La quinta parte de cada pensión de jubilación se paga vía deuda y el maquillaje contable esconde el 62% del déficit real del sistema de pensiones.
Según el análisis que ha realizado Fedea sobre los PGE 2023 el agujero de la Seguridad Social vuelve a crecer. Pese a la fortísima subida de cotizaciones que van a experimentar millones de trabajadores, el curso 2023 se va a cerrar con un fuerte aumento en el déficit del sistema, que pasará del 0,4% al 0,9% del PIB.
Por ejemplo, los gastos del sistema que proyecta el Gobierno estarían subestimando los desembolsos reales en algo más de 2.800 millones de euros. En el mismo sentido iría el cálculo de ingresos, que inflaría la estimación de los recursos que va a obtener la Seguridad Social.
Si se compara el aumento de los ingresos por cotizaciones sociales (5,1%) con la subida del gasto en pensiones (10,1%), se constata un deterioro del saldo de la Seguridad Social que, no lo olvidemos, ya recibe anualmente un “rescate” de 19.888 millones de euros a base de transferencias adicionales. Para poner en perspectiva esta cifra, basta con señalar que supone el 20% del gasto en total de la Seguridad Social, el doble que hace una década.
Esto significa, por tanto, que 1 de cada 5 euros de gasto en pensiones se cubren con dinero que proviene de los impuestos y no de las cotizaciones sociales. Pero, puesto que el saldo de las cuentas públicas es deficitario, encontramos que, en última instancia, la quinta parte de lo que cobran los jubilados se explica por el aumento de la deuda pública.
El trabajo de Fedea recalca que, sin transferencias, el sistema registraría un déficit del 2,4% del PIB, frente al 0,9% que se anota oficialmente gracias a tal “rescate”. Así, el agujero de la Seguridad Social supone el 60% de todo el déficit acumulado por las Administraciones Públicas de cara al ejercicio 2023. Y lo peor de todo es que la tendencia de gasto “aumentará exponencialmente durante muchos años”, a raíz de la jubilación de la generación del baby boom.
Por otro lado, estas cuentas también significan que el maquillaje contable practicado a través de transferencias esconde el 62% del déficit real del sistema de pensiones. El estudio considera que es importante advertir del “riesgo de mantener la actualización de las pensiones con el IPC” y ataca “el deterioro de la sostenibilidad financiera del sistema y la falta de equidad personal y entre generaciones” asociada a la medida. En este sentido, las transferencias presupuestarias que recibe la Seguridad Social solo contribuyen a “ofrecer una imagen no ajustada de la realidad del sistema de pensiones”, enmascarando el problema.
Es importante tomar en consideración que la previsión de ingresos y gastos recogida en el estudio asume que la actividad económica experimentará una mejora del 2,1% en 2023. Esto significa que el informe parte de que se cumplirán los pronósticos del gobierno, muy alejados de la mejora del PIB estimada por el Instituto de Estudios Económicos, que lleva dos años liderando la diana ESADE de previsiones económicas y, en su estimación para el próximo año, considera que el crecimiento rondará el 1%. Por tanto, el trabajo de Fedea podría pecar de optimista.