Junio cerró el mes con 76.720 ocupados más que los que tenía en mayo, su mejor registro de los últimos tres años, hasta un total de 21,86 millones de afiliados a la Seguridad Social. A medida que sube el empleo baja el paro, que disminuyó en 49.920 personas respecto a mayo, su mayor descenso en dos años.
Otra de las buenas noticias relacionadas con el empleo se relaciona con el alza de los trabajadores autónomos que alcanza los 3,4 millones de afiliados (RETA y SETA), tras sumar 35.227 trabajadores durante el último año. Sin embargo, la cifra de estos sigue siendo inferior a la del sector público, lo cual para algunos economistas es una situación «preocupante» a largo plazo.
Una tendencia «alarmante»
En el primer trimestre de 2025, el número de empleados públicos superó al de trabajadores por cuenta propia al frente de negocios en 239.600 personas, con 3.499.100 funcionarios frente a 3.259.500 autónomos, según la última Encuesta de Población Activa (EPA) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta situación, que se ha consolidado con los años, tiene implicaciones en la economía española y para el analista económico, Marc Vidal, es «alarmante».
El auge del empleo público y el retroceso del emprendimiento reflejan un mercado laboral estancado, anclado en la estabilidad a corto plazo pero incapaz de generar dinamismo, innovación o crecimiento sostenible, señala a través de la red social X, antes Twitter.
La tendencia, según el experto, se debe a que cada vez más jóvenes aspiran a ser funcionarios, no por vocación de servicio, sino porque el sector privado no ofrece perspectivas viables.
El interés por el empleo público
El empleo público ha pasado a convertirse en la aspiración mayoritaria de los trabajadores en España. Según el estudio Estado del Malestar: El giro laboral hacia el sector público, elaborado por OpositaTest, el 68% de los trabajadores dejaría un empleo estable en el sector privado por una plaza pública. La cifra es aún mayor en el caso de las mujeres (72%) frente a los hombres (64%).
Detrás del interés por el empleo público existe una combinación de factores económicos y sociales que consolidan esta tendencia, que puede ir a más en los próximos años ante la inminente jubilación de gran parte de los funcionarios actuales:
- Jornada y conciliación: 9 de cada 10 españoles cambiarían al sector público para reducir su jornada o mejorar su equilibrio entre vida laboral y personal.
- Acceso a la vivienda: El 40% de los jóvenes de 18 a 24 años ve en el empleo público una vía para independizarse.
- Futuro asegurado: El 41% oposita para garantizarse una pensión, mientras que el 37% lo hace para formar una familia y el 36% para quedarse en su lugar de origen.
- Mejor salario: La brecha salarial entre el sector privado y el público en España es del 25%, frente al 8% de media en la zona euro. Además, 4 de cada 10 trabajadores no cobra sus horas extra.
- Jubilación garantizada: La «hucha de las pensiones» representa solo el 0,4% del PIB, lo que empuja a casi la mitad de los españoles de entre 44 y 50 años a buscar empleo en el sector público como garantía de jubilación.
Menos dinamismo laboral, menos desarrollo
El auge del empleo público y la falta de emprendimiento repercute en “menos innovación, menos productividad, menos recaudación, y más dependencia del gasto público”, en palabras de Vidal. El experto considera que “el futuro no solo es incierto, es preocupante”, debido a una estructura económica envejecida y una presión fiscal creciente sobre un tejido empresarial menguante.
De no revertirse la situación: “España afrontará una crisis no solo económica, sino también social y de talento. Un país sin emprendedores es un país sin futuro”, sostiene.