El presidente de la asociación de autónomos (ATA), Lorenzo Amor, no tardó en rechazar la propuesta, calificándola de «sablazo», y alertó de que será una gota más «en un vaso que ya rebosa», acusando al Gobierno de legislar sin tener en cuenta la realidad de los autónomos y de las micropymes. Los datos reflejan un cambio de tendencia en el último año, con la primera destrucción de empleo por cuenta propia desde la pandemia.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), los ocupados autónomos, tanto si tienen como si no tienen trabajadores a su cargo, bajaron de las 3.212.200 personas en 2023 a las 3.206.500 en 2024. Esto supone una destrucción de 5.700 puestos autónomos en el último año, algo que no ocurría desde 2020, cuando se perdieron alrededor de 16.200 trabajadores autónomos, según se desprende de su Encuesta de Población Activa (EPA).

Según los datos de Eurostat, que se nutre de las encuestas de población activa que realizan los INE de cada país y los hace comparables entre sí utilizando los mismos conceptos y definiciones, el empleo autónomo cayó un 0,1% en 2024, con la desaparición de 4.400 y una reducción de este colectivo hasta las 3.127.800 personas. De nuevo, fue la primera caída en el número de trabajadores por cuenta propia desde 2020.

Alemania, que atravesó una recesión económica con dos caídas anuales consecutivas en su Producto Interior Bruto (PIB), y España fueron las dos grandes economías de la UE que destruyeron empleo autónomo. En el conjunto de la Unión Europea los autónomos aumentaron un 0,2% con Francia como motor, donde se ganaron 163.000 trabajadores por cuenta propia en el último año, según la oficina estadística europea.

La evolución de los autónomos en 2024 contrasta con la del empleo asalariado, que aumentó en alrededor de 475.000 personas en España según el INE y Eurostat. El resultado es una pérdida de peso de los autónomos en el mercado laboral: representan ya sólo un 14% de todo el empleo que hay en España, el mínimo histórico desde la serie que arranca en 1986. Son 2,5 puntos menos que hace diez años.

Según los datos mensuales de afiliación a la Seguridad Social, en septiembre el número de personas inscritas en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) eran 36.211 más que un año antes, pero con caídas focalizadas en algunos sectores como el comercio (-13.400), la agricultura y ganadería (-2.100), y la industria manufacturera (-1.700). Su evolución, más moderada que la de los asalariados, hace que representen alrededor de un 15% de los cotizantes, el peor dato en un septiembre de la serie.

«Estamos viendo que en el último año han cerrado 14.000 autónomos del comercio en nuestro país. Hemos visto que han cerrado industrias, hemos visto que ha cerrado gente de la agricultura, hemos visto que está cerrando gente en el transporte. Vamos a trabajar todo lo que sea posible para que este sablazo no vea la luz en el año 2026″, señaló Amor este martes en una entrevista en Telecinco.

La subida de cotizaciones propuesta por el Gobierno forma parte de la reforma del RETA aprobada en 2022 por el Congreso y que entra en vigor por etapas, concluyendo en 2032, cuando los autónomos cotizarán por sus ingresos reales. Una reforma que fue negociada con los agentes sociales, pero entonces sólo se conocía la modificación hasta 2025. Para los próximos tres años, Seguridad Social propone incrementos anuales en todos los los tramos de entre el 4% y el 35%.

El PSOE se queda solo 

La propuesta se ha topado ahora con la oposición de la patronal. El presidente de ATA ha retado al Ejecutivo a mejorarla o llevar al Congreso la propuesta planteada mediante un real decreto ley, descontando que su debilidad parlamentaria hará que no prospere. Junts, PP y Vox ya han advertido que la tumbarán. Incluso Sumar ha rechazado la medida, dejando al PSOE solo en el Congreso y con el único apoyo social de los sindicatos.

La ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, ha defendido este miércoles la propuesta recordando que «en 2022, autónomos, sindicatos y patronal firmaron un acuerdo para cotizar por ingresos reales, es decir, por lo que cobran. Un acuerdo que se ratificó en una ley, que por cierto salió gracias a los votos a favor el PP». «El Gobierno ha planteado una propuesta progresiva para llevar a cabo lo que ya se acordó y se votó, así que pido al PP menos hipocresía, porque ellos fueron los primeros que lo votaron», ha añadido.

Desde el punto de vista fiscal, los cálculos de ATA a través de la cuota propuesta por Seguridad Social para cada tramo, apuntan a un incremento de la recaudación de 1.900 millones de euros en cada uno de los tres años. Es decir, alrededor de 5.700 millones de euros más al final del periodo respecto a este año. Se acerca ya al impacto que se esperaba cuando se planteó y aprobó la medida en el marco de la reforma de pensiones, con José Luis Escrivá al frente del Ministerio. Una medida por la que se recibieron fondos europeos.

Desde Seguridad Social recuerdan que antes de 2022 el 85% de los autónomos cotizaba por la base mínima y reciben de media hoy 650 euros menos de pensión al mes que un trabajador por cuenta ajena. En este sentido, defienden que «eso se corrige cotizando por lo que se cobra exactamente, como el resto de los trabajadores de este país, y es lo que les permite estar protegidos ante una eventual baja, permiso de paternidad, o el cierre de su negocio». Según sus cálculos, un autónomo medio doblará su derecho a paro (de los 670 euros al mes a los 1.360 euros) y el permiso por paternidad o maternidad (de los 970 euros a los 1.940 euros).

Fedea ya alertó de que esta reforma, que se enmarca también entre las medidas para mejorar la sostenibilidad del sistema público de pensiones, en un primer momento elevará los ingresos de la Seguridad Social, pero las mayores cotizaciones generan un incremento gradual de las cuantías de las nuevas pensiones que va reduciendo el efecto neto de la reforma sobre las finanzas del sistema hasta revertir su signo de 2064 en adelante. Es decir, generará más gasto y déficit a largo plazo.