La palabra que más se escucha sobre la propuesta de la reforma de la pensiones es histórica. Así han calificado la reforma de las pensiones las tres partes que este miércoles 15 de marzo han cerrado el acuerdo: el Gobierno, CCOO y UGT. Aunque aún quedan unos pequeños detalles por cerrar el Ejecutivo y los sindicatos han consagrado las líneas maestras del modelo de pensiones de jibilación en nuestro país durante las tres próximas décadas. Y lo han hecho con la llamativa ausencia de la patronal (CEOE y CEPYME) que se han desmarcado de un pacto que sube progresivamente las cotizaciones sociales y con el aviso del PP que la reformará.
Escrivá defiende que su reforma asegura la viabilidad del sistema hasta 2050 a costa de una mayor contribución de los salarios. Según el Gobierno y los sindicatos, el envejecimiento de la población y la jubilación de la generación del baby boom, más numerosa y con sueldos más elevados que las precedentes, solo dejaba dos alternativas para asegurar el futuro de las pensiones: o se recortaban o se incrementaban los ingresos. Una vez descartada la primera tras la vinculación con el IPC, la única opción, dicen, era optar por la segunda.
Escrivá, ha explicado que el segundo tramo de la reforma, que cuenta con el aval de Bruselas, será un «ejemplo internacional» para los otros siete países comunitarios que afrontan procesos similares, entre ellos Francia e Italia. El acuerdo, que primero se selló el pasado jueves 9 de marzo en el seno de la coalición de Gobierno (PSOE y UP), se apoya en un incremento de los ingresos de la Seguridad Social que permitirá equilibrar el aumento del gasto previsto para los próximos años.
Una vez que el texto sea aprobado en el Consejo de Ministros, algo que sucederá en una reunión extraordinaria que previsiblemente se celebrará este jueves 16 de marzo, el Gobierno podrá solicitar a Bruselas el cuarto desembolso de los fondos europeos de recuperación Next Generation. Con la parte técnica resuelta, la política versará sobre la convalidación del real decreto que se prvé entre en el Congreso antes de que finalice el mes de marzo.. El PP y Vox ya han anunciado que votarán en contra y el PNV que la apoyará.
El Gobierno ha salvado el obstáculo del incremento de los periodos de cómputo con un sistema flexible que permitirá elegir entre los 25 años actuales o 29, pero con el descarte de los dos peores. Según el Ejecutivo y los agentes sociales, el aval comunitario demuestra la vocación de permanencia de la reforma. Escrivá también ha ironizado sobre los recientes estudios que ponen en cuestión los cambios introducidos, como los de los institutos BBVA Research o Fedea y reconoce: “Son cálculos apresurados, oportunistas, sacados con cálculos en el ordenador personal en una casa, no es serio. Me maravillan las estimaciones sobre algo que lleva meses y meses de trabajo, cálculos y métricas, cuando ni siquiera se ha divulgado el texto completo, cómo son capaces de hacer estimaciones tan rápidas y en horas” El ministro se ha mostrado «dispuesto a discutir con números encima de la mesa», pero no ha aportado cifras aunque se le ha preguntado dos veces por ello.
El PP reformará la propuesta de Escrivá
El Partido Popular reformará la actual propuesta del Gobierno sobre pensiones, al entenderla como un «impuesto al trabajo y al talento» que, a su juicio, no servirá para garantizar la sostenibilidad del sistema a largo plazo. El vicesecretario de Economía de los populares, Juan Bravo, ha desgranado la hoja de ruta que emplearía el PP si logra llegar al Gobierno, un plan que pasaría por la creación de empleo, la captación de talento externo y medidas que incentiven la natalidad.
No obstante, desde el PP evitan aclarar si, en caso de llegar a la Moncloa, mantendrían la cuota solidaria dirigida a las rentas más altas y han incidido en que dicha cuota de solidaridad puede ser incluso viable se combina con otras que reduzcan la de los gastos, pues la única solución al problema no puede ser la creación de un impuesto al trabajo. Censuran la falta de información por parte del Ejecutivo pues no pueden opinar sobre una propuesta de la que no tienen ningún dato.
El vicesecretario de Economía ha planteado los ejes básicos sobre los que el PP desarrollaría su contrarreforma: la creación de 1,7 millones de puestos de trabajo, que se traduciría en un ingreso por valor de 16.000 millones en cotizaciones sociales, la necesidad de atraer a talento extranjero de los llamados «nómadas digitales» y la solución del problema de la natalidad