Los contratos de puesta disposición cerraron diciembre con su mayor desplome mensual
Los temporales ‘propiamente dichos’ son los únicos que crecen: un 23,7% en un año
El extraño ‘idilio’ entre las empresas de trabajo temporal (ETTs) y la reforma laboral ha terminado de la manera más abrupta e inesperada posible, si nos atenemos a los últimos datos publicados por el Ministerio de Trabajo. Tras varios meses consecutivos de récord histórico en los contratos de puesta a disposición (CPD), base del negocio del sector en España, cayeron un 33% en diciembre, su mayor desplome mensual de la serie histórica. Este descenso se debe en exclusiva a los ejecutados por trabajadores con un contrato fijo discontinuo, que se han reducido un 60% respecto a noviembre y un 50% comparado con las cifras de hace un año. Un nuevo episodio en las polémicas que rodean esta figura y que complica el análisis de su impacto real en el empleo.
El desplome se produce tras la entrada en vigor de una orden ministerial, aprobada a finales de noviembre, que actualiza los formularios con los que las empresas comunican a la autoridad laboral competente las «relaciones de contratos de puesta a disposición«. El nuevo sistema sustituye al anterior, vigente desde 2015 y que no había sido modificado pese a que la reforma laboral de diciembre de 2021 permitió que las ETTs contrataran a fijos discontinuos para emplearlos en los puestos temporales . El cambio, que llega con tres años de retraso, adapta el registro a las «importantes modificaciones legales en materia de contratación laboral» de la norma. Entre otras cuestiones, al remitir esta información, «en cada tipo de contrato se indicará si la persona trabajadora puesta a disposición de la empresa usuaria tiene la condición de fijo discontinuo en la ETT».
Sorprendentemente, lo que debería aportar más y mejor información sobre el negocio y el uso de los fijos discontinuos se ha traducido en un desplome de las cifras que recoge la Estadística de Empresas de Trabajo Temporal, que publica la cartera dirigida por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Aunque los datos son provisionales hasta que se publiquen las cifras del conjunto del año, el dato de diciembre plantea todo tipo de preguntas.
Los contratos de puesta a disposición retrocedieron de los 386.700 de noviembre a los 259.503, el menor dato para ese periodo desde 2013. Supone un 16,4% menos que hace un año, un retroceso interanual solo superado por el de 2022, tras la entrada en vigor de la reforma laboral, que supuso la desaparición de los contratos temporales por obra o servicio. Desde entonces, las ETTs habían recuperado sus cifras, gracias a la reactivación de la contratación temporal, pero sobre todo por los fijos discontinuos.
Este tropiezo se debe a la pérdida en un solo mes 110.000 llamamientos de trabajadores contratados bajo la modalidad de fijo discontinuo, pasando de 181.229 en noviembre a 71.691 en apenas un mes, un 60% menos que en noviembre y 50% por debajo de los niveles registradas hace año.
Pero no son los únicos. También caen los del resto de categorías (de sustitución y prácticas). Los únicos que aumentan son los contratos eventuales por circunstancias de la producción (que engloba al grueso de los contratos temporales convencionales), que se sitúan en 183.000, un 0,1% menos que en noviembre, pero un 23,7% más que hace un año.

El retroceso rompe una intensa tendencia anual. Pese a la caída mensual, el acumulado del año se queda en 3,9 millones, un 8,4% más que hace un año y una cifra aún superior a las anotadas en 2015, 2016 y 2017. A las puertas de superar el umbral de los 4 millones, lo que hubiera supuesto volver a una situación muy similar a la de antes de la reforma laboral. Eso sí, las cifras precedentes se obtuvieron con el antiguo sistema de revisión
Hasta ahora las estadísticas reflejaban que los fijos discontinuos han sido la fórmula aprovechada por las ETTs para compensar el golpe asestado por la reforma laboral a los contratos eventuales, con la supresión de la modalidad por obra y servicios. E incluso en el pasado mes de octubre llegaron a superar la cifra de los temporales por circunstancias de la producción.
Las ventajas de este tipo de contratos son claras para las empresas de trabajo temporal: en lugar de fichar a un trabajador para cada cesión, se juega con el encadenamiento entre periodos de actividad e inactividad. Una fórmula más rentable porque ni la empresa ni sus clientes abonan la indemnización por fin de un contrato temporal. Pero desde el sector se defiende que los trabajadores también tienen un efecto positivo: los periodos de actividad son más extensos que los de otros trabajadores con el mismo tipo de contrato que trabajan contratados directamente en otras empresas.
Ello a pesar de que la reforma laboral tampoco supuso una ‘barra libre’ para el uso de fijos discontinuos en ETTs. Presentan límites a su uso. De hecho, los fijos discontinuos solo pueden utilizarse para cubrir necesidades eventuales, en ningún caso para puestos que obligarían al cliente a contratar a sus propios fijos discontinuos, una restricción que Junts ha pedido eliminar en el Congreso.
Atentos a «cualquier anomalía»
El ‘éxito’ de los fijos discontinuos ha levantado sospechas en Trabajo y en los sindicatos, que temen que esta figura contractual pueda utilizarse para hacer contrataciones en fraude de ley, por ejemplo, cubriendo puestos que deberían ser indefinidos ordinarios que las empresas usuarias se ‘ahorran’ hacer gracias a las ETTs.
Esto ha situado la actividad de las ETTs bajo la lupa de la Inspección de Trabajo, sin que hasta ahora esto hubiera supuesto una merma en su actividad, al menos en lo que se refiere a los datos de contratos de puesta a disposición. La duda es por qué el cambio en el formulario ha provocado un desplome de este tipo solo en los contratos de puesta a disposición en todas las categorías que no son eventuales por circunstancias de la producción. La duda es si ha habido algún problema con el cambio del sistema y formulario de registro de los contratos de puesta a disposición o si el problema estaba en los datos anteriores.
Desde Trabajo se recuerda que los datos mensuales son «provisionales» hasta que se publique el dato anual definitivo (aunque las cifras no suelen variar demasiado). Pero a priori afirman que «no se han detectado errores» en el registro de diciembre. «Se monitorizará la evolución de los datos, para subsanar cualquier anomalía que, eventualmente, pudiera detectarse», incide el departamento en respuesta elEconomista.es.
Desde Asempleo, la patronal del sector, no entienden todavía el motivo de esta caída en la actividad. Consultados por elEconomista.es la patronal comenta que este cambio en la manera en que se recogen los datos de los CPD es posible que haya tenido un impacto sobre los datos publicados por el Sistema de Gestión de Empresas de Trabajo Temporal (SIGETT). «Sin embargo, esto es algo que corresponde y deben aclarar tanto la autoridad laboral como el propio SIGETT», inciden. Una de las grandes empresas del sector, Eurofirms, por su parte comentan que prefieren «no hacer un juicio de estos datos dato que se trata de datos provisionales y que podrían cambiar en el futuro».
El retroceso en los contratos de puesta a disposición no se aprecia en otras variables que mide la estadística. Así, las cesiones de trabajadores, que estima el número de personas puestos a disposición de las empresas usuarias, llegó en diciembre a los a 168.000, un 24% menos que en diciembre y un 6% menos que un año antes. Este dato procede también de las «relaciones de contratos de puesta a disposición».
Pero los trabajadores contratados por las ETTs para suministrar estos contratos de puestas a disposición sumaron 132.652, un 9% más que hace un año. En el conjunto del año, el número de estos trabajadores contratados por empresas de trabajo temporal para ser cedidos a sus clientes fue de 726.403, un 3,4% más que en 2023. La media de afilados se sitúa en 206.764, un 2,85 más que en 2023.
Por su parte, la cifra de contratos fijos discontinuos celebrados por las empresas de trabajo temporal en diciembre (y que registran los servicios públicos de empleo) subió un 6%, hasta los 26.878, con un comportamiento es similar al del año pasado. Eso sí, el acumulado en el conjunto del ejercicio, 315.000 contratos, es un10,7% menor al de 2023, si bien la explicación puede estar en que las ETTs no han necesitado hacer tantos contratos de este tipo como el año pasado, ya que, a diferencia de los temporales, los fijos discontinuos se quedan.
En todo caso, los datos de diciembre, de confirmarse en los próximos meses, arrojan una radiografía del negocio de las ETTs más acorde con el impacto de la reforma laboral y los propios análisis de empresas del sector. Sin embargo, el hecho de que la revisión no se haga de manera retroactiva empaña el análisis de lo sucedido en los últimos tres años.