“LAS INCÓMODAS VERDADES DEL BARQUERO” DE ESCRIVÁ, TÉCNICO METIDO A POLÍTICO

Tanto criticar que los políticos nos hablen como si fuéramos lelos, pero al que elabora reflexiones complejas se le crucifica en el altar de los sacrificios sin contexto

 

Si hay algún sector sensible, es el de los pensionistas. Hay miedo a que el sistema público de pensiones no sea sostenible y, como hay ese miedo, cualquier palabra que se diga provoca llamaradas en la hoguera de la opinión pública.

 

El ministro de la Seguridad Social parece no encontrar su sitio en la política. Tampoco en el Gobierno. Su perfil técnico le ha causado ya varios disgustos. Algunos sostienen que el ministro de Seguridad Social sabe siempre lo que dice, que nunca da puntada sin hilo y que tras lo que sostiene a menudo hay un motivo oculto no excesivamente evidente. La mayoría de los expertos en estas cuestiones creen que tiene notables cualidades técnicas, aunque ninguna habilidad política, y que es solo por eso por lo que no mide, no calibra y no atina con sus manifestaciones públicas. Pero el mundo está lleno de gente que, sin tener la cualificación técnica de Escrivá, entiende perfectamente el significado de sus palabras.

 

Escrivá llegó al Gobierno desde la Airef y anteriormente del servicio de estudios del BBVA. En los dos sitios escribió y mucho sobre las pensiones. Algunas de sus ideas son las que intenta transmitir cuando le sale su vena técnica y, claro, a las pocas horas se ve en la obligación de rectificar y casi siempre lo hace culpando al mensajero. “Se me ha entendido mal” es ya un clásico en el ministro.

 

Es obvio que reformar el sistema de pensiones no es tarea fácil. Son muchos los votantes y los afectados, de hecho toda la población, que tarde o temprano cobrarán una pensión pública. La cuestión es cómo hacer comprender a los ciudadanos que el sistema es una bomba de relojería y que cualquier reforma que quiera sostener el sistema pasa por rebajar la cuantía de las pensiones y por trabajar más y más personas.

 

Escrivá sabe que la sociedad no está preparada para que le digan la verdad e intenta soltar pildoritas, a modo de globos sonda, que lo que genera es desconfianza y un caos en el seno del Gobierno.

 

Algún día, algún gobierno tendrá que hincarle el diente a este asunto, quizás el más importante que tiene España y, como ya han hecho otros países, convertirlo en un asunto de Estado, llegar a un gran consenso de verdad y abordarlo repartiendo el coste político que sin duda tiene. Darle otra patada al balón sólo sirve para retrasar lo inevitable: el sistema se cae a trozos, tal y como está ahora mismo es inviable, insostenible y los ciudadanos tienen derecho a saber qué ocurrirá con su pensión y poder tomar decisiones a futuro. Es cierto que la Unión Europea nos exige cambios, pero muchos dudan de que se remate la reforma por la vía actualmente tomada. Habrá que ver si el dinero de Europa y sus condiciones realmente obligan a Sánchez a darle la transformación que necesita.

 

1.- 07/12/2020. PRIMERA “VERDAD INCÓMODA”

Cálculo de la pensión con las bases de cotización de los últimos 35 años en vez de los 25 años actuales

Escrivá propuso ampliar de 25 a 35 años cotizados el plazo que se tiene en cuenta para calcular la cuantía de la pensión. No obstante, se podrían excluir, de dicho periodo los 2 años de cotización más negativos. Esta medida supondría en términos generales un recorte de las futuras pensiones iniciales, ya que lo lógico es tener carreras laborales ascendentes con salarios (y cotizaciones, por lo tanto) bajos al inicio y crecientes a medida que pasan los años. Ese recorte se estimaba en una reducción del 6%. Era un primer paso para que las pensiones se calculen con toda la vida laboral, como pasa en la mayoría de los países de nuestro entorno pues es lo más equitativo actuarialmente.

 

Esta propuesta figuraba en un borrador que Escrivá planteó al resto de ministros del área económica del Gobierno, en el seno de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos (CDGAE) como una medida para contribuir a ajustar las cuentas de la Seguridad Social.

 

Sin embargo, el socio del Gobierno de coalición, Unidas Podemos,  manifestó su rechazo a la propuesta y alegó que todo lo que no sea mejorar el nivel adquisitivo de los pensionistas será “ir hacia atrás”. También fuentes sindicales indicaron que sería “inadmisible” una propuesta de este tipo. “Esperamos que no sea cierto y que ni siquiera sea un globo sonda”, apuntaron.

 

En realidad, en el acuerdo adoptado por el Pacto de Toledo no se hace referencia expresa a alargar el periodo de cómputo (tampoco lo contrario) pero sí a estudiar que los trabajadores pueden elegir “los años más favorables” para la determinación de la base reguladora de la pensiónAnte las presiones recibidas todo quedó en “agua de borrajas” no vaya a ser que el “patio de colegio” en el que se ha convertido el Gobierno de coalición se alborote en exceso

 

2.- 01/07/202. SEGUNDA VERDAD INCÓMODA

Los “babyboomer” deberán reducir la cuantía de su pensión o trabajar más tiempo

El mismo día en que se firmó “a bombo y platillo” y con todo lujo de festejos el acuerdo con los agentes sociales sobre el denominado primer bloque de la reforma Escrivá de las pensiones, el propio ministro en una intervención en TVE soltó a propósito del futuro Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) que sustituirá al derogado en el acuerdo al Factor de Sostenibilidad de la mini reforma del PP de 2013, que nunca llegó a aplicarse, que: “Este mecanismo, que sustituirá el factor de sostenibilidad del PP y aún está por debatir, supondrá un “ajuste moderado” para la jubilación de la generación del baby boom, aquellos nacidos entre mediados de los 50 y de los 70. Podrán elegir probablemente entre distintas opciones. Una puede ser un pequeño ajuste en su pensión, que sería muy moderado, o alternativamente podrían trabajar algo más. Tenemos todavía que concretar”, respondió.

 

Escrivá explicó que la intención del Ejecutivo consiste en que la generación del baby boom, mucho más numerosa respecto a la generación que le sucede, “asuma algo del esfuerzo que hay que hacer durante un periodo de tiempo” en el sistema público de pensiones.

 

Aunque el ministro se volvió a retractar de sus palabras y aseguró que solo eran “reflexiones“, los sindicatos CCOO y UGT, y también las patronales de empresarios, salieron a rechazar este enfoque con sendos comunicados. “La definición del nuevo factor de sostenibilidad, en sustitución del actual, que ha quedado supeditada a una futura negociación, debe sustentarse en la equidad y la solidaridad intergeneracional evitando, en todo caso, que recaiga solo sobre algunas generaciones la sostenibilidad del sistema“, respondieron CEOE y Cepyme. “Los sindicatos pensamos que hay márgenes de actuaciones en los ingresos, sin ajustar las prestaciones, porque ya hemos desplegado otras medidas en el primer acuerdo para garantizar la sostenibilidad del sistema”, afirmaron desde CCOO

 

Ante la polémica causada por sus palabras, Escrivá compareció en el Pacto de Toledo a principios de julio y resumió el debate existente. “La disyuntiva es: ¿esto se paga con impuestos, que lo pagan todos? ¿O podría contemplarse la posibilidad de mecanismos más selectivos?”, apuntó. El ministro es partidario de la segunda opción y, por sus palabras, parece que con un enfoque más centrado en la contención del gasto.

 

Lo cierto es que la tarea más inmediata para el Ministerio de Seguridad Social pasa por concretar el citado MEI, pues el Gobierno quiere que esté incluido en el proyecto de ley del primer paquete de pensiones. Los planes son: negociarlo con los agentes sociales, que esté listo antes del 15 de noviembre e introducirlo en el texto legal vía enmienda.

 

3.- 25/09/2021 TERCERA VERDAD INCÓMODA

Escrivá pide un «cambio cultural» para trabajar más entre los 55 y los 75 años

Escrivá, en una entrevista concedida al diario Ara aseguró que en España “hace falta un cambio cultural» para seguir la tendencia europea de trabajar cada vez más entre los 55 y los 70 o 75 años

 

Para defender su postura, Escrivá ha alegado que, por razones demográficas y de calidad de vida, ahora «se puede trabajar más» y que, en este sentido, España es una anomalía en el entorno europeo porque «no solo no seguimos esta tendencia sino que reducimos la proporción de mayores de 55 años en activo». Un fenómeno que se ha intensificado con los ajustes de plantilla que han llevado a cabo grandes empresas y entidades financieras durante la pandemia, al proponer salidas incentivadas con primas.

 

La cascada de reacciones no se hizo esperar y fue más amplia que en anteriores ocasiones, ya que incluso el portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez, se desmarcó del ministro, al afirmar que el Gobierno no tiene “ahora mismo” intención de “avanzar” en retrasar la jubilación a los 75 años y circunscribió al ámbito de la “voluntariedad” cualquier posible prolongación de la vida laboral

 

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, pidió cautela a Escrivá y recordó que elevar la edad de jubilación no forma parte del acuerdo de Gobierno, por lo que reclamó no generar más tensiones en un país que lo está pasando mal. El coportavoz de Podemos, Pablo Fernández, fue por su parte más duro y subrayó que “el Gobierno no va a contar nunca con los votos de Unidas Podemos ni para ampliar la edad de jubilación ni para reducir las pensiones. Lo tenemos muy claro, con nuestros votos no pueden contar para eso“, insistió Fernández preguntado por las palabras del ministro.

 

Tras el revuelo generado por sus palabras, Escrivá rectificó con un hilo en Twitter, donde sostuvo que “España tiene una edad de jubilación adecuada que no es necesario modificar“, pero insistió en la necesidad de aplicar incentivos a la jubilación demorada que así lo deseen puedan trabajar más allá de la edad ordinaria de jubilación.

 

“En ningún caso planteo la necesidad de trabajar hasta los 75 años como algunos sugieren“, agregó Escrivá, quien recordó la necesidad de “acercar la edad efectiva a la ordinaria de jubilación y mejorar la empleabilidad de los mayores de 55″, sin que ello implique modificar la edad legal del retiro. “Recomiendo la lectura completa de la entrevista para evitar interpretaciones erróneas de la misma“, quiso zanjar el ministro.

 

El ministro Escrivá vuelve a tener razón. Por más que esta frase suene cada vez más impopular, incluso dentro de su Gobierno, el caso es que los datos se la dan. En España las empresas expulsan a los trabajadores mayores de 55 años más a menudo y con más impunidad que en otros países.

 

¿QUÉ PREFERIMOS: TÉCNICOS O TRILEROS?

El éxito de los trileros se basa en desviar la atención. Que la gente mire hacia un sitio diferente y no hacia donde se está realizando el truco. Una vez desviada la atención, todo es posible. A falta de talento y valentía política, la única forma de convencer a la población de que tiene que trabajar más y cobrar menos pensión es ser un buen un buen trilero. Y como en la política española no abundan ni el talento ni la valentía, lógicamente se opta por el “trilerismo”.

 

Es evidente que España tiene un problema con las pensiones y que para arreglarlo hace falta dinero, ahora bien ¿nadie se ha preguntado si al menos parte de ese dinero se podría obtener ahorrando en otras cosas?  España pierde entre 60.000 y 90.000 millones de euros al año por la corrupción, según las diferentes fuentes que lo han estudiado en profundidad, pero lo importante es que en España hay mucha corrupción, mucho fraude y ambos cuestan mucho dinero.

 

Pero en España no solo hay corrupción. Aquí somos los campeones del gasto político. Muchas actividades públicas están duplicadas o triplicadas, con decenas de organismos haciendo lo mismo a nivel estatal, autonómico y municipal. Hay varios estudios al respecto, que cifran ese gasto entre 10.000 y 20.000 millones de euros al año.

 

Pero más que la cifra exacta de cuánto podríamos ahorrar, pues ante la inexorable perspectiva de tener que trabajar más y cobrar menos, muchos españoles preferirán cerrar chiringuitos. Probablemente a la hora de la verdad no seamos capaces de ahorrar más de 10.000 o 20.000 millones al año. Pero además de ser un buen “pico” es un. a cuestión de principios: si el error ha sido de los políticos, de su mala gestión y de no haber previsto y actuado a tiempo, lo justo es que el esfuerzo sea compartido.

 

Para desviar la atención también se dice que “nos obliga la Unión Europea“. No es cierto: la Unión Europea lo que quiere es que equilibremos nuestras cuentas. Cómo lo hagamos, es cosa nuestra. Si junto a un compromiso de ajuste en las pensiones se incluye otro de ahorro en gastos inútiles y la UE sabe perfectamente que aquí hay muchos y si el compromiso va acompañado de sanciones por incumplimiento, ya verán como no ponen inconveniente.

 

Así que si los políticos van a hacer caer el peso del despilfarro y la falta de previsión sobre los hombros de los ciudadanos, lo menos que pueden hacer es decir la verdad de una maldita vez.

 

 

¡¡¡ HASTA LA PRÓXIMA VERDAD, … AUNQUE DUELA !!!

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