Conflicto intergeneracional. “España no es un país para jóvenes, pero tampoco es un país para viejos”

Es frecuente escuchar que España no es un país para jóvenes y también lo opuesto, que España no es un país para viejos, lo cual nos lleva a preguntarnos: ¿para quién es entonces España?

 

Estas afirmaciones nos llevan a reflexionar sobre la actual estructura del tejido productivo español, la gestión empresarial y las carencias de capital humano, todos estos factores ya en necesaria transición hacia una economía del conocimiento. La solidaridad intergeneracional es casi imposible sin empleo, empleo para todos, especialmente jóvenes y menos jóvenes.

Una vez derogado el Factor de Equidad intergeneracional (FEI), que nunca llegó a entrar en vigor, como se pretende en el Anteproyecto de Ley del denominado Primer Bloque de la reforma Escrivá de las pensiones se sustituirá  por el Mecanismo de Equidad Intergneracional (MEI) por recomendación del Pacto de Toledo de 2020

Será la hora de la verdad, de la efectiva solidaridad intergeneracional para no trasladar al futuro las facturas de las jubilaciones de las cohortes comprendidas entre 1957 y 1977, los llamados ‘baby boomers’. En la mesa de negociación del nuevo curso, tendrá que estar presente un enfoque estructural a largo plazo, en el que primen los intereses generales y, especialmente, los de las generaciones futuras.

Sería imperdonable como país no aprovechar la oportunidad de una correcta aplicación de los fondos europeos para generar futuro y no consumir el presente, creando nuevos empleos, empleos basados en la tecnología y el conocimiento que siempre acabarán creando más empleos de los que destruyen y también de mayor calidad.

Será necesario generar un marco normativo abierto y flexible, en el que todos ganen, para que cada día un mayor número de personas quieran y puedan permanecer activos más tiempo y generando riqueza para toda la sociedad.

 

Tenemos que interiorizar que si vivimos más años tendremos que trabajar y cotizar por más tiempo, pues en caso contrario nuestras pensiones individuales serán menores y para el resto de nuestra vida.

 

Generemos empatía intergeneracional. Las generaciones más jóvenes y las menos jóvenes no son sustitutivas sino complementarias. Cada generación debe aportar lo mejor de sí misma y trabajar juntas en equipos diversos en el mencionado marco de la economía del conocimiento.

 

Afortunadamente, vivimos más años y años más saludables, y en esta sociedad más longeva debemos ser conscientes de la necesidad de compartir con las generaciones futuras ese regalo de la longevidad y por ello permanecer más años activos.

Será necesario generar un marco normativo abierto y flexible, en el que todos ganen, para que cada día un mayor número de personas quieran y puedan permanecer activos más tiempo y generando riqueza para toda la sociedad.

 

Tenemos que interiorizar que si vivimos más años tendremos que trabajar y cotizar por más tiempo, pues en caso contrario nuestras pensiones individuales serán menores y para el resto de nuestra vida.

Debemos exigir a nuestras instituciones políticas y sociales que estén a la altura de este enorme desafío colectivo que representa aunar el compromiso de todas las generaciones, nos va mucho en ello.

 

Solo una sociedad optimista respecto a su futuro puede sobrevivir unida.

 

El sistema de pensiones no nos puede fallar.

Fuente: El Confidencial

 

 

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