En el mes de diciembre, la pensión media de jubilación de las nuevas altas en el régimen general ascendió a 1.559,32 euros brutos.
597.665 nuevas altas. Esta es la cifra que da la página web de estadísticas de la Seguridad Social (por cierto, muy completa) para el pasado año. Son 110.000 más que hace quince años. En 2007, por ejemplo, accedían al cobro de una prestación 487.830 nuevos pensionistas; el pasado año
Entre 2013 y 2023 (tomando como buenas las previsiones incluidas en los Presupuestos Generales del Estado para este año), el gasto en pensiones contributivas y clases pasivas ha pasado de 118.216 millones de euros a 187.195 millones. Mientras tanto, lo recaudado vía cotizaciones pasaba de 105.863 millones a 152.075. Como vemos, en un caso ha subido en casi 69.000 millones, mientras que en el otro apenas lo ha hecho en algo más de 46.000. O lo que es lo mismo, hay 23.000 millones de descuadre extra en una década.
Como, además, tienen derecho a pensiones mensuales más altas, esto va elevando la factura mensual. Detrás del incremento del gasto en pensiones está un pura cuestión demográfica, y todavía no ha llegado el gran impacto del baby-boom.
En los últimos días dos titulares han captado nuestra atención: en primer lugar, el montante de la nómina de las pensiones de enero, que se situaba en los 11.902 millones de euros para las pensiones contributivas (a esto habría que sumarle, si queremos tener el dato completo de lo que gasta el Estado en prestaciones asociadas a la vejez, lo correspondiente a clases pasivas). Es una gran subida respecto a enero de 2022 en buena medida impulsada por la revalorización de las prestaciones conforme al IPC.
El segundo titular ha sido todavía más comentado: hace referencia a esa pensión máxima que, por primera vez, supera los 3.000 euros al mes.
Siendo todo esto relevante, probablemente lo es menos que lo que tiene que ver con el número de pensionistas y la pensión media que estos cobran. Lo que han generado las altas y lo que dejan de cobrar los que fallecen. Éstas son las grandes cifras:
El número de altas ha ido subiendo de forma paulatina en la última década. De los apenas 500.000 nuevos pensionistas que comenzaban a cobrar una prestación en 2005 estamos ya rozando los 600.000. Y es casi seguro que superaremos esa cifra este año.
La segunda tendencia también es clara: las pensiones de los recién jubilados son entre 200 y 250 euros más elevadas que las de aquellos que dejan de cobrar (la gran mayoría, por fallecimiento). De hecho, la reforma de 2011 ha conseguido controlar algo el incremento de la pensión media de las nuevas altas. Porque eso es lo que se busca con las reformas que se han aprobado hasta ahora en España, controlar el gasto: bien recortando las prestaciones de los nuevos jubilados o bien retrasando la edad en la que estos empiezan a cobrar una pensión.
En el mes de diciembre, la pensión media de jubilación de las nuevas altas en el régimen general ascendió a 1.559,32 euros brutos. En catorce pagas, hablamos de 21.830 euros. Según la última Encuesta Anual de Estructura Salarial publicada por el INE con datos de 2020, el salario medio en nuestro país se situaba en los 25.165 euros, con un salario mediano de 20.920 euros. En resumen, que esa percepción de que el pensionista medio (si es nueva alta y del régimen general) cobra más que el trabajador medio… no está tan lejos de la realidad.
El repunte de natalidad en España comenzó a finales de los 50 y se intensificó en los 60 y comienzos de los 70. Esos trabajadores todavía no se han jubilado. Cuando lo hagan, todo se complicará todavía más. Habrá un millón más de jubilaciones en la próxima década que en la anterior. Además las tendencias sociales tensionarán más la parte financiera ya que, por ejemplo, cada vez hay más mujeres que llegan a su edad legal de jubilación con derecho a pensiones contributivas, algo que hace 15-20 años no eran tan habitual.
Fuente: Libre mercado