¡NO VAMOS BIEN! SIN UNA REFORMA LABORAL RIGUROSA NO ES POSIBLE UNA REFORMA DE LAS PENSIONES CREIBLE

El futuro está por escribir ahora y quedan muchos capítulos por delante en un libro que siempre genera expectación cuando no vértigo y desazón.

 

Pocos debates suscitan tanta polémica como el futuro de las pensiones. En el horizonte asoma ya la jubilación de la generación de los ‘baby boomers’, momento que ocupa y preocupa a dirigentes políticos y, cómo no, a los millones de trabajadores que temen que su futuro y su pensión no estén garantizados.

 

La gente confía en la Seguridad Social para cobrar la pensión, y ciertamente las pensiones públicas se cobrarán, aunque no manteniendo el nivel actual.

 

Para afrontar el futuro, hay que mirar el presente, que es el punto de partida. Tenemos por delante la jubilación de la generación más numerosa que ha habido en España (1957-1977), con una media de 670.000 nacimientos/año. No es una cifra baladí pues en un sistema de reparto las pensiones se pagan con las cotizaciones actuales. La pensión de los ‘baby boomers’ la tendrán que pagar las generaciones que estén cotizando en ese momento con sus cotizaciones, es decir, con sus sueldos.

LOS TRES RETOS

Además del reto demográfico, partimos de otro reto económico porque en estos momentos ya existe un déficit importante, ya que las cotizaciones no cubren las pensiones que pagamos actualmente. No sólo eso, sino que se añade el reto del mercado de empleo porque muchos ‘baby boomers’ tienen carreras laborales largas, con salarios elevados, sin olvidar que es una generación que vive más años que las anteriores, en resumen: más pensiones, más altas, y durante más años.

REFORMAS DE LA MANO

Ineludiblemente una buena reforma del sistema de pensiones pasa por una reforma del sistema laboral, lo que se debería traducir en una estabilidad salarial que permita que las personas que trabajan perciban salarios más altos (y por lo tanto cotizaciones también más altas). Los retos son estructurales y las reformas también deberían serlo, y no simples “tiritas” cuando se precisa intervenciones de quirófano. Es preciso tener el coraje suficiente para tomar decisiones que ineludiblemente tendrán de forma inmediata un coste electoral si no se explican las cosas con rigor (¡y no parecen estar los tiempos para esas filigranas!)

 

El sistema público de pensiones es sostenible si se toman medidas encaminadas a asegurar un trabajo decente. Mientras la pensión media se incrementa un 30%, el salario medio solo sube un 3%. Todo pasa por los salarios y la realidad es que en 2022 serán más vulnerables que las pensiones

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