corrupción. No ha importado ni el caso Lobato, ni el número de imputados, ni los malos resultados electorales de los últimos tiempos. Mañana será lunes y, con el comienzo de la semana, volverán los viejos problemas del sanchismo: división latente, causas judiciales y debilidad parlamentaria.
Todo parece un cierre de filas, unos llamamientos a la autodefensa, a protegerse frente a una supuesta conjura política, mediática e incluso judicial. Pero, pese a la estudiada unidad, el partido tiene hoy los mismos problemas (si no más) que ayer:
Cuando se apaguen los focos, cuando baje el telón de este Congreso de Sevilla, Pedro Sánchez va a tener los tres mismos frentes que tenía antes del viernes:
EL orgánico: ya se escucha el ruido de sables de los congresos regionales que arrancarán a partir de mañana: Andalucía, Castilla y León, Extremadura, Cantabria, Murcia.
EL frente judicial: Las causas contra el fiscal general del Estado, con la posible imputación de la propia moncloa, la causa de su mujer, la causa del hermano…, procesos todos en fase preliminar pero con un alto potencial erosivo para la marca PSOE.
El frente político: Ya hemos visto cómo se las gastan los socios parlamentarios de Pedro Sánchez con ese paquete fiscal que se aprobó hace un par de semanas, un paquete fiscal muy diluido que Montero solventó prometiendo una cosa y la contraria.
ÚLTIMOS CASOS JUDICIALES DE SU ENTORNO MÁS PRÓXIMO
Begoña Gómez (“la presidenta”), sin formación reglada se aúpa como codirectora de una cátedra extraordinaria de la Universidad Complutense. Imputada por tráfico de influencias y corrupción en los negocios
David Sánchez (alias David Azagra, el hermano músico exiliado) director de la Oficina de Artes Escénicas de la Diputación de Badajoz. Reside en Elvas (Portugal) por cuestiones fiscales. Imputado por presuntos delitos contra la Administración Pública.
José Luis Ábalos (el jefe de Koldo y cía). Exministro de Pedro Sánchez y ex Secretario de Organización del PSOE. Imputado por indicios de cohecho, malversación, tráfico de influencias y organización criminal.
Álvaro García Ortiz (fiscal general del Gobierno-no del Estado-) promovido por su antecesora Dolores Delgado cuyo nombramiento como fiscal de la Memoria Histórica ha sido anulado por el Tribunal Supremo. Investigado por el Tribunal Supremo por revelación de secretos
CRONOLOGÍA RESUMIDA DE UNA CARRERA A TROMPICONES
- 13/07/2014: es elegido secretario general del PSOE, sin haber sido nunca antes diputado “electo”
- 20/12/2015: elecciones generales en las que el PSOE obtiene 90 diputados (20 menos que en 2011)
- 26/06/2016: celebración de nuevas elecciones generales en las que el PSOE obtiene el peor resultado de su historia en unos comicios nacionales (85 diputados).
- Verano de 2016: Pedro Sánchez intenta pactar la moción de investidura con Podemos y Ciudadanos. En el PSOE comienzan a producirse movimientos para su “regeneración”. Primer intento de investidura de Mariano Rajoy.
- 28/09/2016: dimiten 17 miembros de la ejecutiva del PSOE.
- 29/09/2016: Felipe González llama mentiroso a Pedro Sánchez y Verónica Pérez se autoproclama “única autoridad” del PSOE, negando la legitimidad del secretario general.
- 29/10/2016: Pedro Sánchez entrega su acta de diputado antes el día de la moción de investidura de Mariano Rajoy en la que la mayoría del PSOE se abstiene.
- Noviembre y diciembre de 2016: Pedro Sánchez recorre España en su coche hablando con la militancia del PSOE.
- 28/01/2017: Pedro Sánchez se presenta como candidato a las primarias del PSOE.
- Entre enero y mayo de 2017: campaña para las primarias.
- 21/05/2017: reelección de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE.
- Mayo de 2018: presentación de la moción de censura a Mariano Rajoy por parte de Pedro Sánchez y sesiones de votación en el Congreso.
- 1/06/2018: Pedro Sánchez alcanza la Presidencia del Gobierno con el apoyo de Podemos y de los diputados de los partidos nacionalistas e independentistas periféricos
- 28/04/2019: en las elecciones generales el PSOE obtiene 123 diputados y la investidura de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno es rechazada
- 10/11/2019: en las nuevas elecciones generales el PSOE obtiene 120 diputados y Pedro Sánchez acuerda con Unidas Podemos un Gobierno de coalición “progresista” con la abstención de ERC y EH Bildu
- 28/05/2023: tras el estrepitoso fracaso en las elecciones municipales y autonómicas planteadas como un referéndum sobre su presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez adelanta las elecciones generales al
- 23/06/2023: el PP gana las elecciones con 137 diputados (un incremento de 48 diputados) y el PSOE se gana 1 diputado y se queda con 121 diputados. No obstante Pedro Sánchez acumula los diputados de todo el resto de partidos ( a excepción de los 33 de Vox y del diputado de UPN) y sale refrendado de nuevo como Presidente del Gobierno, pero a costa, entre otros acuerdos, de presentar una Ley de Amnistía para los líderes independentistas fugados del proces que negó durante la campaña. Forma un nuevo Gobierno de coalición con Sumar (31 diputados
APROXIMACIÓN AL SANCHISMO
De partida, una cosa es clara: quien encarna y da vida a la fenomenología sanchista, Pedro Sánchez, carece de lo que pudiera llamarse ideología, ese marco mental susceptible de dar origen a un movimiento político o social; que pudiera, incluso, fundar una doctrina en el terreno de las ideas políticas
Con tal de acceder al Gobierno Sánchez –desleal con sus votantes– se alió con casi todos los enemigos de España, aceptándolos como socios normales y homologables. Usufructuando las siglas del partido Pedro Sánchez está trazando un tortuoso camino que ni él alcanza a saber dónde y cómo terminará, con innumerables, arriesgados y oscuros recovecos que hacen peligrar el marco constitucional vigente. Una forma de gobernar extraña a la democracia parlamentaria. Pedro alumbró un engendro de Gobierno, una deforme criatura salida de una combinación política en la que a una facción –supuestamente socialista– le añadió una formación peronista, antisistema y neoleninista, Podemos, que lo ha contagiado, y se apoya en elementos sedicentes comunistas y, como socios parlamentarios, ERC y Bildu. Una tropa como para dormir tranquilos. Esta es la España exitosa de Pedro Sánchez y del PSOE podemizado: una forma de gobernar a la que se le puede llamar, con toda propiedad sanchismo. En lo económico, gasto, deuda y déficit.
Esta ecuación, el sanchismo, no es una fórmula política inocua para nuestro Estado democrático de derecho, al contrario. Pedro encabeza el Gobierno de la democracia que más normas gubernativas de excepción ha aprobado (Reales Decretos-Leyes), usurpando al Poder Legislativo su principal potestad: la potestad normativa. Hoy, el Poder Ejecutivo y el Legislativo se amalgaman. El sanchismo es gobernar sin respetar límites jurídicos ni competencias de otros órganos constitucionales pensados para frenar los previsibles desmanes del Poder Ejecutivo. Ha implantado un estilo de gobernanza semejante al absolutismo político. Él está por encima y más allá de todo. El mayor mérito democrático de Sánchez ha sido apropiarse del Tribunal Constitucional, que le permite gobernar plácidamente, sin sobresaltos. Aunque las garantías constitucionales se esfumen.
Tras el rotundo fracaso personal en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo de 2023, planteadas como un referéndum personal, Pedro Sánchez para desactivar una revuelta de los candidatos del PSOE no elegidos, adelanta la fecha de las elecciones generales en pleno “veraneo” al 23 de julio de 2023 con lo cual tensa aún más el clima político en su propio partido y en la nación en su conjunto
Con el nuevo Gobierno Frankestein salido de las elecciones de 2023 empiezan a ver la luz en su entorno personal varios asuntos “sucios”: “caso de corrupción Koldo” cuya primera víctima es su antigua mano derecha José Luis Abalos que es expulsado del partido y que salpica entre otros a la Presidenta del Congreso (Francina Armengol), tejemanejes oscuros de su esposa Begoña Gómez y de su hermano “el músico” David. Con absoluta desvergüenza “amenaza” con su dimisión con una “carta a la ciudadanía” que es un fiel reflejo de su personalidad de soberbio sin ambages.
EL PARTIDO SANCHISTA
Ya no existe el PSOE. Es el partido Sanchista Y es que todo autoritario necesita una organización a sus órdenes que sirva de tropa para ocupar las instituciones, montar manifestaciones y colocar a sus acólitos en los medios, la educación y la cultura. Necesita el reclutamiento de cuadros dirigentes y medios que coreen las consignas y aplaudan al líder sin rechistar. De hecho, la directora provisional de RTVE alegó como gran mérito ser militante socialista.
El PSOE se ha convertido en una máquina de satisfacción de Sánchez. El problema es que las exigencias de su líder no son el respeto a las reglas de juego de la democracia, la responsabilidad como sostén de un sistema representativo y constitucional. Las demandas de Sánchez suponen la vulneración de la ley y de la Constitución, la negación de la independencia judicial y del Estado de Derecho, el pisoteo de la prensa libre y de la oposición. En suma, sus órdenes conllevan la negación de lo único bueno que el PSOE defendió en su historia: el orden constitucional. De ahí la hemeroteca canalla con sus declaraciones sobre Bildu y ETA, acerca de los indultos y de la amnistía, y lo mismo pasará con el referéndum de autodeterminación.
En realidad no importa para nada la deriva del PSOE, su servidumbre o independencia interna, la indigencia mental de sus miembros, el borreguismo o la racionalidad de su militancia, pero lo cierto es que el PSOE ha roto el consenso constitucional y la confianza de media España para lanzarse en brazos de los rupturistas que odian el orden constitucional, y que, por tanto, ya no es útil para la democracia.
La sobreactuación de los dirigentes, como MJ Montero, solo tiene sentido en que Sánchez vea quiénes son sus verdaderos vasallos, los que están dispuestos a inmolarse por la causa del sanchismo. El culto al líder, la sustitución de la racionalidad o el acuerdo por la voluntad de Sánchez, nos muestran un partido muy alejado de las costumbres democráticas europeas, y muy cercano a las maneras populistas iberoamericanas. Si seguimos el camino autoritario anunciado el lunes por Sánchez en su comparecencia, los socialistas podrán imponer un partido único arrasando tanto parte de su propia historia como el futuro de los españoles.
¿DEROGAR EL SANCHISMO?
Pedro Sánchez nunca fue ni es un político preparado para gobernar, Pedro Sánchez no contiene en su espíritu más que necedad. Estamos ante una especie de enjuto personaje cuya dualidad o multiplicidad de carácter pareciera que le autoriza a decir una cosa y su contrario sin inmutarse. Pruebas sobran para advertir que es consciente de ello, y no le importa, al contrario, goza con serlo. Jamás un presidente del gobierno había reunido tanto poder en sus manos (incluido el cuarto poder: el de la prensa, que ha usado como una alfombra), y tantos medios para comprar la voluntad de los españoles, pero lo tremendamente espantoso de su presencia como político español es que ha arrastrado a todo un partido en su demencial egolatría, también a sus votantes.
Accedió al poder con trampa basándose en una afirmación no pertinente del juez Ricardo de Prada en la sentencia de Gurtel cuya frase finalmente tuvo que ser retirada de la sentencia, ha deteriorado instituciones públicas por su propio interés, ha ocultado el número de fallecidos en la pandemia, miente sobre las cifras de desempleados sacando a los fijos discontinuos en paro, ha sido irresponsable con respecto a Marruecos, insulta a sus oponentes, redacta un código penal a la medida de los golpistas catalanes, nos quiere imponer una forma de vida no elegida, impide la crítica en su partido, al que tiene secuestrado,…
Pero “el sanchismo” no empieza y se agota en la persona de Pedro Sánchez, es una forma autoritaria y utilitarista de concebir el poder que únicamente considera morales y democráticas las ideas y políticas identificables con el líder. Así, a la hora de valorar la idoneidad de las medidas adoptadas, se desdeña su encaje legal y se pone el foco en su suficiencia para la consecución del fin pretendido, que no es otro que el de construir un Estado a la medida de los intereses de su mandatario.
Derogar el sanchismo implica:
- renegar de cualquier pacto de legislatura que haga recaer la gobernabilidad del país en partidos de corte independentista enemigos del Estado-nación al que “cogobiernan”.
- un respeto absoluto por la separación de poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Abordar la resolución de los problemas con escrupulosa observancia de los procedimientos legales establecidos.
- la despolitización de contrapoderes del Estado como el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, la Fiscalía o el Tribunal de Cuentas.
- enterrar de una vez por todas el guerracivilismo que pretende mantener vivos los bandos de aquella contienda suicida y reivindicar el pasado de la transición y la democracia.
- la eficiencia en el gasto público, incentivar el ahorro y atraer la inversión.
- instaurar un Estado facilitador y no proveedor, que eluda el derroche, asista a los débiles y sólo llegue allí donde el sector privado no alcanza o se muestra insuficiente.
Los escogidos para tan ardua tarea de reconstrucción han de ser conscientes de que no sólo se les vota para que demuestren su capacidad de gestión cuadrando las cuentas, sino también para reconciliar a España con el Estado de derecho y la convivencia.
CUANDO SÁNCHEZ SE VAYA EL DAÑO ESTARÁ YA HECHO
Pedro es un hombre enamorado, Pedro ama el poder y necesita ser amado por sus súbditos. No permitirá fisuras ni institucionales ni mediáticas que cuestionen el objeto de su afecto. Quien le discuta será debidamente disciplinado y cancelado civil y profesionalmente. Como llevo tiempo advirtiendo, el sanchismo es la versión patria del peronismo que, a diferencia de otros totalitarismos, no destruye las instituciones, sino que las coloniza y transforma para ponerlas a su servicio, disfrazando de democracia aquello que en realidad es una dictadura. Sólo el despertar de la sociedad española ante lo que está a punto de acontecer podrá evitar un daño de muy difícil reparación a la convivencia, a la Constitución y a la libertad. Si la calle calla, Pedro gana.
A Pedro Sánchez se le conoce ya muy bien. Sabemos que todas sus piruetas a lo largo de su carrera han tenido siempre como único objetivo el de conseguir y mantenerse en el poder sea como sea. Sus golpes de efecto, más allá de las múltiples lecturas que tengan entre sus acólitos, han venido siempre rodeadas por mentiras que ha mantenido e incluso defendido como «cambios de opinión» sin ningún tipo de vergüenza. Incluso cuando mentía a sus propios votantes y militantes.
Lo cierto es que todavía no ha desmentido ni explicado ninguna de las informaciones publicadas sobre las extrañas vinculaciones profesionales de su mujer con empresas que luego han recibido apoyos importantes desde el propio Gobierno. Ni un desmentido. Hoy tampoco. Si Sánchez, más allá de las rasgaduras de vestiduras de sus acólitos, considera que se ha atacado a su honor y el de su esposa tiene la ley. El Código Penal protege ya de los delitos contra el honor con la calumnia y la injuria como figuras para castigar esos ataques. Todos apuntan al corto recorrido jurídico que va a tener la instrucción contra las actividades de su mujer. Pero prefiere un ataque preventivo a todo el sistema de instrucción.
Se sabe que las tendencias chavistas de muchos dirigentes socialistas los lleva desde hace tiempo a la tentación de control de la justicia. En el fondo todos los retorcimientos del Código Penal, del delito de sedición, del de malversación, los nombramientos de ministros para FGE o para miembro del TC, todo ello pone de manifiesto esta obsesión de control total de la justicia. No tardará en esta nueva tesitura de «ofendidito» de volver a intentar reconducir hacia los fiscales la capacidad de instrucción de los jueces.
A Sánchez le traiciona el subconsciente. Su talante arrogante e inquisidor siempre le juega una mala pasada. Esgrime, sin pudor alguno, que piensa levantar un muro, similar al Pacto del Tinell. Cuando se atreve a proclamar que va a levantar un muro está deslegitimando a toda la oposición que ha sido elegida democráticamente y está levantando un muro contra los once millones de españoles que no han depositado su confianza ni en él ni en sus secuaces.
“Quien tolera lo intolerable acaba viviendo como un miserable” (Fernando Savater). En vez de levantar muros hay que intentar no tolerar lo intolerable, intentar no ser un miserable, intentar defender la igualdad ante la ley, intentar que prevalezca la división de poderes, intentar que aquellos que se atribuyen el progreso y la razón como exclusivas de su credo no nos sigan dando lecciones a los que no piensan como ellos, intentar que quienes excluyen y alzan muros rindan cuentas ante la Historia. Lecciones ninguna de quien se atreve a repartir carnés de demócratas y a tildar de “profetas del odio” a quienes reprueban sus políticas. A su pesar el odio no anida en muchos ¿Ellos pueden decir lo mismo?
En el PSOE empieza a advertirse un sentimiento parecido a «algo hay que hacer», porque hay dirigentes que no pueden salir a la calle porque les llueven los gritos y militantes que están hartos de que los amigos, e incluso familiares, les reprochen el señor, sí señor, a Pedro Sánchez. Pero el auténtico problema está en los socios.
Nadie puede negar que el actual amo del PSOE será siempre el presidente favorito de los independentistas y cualquier exigencia que Sánchez esté dispuesto a aceptar de Junts, provocará una mayor de ERC, y viceversa, y llegará un momento en el que los rivales subirán tanto la apuesta que no será posible aceptarla, y entonces puede llegar el hachazo de los votos independentistas. Situación parecida a la del PNV y Bildu. Y queda Sumar, con una Yolanda Díaz a la que han calado ya la mayoría de los españoles y pierde fuelle, mientras Podemos se desgaja con sus cinco votos y podría dar un disgusto a Sumar en las europeas de junio.
Veremos qué ocurre finalmente, pero se puede avecinar un entierro político. Si fuera así la mayoría de los españoles no derramarían ni una lágrima, nos habríamos deshecho de un gobernante nefasto para España, pero la verdadera pesadilla del sanchismo vendrá el día siguiente a su marcha. La tragedia vendrá después, cuando Sánchez nos haya dejado aquí la casa hecha una sucia barraca de feria. Todo pasa, y cuando Sánchez se canse de jugar con el muñeco lo tirará a un rincón, pasará al siguiente entretenimiento y dejará agotados a los españoles, tan polarizados como cegados, y nos quedaremos en España con un país dividido, atrincherado, descreído, en crisis económica y sin fe en sí mismo.
Todos sabemos que Sánchez pasará, que llegará un día en que el PSOE deje el poder, aunque sea con una España o en el escombro. Y no se trata tanto de la unidad del país como de la libertad que nos roba al tiempo que nos dice que es por nuestro bien. Cuando no esté tendremos que digerir este sufrimiento innecesario para que un tipo egoísta y tramposo se mantenga en el poder. Luego, si podemos, habrá que reconstruir la comunidad política, sea la que sea, sobre el Estado de derecho, la separación de poderes y la igualdad ante la ley.
La herencia de Pedro Sánchez se puede resumir en los siguientes aspectos:
- -Un país que ha recuperado, 40 meses después (abril 2023), los niveles de crecimiento del PIB de antes de la pandemia, siendo el último en hacerlo de la Eurozona (a excepción de la República Checa).
- -Un país cuya deuda pública está ya en el 115 % de su PIB (1.500 miles de millones de euros), más de 30.000 euros por cada habitante
- -Un país con el paro estructural más alto de Europa (un 13%) y con un desempleo juvenil (un 29%) que duplica la tasa de nuestro entorno
- -Un país en el que la administración (SEPE, Seguridad Social) no recibe presencialmente a los ciudadanos y les exige una ilegal “cita previa” para resolver sus asuntos, usualmente urgentes en estas cuestiones.
- -Un país con una reforma laboral que se limita a un cambio de nombre de los contratos temporales y a tiempo parcial y así aún no han recuperado las horas trabajadas antes de la pandemia
- -Un país con una reforma de las pensiones sin ningunos números que la soporten, con trampas internas en la propia ley para incumplir su aplicación y que “abusa” de los impuestos/cotizaciones de las generaciones en activo ya empobrecidas por una inflación alimenticia disparada
- -Un país cuyo Código Penal (una especie de “Constitución negativa”) es ya casi una hoja emborronada.
- -Un país que ha soltado a centenares de violadores y rebajado su pena a otro millar por la incompetencia de un Gobierno que no ha sido capaz de apartar a la ministra responsable.
- -Un país en el que el Ejecutivo ignora al Parlamento y se erige en legislador con más de 130 Reales Decretos
- -Un país que, cuando Europa cierre el grifo de dinero, y los cajones de Moncloa sean abiertos hará bueno al país que dejó Zapatero en 2011: 5 millones de parados, un colosal déficit de 16.000 millones en Sanidad, 62.000 en el sistema financiero y 20.000 en infraestructuras.