Las reformas en búsqueda de la sostenibilidad de los sistemas de pensiones en Estados Unidos, Alemania y España combinan desde el ahorro infantil a la flexibilización laboral
Las principales dificultades son la de la viabilidad política de las medidas propuestas
La disminución del ratio de trabajadores activos por jubilado ejerce presión sobre los sistemas de pensiones, que enfrentan crecientes dificultades para su sostenibilidad financiera y social. La problemática impacta en la calidad de vida de las generaciones mayores.
Los sistemas públicos de pensiones, diseñados en contextos históricos muy diferentes, se encuentran frente a un desgaste estructural agravado por la expectativa de vida creciente y la reducción de tasas de natalidad. La necesidad de reformas profundas resulta ineludible para evitar déficits fiscales insostenibles y recortes bruscos en beneficios futuros.
Estados Unidos, Alemania y España ejemplifican modelos de respuesta con enfoques distintos aunque convergentes en reconocer la urgencia de adaptar sus sistemas. Unos proponen desde el trabajo compatible con la pensión y nuevas formas de cotización (ingresos) hasta otros que apuestan por incentivos al ahorro privado desde la infancia,
Envejecimiento y sostenibilidad global
Los sistemas de pensiones enfrentan un envejecimiento poblacional acelerado que modifica su equilibrio financiero original, pues la proporción de trabajadores activos respecto a los jubilados disminuye en forma sostenida. Esto reduce las contribuciones netas y aumenta la demanda de beneficios sociales. La dinámica amenaza la viabilidad de las prestaciones establecidas.
En Alemania, el ratio contributivo ha caído de 2,7 por pensionista en 1992 a 1,3 estimado para 2050. En Estados Unidos, se proyecta que los ingresos de la Seguridad Social cubrirán solo el 85% de las prestaciones hacia 2030. La presión fiscal sobre generaciones activas aumenta en paralelo.
España, por su parte, presenta un ratio contributivo cercano a 1,8 trabajadores activos por pensionista, con una población envejecida que exige cada vez mayores recursos. El gasto estimado en pensiones públicas para 2025 alcanza los 216.000 millones de euros, equivalente al 12,9% del PIB.
En Alemania, el gobierno ya destina más de 116.000 millones de euros anuales para cubrir brechas financieras. Mientras, en España el incremento constante de las transferencias del Estado al sistema de pensiones alcanza los 60.000 millones y así este gasto limita otras inversiones públicas.
Además estos factores demográficos (aumento de la longevidad y baja natalidad) se conjugan con cambios en modelos laborales y de vida. La mayor movilidad laboral impacta en los esquemas contributivos. Son realidades que exigen políticas públicas capaces de adaptarse a esas condiciones sociales y económicas.
ESTADOS UNIDOS
El sistema estadounidense redefine el viejo modelo de tres pilares añadiendo un cuarto basado en el trabajo flexible durante la jubilación que busca conjugar la reforma de la Seguridad Social, la estabilidad de los ingresos privados y nuevas formas de participación laboral en la vejez.
Incluye una reforma que combina el aumento progresivo de la edad de jubilación con una fiscalidad más progresiva y pretende la conversión de los planes 401(k) en instrumentos de ingresos estables, mediante el uso de anualidades y bonos escalonados todo ello para ampliar la inclusión de opciones financieras más seguras y predecibles para los jubilados. También se introduce el concepto del trabajo flexible en la jubilación eliminando trabas fiscales.
ALEMANIA
Alemania enfrenta un sistema de pensiones público tensionado por la baja proporción de cotizantes frente a jubilados y la creciente esperanza de vida. Como medida proactiva, ha presentado una iniciativa singular que incentiva el ahorro privado desde la infancia para complementar l
as pensiones públicas. La propuesta establece que niños entre 6 y 18 años de edad reciban un aporte estatal mensual de 10 euros. El dinero se destinará a una cuenta de inversión para la jubilación. Los rendimientos generados estarán exentos de impuestos hasta la edad de retiro, y el dinero solo podrá retirarse al alcanzar dicha edad legal.
Financiando múltiples generaciones simultáneas el costo aproximado de esta medida alcanzaría los 1.000 millones de euros anuales,. Sin embargo, especialistas critican la limitada cuantía del aporte y señalan que su impacto para garantizar una jubilación digna resulta insuficiente si no va acompañada de otras reformas estructurales profundas en el sistema público.
Además, Alemania estipula otras medidas complementarias como la jubilación activa, que permite trabajar sin perder la pensión ni pagar impuestos sobre ingresos hasta un monto establecido. La legislación prevé también incrementar la edad de jubilación a 67 años en 2031 para ajustar la sostenibilidad.
La combinación de políticas refleja un enfoque para preparar a las próximas generaciones frente a un escenario demográfico adverso, aunque no remedia la insuficiencia financiera inmediata del sistema público.
ESPAÑA
El sistema español enfrenta una presión creciente debido a una tasa de dependencia alta y a condiciones laborales que dificultan la contribución estable de jóvenes y mujeres.
A pesar de reformas importantes en 2011 y 2013, persisten preocupaciones sobre la sostenibilidad financiera a mediano y largo plazo. Además la precariedad laboral y las trayectorias laborales (y contributivas) discontinuas afectan en especial a los trabajadores jóvenes y mujeres, lo que genera futuras pensiones inferiores. La situación constituye un desafío para la equidad del sistema.
El objetivo es incentivar a trabajadores mayores a prolongar su vida productiva con un doble propósito de aliviar el déficit y mantener ingresos activos. Entre las medidas recientes, destaca la promoción de la jubilación activa, de la jubilación demorada y de la jubilación reversible (flexible).
El debate nacional continúa abierto sobre posibles reformas más amplias, que incluyan ajustes en la edad legal de jubilación, mecanismos automáticos de ajuste vinculados a la esperanza de vida y revisión del sistema de cotizaciones, en búsqueda de un equilibrio fiscal y social duradero.
VIABILIDAD POLÍTICA
Los tres países comparten limitaciones como la baja natalidad y la limitada integración migratoria. La situación afecta la capacidad de rejuvenecer la fuerza laboral y garantizar sostenibilidad a largo plazo..
La diferente intensidad política y social refleja la complejidad de implementar reformas profundas. Estados Unidos debate intensamente sobre fiscalidad y recortes, Alemania lidia con tensiones partidistas sobre edad de retiro, y España enfrenta el desafío adicional de precariedad laboral que dificulta la ampliación de bases sólidas de cotización.
Las reformas a la Seguridad Social enfrentan obstáculos políticos significativos. La imposición de nuevas tasas fiscales (cotizaciones) y la reducción de la cuantía de las pensiones generan resistencias, que deben sortear debates sobre impactos sociales.
El entorno político influye en el ritmo y alcance de las reformas, dado que la opinión pública es sensible a posibles recortes o aumentos impositivos que afectan a grandes sectores. La necesidad de consenso podría limitar la implementación de cambios estructurales profundos.
Fuente: Ahorro infantil y trabajo flexible: sistemas de pensiones se adaptan – Cambio16