El Gobierno envía hoy lunes 16 de enero una carta, a través del ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, para informar a los casi 10 millones de pensionistass de la subida de las pensiones contributivas.
Cabe recordar que en el caso de las pensiones no contributivas, es decir, las gestionadas por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), en colaboración con las comunidades autónomas, mantienen la subida del 15% aprobada a mitad del 2022, lo que supondrá de media unos 70 euros más al mes.
El ministro titular del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, dirige unas palabras a los pensionistas en las que les comunica el alza del 8,5% aprobada para este año, en función del primer bloque de la reforma de las pensiones que fue aprobado en diciembre de 2021. Justo en este sentido, es de vital importancia saber que este mes de enero no se cobrará la ya conocida como ‘paguilla’ de las pensiones, puesto que la nueva fórmula de revalorización, que para este año utiliza los datos de la tasa de inflación comprendido en el periodo entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022. Y es que, desde 2018 hasta 2021, estas prestaciones sociales se revalorizaron de acuerdo al Índice de Precios al Consumo (IPC), con la finalidad de compensar los gastos del ejercicio siguiente gracias a esta ayuda compensatoria.
Pero en 2022 los precios han subido un 8,5% y las pensiones lo hicieron 2,5% y esa desviación es íntegramente a costa de los pensionistas sin poder resarcirse de ella.
Escrivá asegura en la notificación, que los jubilados “no perderán poder adquisitivo”. Y es que la elevada tasa de inflación en 2022 marcó un récord de precios en décadas, lo que se fue aún más notable durante los meses de verano, marcado por el precio de la factura de la luz y el coste del gasóleo. En agosto del año pasado, superó la barrera de las dos cifras. En concreto, alcanzó un 10,4%. Sin embargo, cerró el año por debajo del 6%. En concreto, marcó un 5,7% en diciembre.
“Sean cuales sean las circunstancias, debe tener la certeza de que la protección del poder adquisitivo de su pensión está siempre asegurado gracias a la Ley 21/2021 aprobada a finales de 2021”, subraya el ministro Escrivá en la misiva. Además, también se hace alusión a la segunda reforma de las pensiones, que a se fragua desde el seno del Gobierno de España, con el objetivo de que llegue a Bruselas antes de que acabe enero.
En la carta, el ministro señala que su departamento trabaja para “reforzar” y “modernidad” el sistema de pensiones, que debería de haberse aprobado en diciembre del año pasado. Sin embargo, apunta que la reforma “está ya casi concluida” con “medidas importantes para que nuestro sistema de pensiones sea más sólido y equitativo”. Asimismo, otro punto a tener en cuenta es que los pensionistas tendrán que esperar hasta finales de febrero para ver reflejadas las subidas en sus cuentas bancarias correspondientes a enero de 2023. Los bancos suelen abonar las prestaciones entre los días 24 y 25 de cada mes, en función de la entidad financiera a la que pertenezca el receptor.
Ahora que el PSOE ha anunciado la creación de una oficina para combatir lo que denominan bulos de la derecha, puede ir poniéndola a punto en el Ministerio de la Seguridad Social, donde la máquina vendehumos de Escrivá trabaja sin descanso.
Utilizar las pensiones como arma electoral es miserable. Y contar verdades a media también. Y puestos a escribir cartas a los pensionistas, también podría el ministro Escrivá cumplir con la ley y enviar a los futuros pensionistas la famosa carta naranja que llevan años esperando.
Se trata de la carta que debe informar a los ciudadanos que se acercan a la jubilación sobre la pensión que recibirán en el futuro. Es una información que la propia ley de la Seguridad Social obliga a dar. Pero hasta ahora ningún Gobierno se ha atrevido a dar el paso.
Como Escrivá está convencido de que su reforma despejará todas las dudas sobre el futuro de las pensiones, no se entiende por qué no envía la carta a los futuros pensionistas. En la mayoría de los países de la Unión Europea ya se hace.
Y este Gobierno que está obsesionado con homologar todo con Europa, podría aplicarlo en el caso de la carta naranja también.
Pero no, seguro que esa carta no se atreve a escribirla.