Alerta sindical por el repunte de siniestralidad entre los trabajadores con contratos fijos discontinuos, que alcanza el 34% del total y es la que registra ya una incidencia más alta. Un dato que confirma que los accidentes laborales en los contratos temporales siguen teniendo una incidencia superior a los indefinidos, aunque el año pasado -el último con datos anuales-, la brecha se ha reducido más de 50 puntos. En el año 2021, los contratos temporales tenían una incidencia un 73% superior a los indefinidos; en 2023, esa diferencia se ha reducido al 20%.
Así lo pone de manifiesto CC OO en su último informe sobre siniestralidad laboral y enfermedades profesionales correspondiente al año 2023, que constata que el fijo discontinuo es ya la modalidad de contrato con una incidencia más alta de accidentes de trabajo (AATT), con baja en jornada, y releva al contrato temporal a tiempo completo tras la reforma laboral de 2021. La incidencia total de los accidentes con baja en jornada cayó un 4,8% en 2023 frente a 2022, un descenso que es del 3% si se compara con 2021, antes de la aplicación de la reforma laboral.
La incidencia de la siniestralidad en el conjunto de los contratos temporales en los dos últimos años alcanzó el 22%, mientras que en los indefinidos se ha experimentado un incremento del 12% con un alza del 34% en el fijo discontinuo. “Parece evidente que la relevancia que el contrato fijo discontinuo ha alcanzado a partir de la reforma laboral se refleja también en las estadísticas de siniestralidad. Hasta 2021, la modalidad con mayor incidencia de AATT con baja en jornada era el contrato temporal a tiempo completo, pero en 2023 este puesto ya lo ocupa el fijo discontinuo”, apunta el estudio, que achaca a “la rotación laboral uno de los mayores factores de siniestralidad”.
Otra de los datos que destaca el informe es el aumento de la duración media de los partes por enfermedad profesional y que ha pasado de 60 días en 2012 a 107 días en 2023, un aumento que vinculan, entre otros aspectos, al retraso en el diagnóstico de las patologías. “El motivo puede ser el del retraso en el diagnóstico de estas patologías, con lo que las personas afectadas llegan más deterioradas al tratamiento, prolongándose su tiempo de recuperación”, argumenta el informe.
En total, el año pasado se produjeron un total de 1,19 millones de accidentes de trabajo, de los que in itinere fueron 590.293, un 1,1% menos que en 2022. Mientras, la incidencia de los accidentes con baja en jornada disminuyó un 4,8%. Sin embargo, el estudio llama a analizar este dato “con prudencia”, ya que el descenso en términos absolutos se debe, fundamentalmente, a la enorme disminución respecto a 2022 de la notificación de accidentes por covid-19 en las actividades sanitarias y de servicios sociales. Por eso apunta que si se descontaran los casos de covid, 2023 mostraría un aumento de los accidentes con baja en jornada tanto en términos absolutos como en índices de incidencia. De hecho, “un buen número de secciones de actividad ya muestran en 2023 repuntes en su incidencia”.
En este sentido, en un 36% de los partes de accidentes con baja en jornada se indica la falta de evaluación de riesgos en la empresa, “una obligación legal desde el año 1996”, destaca CC OO.
El sindicato ha denunciado que un 33% de los accidentes de trabajo mortales en jornada se produjeron en empresas donde no existía evaluación de riesgos laborales, un porcentaje que asciende al 36% en el caso de los accidentes laborales con baja en jornada, lo que indica la “falta de evaluación de riesgos en la empresa”. Asimismo, alertó de la falta de registro de las enfermedades profesionales y del sesgo de género en las mismas en perjuicio de las mujeres.
El indicador que sí ha disminuido con mayor fuerza es el de muertes por accidentes laborales, con una caída de 105 óbitos. La incidencia de los accidentes con baja in itinere acumulan un tercer año de crecimiento tras su hundimiento en 2020 producto de la pandemia. “Todo apunta a una estabilización, pero situándose a un nivel ligeramente inferior al del periodo prepandémico”. Esta mejora también se debe en buena medida al teletrabajo.
En concreto, el descenso de la incidencia en los mortales ha sido del 16,6%, una reducción de la siniestralidad que CC OO considera “una buena noticia, pero todavía no supone que nos encontremos ante la solución de un sistema preventivo español que se ha deteriorado desde el inicio de la crisis económica en 2008”. Para el sindicato, las cifras de 2023 pueden apuntar una menor temporalidad en el mercado laboral, algo que creen prematuro para dar por ratificada esa hipótesis. “Lo que ya parece más asentado es un proceso de traslación de incidencia desde la contratación temporal a la contratación indefinida”, defiende el estudio.
Asimismo, advierte de que la precariedad incrementa las posibilidades de sufrir un accidentes de trabajo. “El tipo de contrato siempre ha sido un factor determinante en la siniestralidad y actualmente estamos empezando a ver los efectos de la reforma laboral en la misma”, ahonda el sindicato, que incide en que las peores condiciones de trabajo se reflejan en la siniestralidad entre los extranjeros, que tiene una mayor incidencia, especialmente en el caso de los procedentes de Guinea Bissau, Ecuador y Marruecos, quienes casi duplican la incidencia media. De igual manera, los accidentes también aumentan en función de los colectivos asociados a menores ingresos y cualificación profesional, llegando a multiplicarse por 486 la incidencia entre los profesionales de apoyo en finanzas y matemáticas (41) y los peones de las industrias manufactureras (16.565).
“Es significativo que todos los países africanos cuyos datos aparecen en las estadísticas oficiales superan el índice general, algo que también sucede en buena parte de los de Latinoamérica y tres países europeos: Portugal, Rumanía y Bulgaria. Los datos de siniestralidad por nacionalidad se mantienen a lo largo de los años, por lo que la especial incidencia de la población migrante es una característica estructural en España”, especifica el estudio.
De igual manera, los accidentes también aumentan en función de los colectivos asociados a menores ingresos y cualificación profesional, llegando a multiplicarse por 486 la incidencia entre los profesionales de apoyo en finanzas y matemáticas (41) y los peones de las industrias manufactureras (16.565). Islas Baleares y Navarra destacan en la incidencia de accidentes temporales con baja en jornada, mientras que Cataluña y Madrid registran los valores más bajos de la serie, que desde el sindicato han apuntado que se puede deber a que “no se hace una buena gestión de los partes de accidentes de trabajo”.
Fuente: La Razon El contrato fijo discontinuo, líder en siniestralidad tras la reforma laboral (larazon.es)