EL BCE ALERTA DE LA BOMBA DE RELOJERÍA DE LAS PENSIONES EN ESPAÑA

Nuestro país tiene poco margen de maniobra, debido a su elevada deuda, y peores perspectivas, por su invierno demográfico.

 

El servicio de estudios del Banco Central Europeo ha alertado del grave problema de sostenibilidad que enfrentan los sistemas de pensiones de reparto en un continente lastrado por el envejecimiento de la población y el declive del crecimiento económico. Con menos cotizantes y más jubilados, muchos los países europeos se estarían encaminando a un auténtico precipicio fiscal.

 

El siguiente gráfico alerta del fuerte descenso esperado en el número de europeos que participan activamente en el mercado de trabajo. Esta rúbrica habría tocado techo en 2020 y experimentará un recorte de quince puntos porcentuales durante los cincuenta próximos años. En cambio, la población de mayor edad superará el número de trabajadores en activo en torno a 2030-2035, abriendo una brecha cada vez más grande entre quienes cotizan y quienes pensionan.

El BCE en su informe expone:

“La Eurozona ha entrado en una era de cambios demográficos drásticos (…). La disminución de las tasas de natalidad y el aumento de la esperanza de vida están provocando un aumento en el número de jubilados medido en relación con el número de trabajadores. Durante la próxima década y media, esta tendencia se amplificará, a medida que la generación del baby boom se jubile y la cohorte de trabajadores en activo se reduzca con más fuerza (…). Se prevé que la tasa de dependencia de las personas mayores alcance casi el 54 % en 2070 (…). Si no se aborda esta cuestión, el envejecimiento progresivo de la población supondrá una carga para las finanzas públicas en la zona del euro, dado el papel relativamente importante de los sistemas de pensiones y de atención de la salud, financiados esencialmente con fondos públicos. Los desafíos de sostenibilidad de la deuda que pueden surgir se derivarían del aumento del gasto público relacionado con el envejecimiento, cuestión que será particularmente preocupante en los países con deudas más altas”.

 

En este sentido, conviene recordar que la deuda pública de numerosos países europeos ya está en niveles muy delicados. En España, sin ir más lejos, hemos visto cómo las obligaciones del Tesoro se disparan del 40% al 120% del PIB entre los años 2008 y 2022. Por lo tanto, el margen de maniobra será muy pequeño conforme se consolide el cambio a peor esperado por el BCE.

Como vemos en el siguiente gráfico, España figura en el peor cuadrante, puesto que presenta mucha deuda y costes crecientes en lo referido al gasto en pensiones de jubilación. Solo están peor que nosotros Italia, Portugal, Bélgica, Francia y Croacia. La otra cara de la moneda la tenemos en algunas de las economías más liberales de Europa. Así, Alemania, Irlanda, Finlandia, Holanda, Luxemburgo y los países bálticos aparecen en el “cuadrante de la esperanza”, puesto que tienen menos deuda y un escenario más manejable en lo referente al desafío demográfico y el control del gasto público en pensiones.

El estudio concluye con “una clara advertencia:

“Para protegerse de las consecuencias económicas y fiscales adversas derivadas del envejecimiento de la población, es necesario acumular “colchones” de ahorro fiscal cuando llegan los buenos tiempos económicos, así como mejorar la calidad del gasto público y aplicar reformas estructurales que favorezcan el crecimiento (…). Se necesitan, además, nuevas reformas en el sistema de pensiones que animen a los trabajadores a posponer su jubilación”.

 

ENLACE AL INFORME DEL BCE (en inglés)

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