1 de Octubre: Día Internacional de las personas de edad (Naciones Unidas)

La Asamblea General, en una resolución del 14 de diciembre de 1990, proclamó el 1° de octubre Día Internacional de las Personas de Edad en seguimiento de iniciativas de las Naciones Unidas relacionadas con la protección y apoyo a las personas adultas mayores, como el Plan de Acción Internacional de Viena sobre el Envejecimiento, aprobado en 1982.

¿Pero para qué sirven tantos Días Internacionales?

“Simplemente” para sensibilizar, concienciar, llamar la atención, señalar que existe un problema sin resolver, un asunto importante y pendiente en las sociedades para que, a través de esa sensibilización, los gobiernos y los estados actúen y tomen medidas o para que los ciudadanos así lo exijan a sus representantes.

Por ejemplo es un derecho humano irrenunciable que, después de una vida de trabajo, las personas puedan dejar su actividad habitual y vivir dignamente. Calificamos de vida digna aquella en la que, gracias a la pensión de jubilación o de los ingresos a que se tenga derecho, se dispone de los recursos suficientes, así como vivienda habitable, agua potable, alimentos sanos y atenciones de sanidad, cultura, ocio y transporte de cercanías públicos, gratuitos y de calidad. Hoy existe en el planeta riqueza suficiente para todo ello; sólo basta con distribuirla de forma justa.

Sin embargo, la realidad es muy diferente y muchas personas que deberían haber llegado a la jubilación deben seguir trabajando por no tener acceso a una pensión suficiente, mientras gran parte de quienes se han jubilado no pueden tener una vida digna, situación que se agrava en el caso de quienes han estado un tiempo en paro o han trabajado toda o parte de su vida en la economía sumergida o en los cuidados a otras personas, cosa que afecta especialmente a las mujeres.

La composición de la población mundial ha cambiado de manera espectacular en los últimos decenios. En la actualidad, casi 700 millones de personas son mayores de 60 años. Para 2050, las personas de 60 años o más serán 2000 millones, esto es, más del 20% de la población mundial. Este aumento será el mayor y más rápido en el mundo en desarrollo, Asia concentrará el mayor número de personas mayores y África se enfrentará al mayor crecimiento proporcional. Está claro, por tanto, que es necesario prestar mayor atención a las necesidades y desafíos particulares de las personas mayores. Asimismo, no debemos olvidar que las personas mayores pueden seguir contribuyendo de manera esencial al buen funcionamiento de la sociedad si se establecen las garantías adecuadas. Los derechos humanos se hallan en la base de todos los esfuerzos en este sentido.

Para asegurar el cumplimiento del principio rector del Secretario General de “No dejar atrás a nadie”, es necesario comprender que la demografía es fundamental para el desarrollo sostenible y que las dinámicas de la población serán las que den forma a los principales desafíos del desarrollo a los que se enfrenta el mundo en el siglo XXI. Si nuestra ambición es “Construir el futuro que queremos”, debemos tener en cuenta que para 2030 la población de más de 60 años puede alcanzar los 1400 millones.

El tema de Día Internacional de las Personas de Edad de este año está íntimamente ligado con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 10, que busca hacer frente tanto a las desigualdades que afrontan actualmente las personas mayores, como prevenir las formas de exclusión que surgirán en el futuro. El ODS 10 se ocupa de la reducción de la desigualdad en y entre países, y tiene como objetivo “garantizar la igualdad de oportunidades y reducir las desigualdades.” Algo que se puede conseguir a través de medidas para la eliminación de la discriminación y la potenciación e inclusión “social, económica y política de todos, independientemente de la edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o estado económico o cualquier otra condición.”

A menudo las disparidades en la vejez reflejan desventajas caracterizadas por factores como el lugar, género, situación socioeconómica, salud, ingresos, etc. Entre 2015 y 2030 se espera que el número de personas de 60 años o más aumente de 901 millones a 1 400 millones. El incremento del envejecimiento poblacional y la desigualdad económica tienen un importante componente generacional. Además, el rápido envejecimiento de la población, junto a los cambios demográficos, sociales o estructurales pueden agravar las desigualdades a las que se enfrentan las personas mayores, limitando el crecimiento económico de un lugar, así como su cohesión social.

La temática de 2019 tiene como objetivos:

  • Sensibilizar sobre las desigualdades durante la vejez e incidir en cómo estas reflejan la suma de desventajas a lo largo de la vida, resaltando el riesgo intergeneracional de un incremento de la desigualdad durante la vejez.
  • Concienciar sobre la urgencia de hacer frente tanto a las desigualdades a las que se enfrentan actualmente las personas mayores, como en la necesidad de trabajar para prevenir las que surgirán en el futuro.
  • Explorar los cambios sociales y estructurales en el marco de las políticas del curso de la vida, tales como el aprendizaje permanente, medidas laborales proactivas y adaptativas, protección social y cobertura sanitaria universal.
  • Reflexionar sobre las prácticas, lecciones aprendidas y el progreso alcanzado en la eliminación de las desigualdades a las que hace frente las personas de edad avanzada, así como evaluar los esfuerzos encaminados a alterar las narrativas negativas y los estereotipos que afectan a la vejez.

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