Los expertos piden copiar el modelo de pensiones británico de forma gradual

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Nuestro sistema de reparto era válido cuando se creó, con una tasa de sustitución del 80%, pero ahora debemos asumir la realidad, más allá de visiones partidistas, con transparencia e información”, aseguró Sergio Miguez, fundador y director general de Alternative Ratings.

Una opinión que compartió Gregorio Gil de Rozas, responsable de Pensiones de Willis Towers Watson y presidente del Instituto de Actuarios Españoles, para quien “el largo plazo no está presente” en el debate de las pensiones.

“Nadie discute que tenemos un problema, pero no se plantean soluciones. Pero si no cambiamos el modelo se va a producir una caída de las pensiones del 30%. Y si no tomamos nosotros las medidas, las tomará Europa. Nos llamarán agoreros, pero es nuestra misión”, remarcó.

Para Diego Valero, presidente de la consultora Novaster, sobre el tema de las pensiones se han creado muchas falacias, como el esfuerzo contributivo realizado por los trabajadores, cuando “la Seguridad Social paga de media el doble de lo aportado”, o el valor del incremento de las prestaciones por jubilación, que “están pagando los hijos y nietos, que cobran menos que los jubilados”.

Valero descartó que el envío de la conocida como carta naranja, que debe de servir a los trabajadores para informar de la cuantía de su prestación por jubilación, tenga sentido, porque “en Suecia el 60% de la gente la tira a la basura”. A su juicio, el problema consiste en querer que los trabajadores se adapten al sistema, cuando debe de ser al revés. “Existen sesgos cognitivos y emocionales que afectan a la comprensión del tema de las pensiones” porque el largo plazo no es algo que esté en la mentalidad de los ciudadanos. “Preferimos consumir a ahorrar”, apuntó.

Modelo de Reino Unido

Gloria Hernández, socia de finReg 360, comentó que el modelo impulsado en Reino Unido, donde los trabajadores por defecto cuentan con un plan de pensiones privado donde realizan aportaciones mensuales descontadas de la nómina -aparte de las pensiones públicas-, podría ser una solución plausible, algo que el resto de participantes también vieron con buenos ojos.

“En el actual entorno de tipos negativos, los planes de pensiones se han convertido en uno de los mejores productos financieros, dado que los incentivos fiscales aportan un extra de rentabilidad, comparado con cualquier otra opción de inversión. Además, gracias a que se trata de inversiones a largo plazo, son las que nos permiten asumir un mayor riesgo y, por tanto, tienen una mayor rentabilidad esperada. Por todos estos condicionantes es importante empezar a ahorrar cuanto antes en planes de pensiones”, apuntó Xabier Blanquet, director de Soluciones de Ahorro de Banco Sabadell, para quien una de las medidas más eficaces podría ser impulsar los planes de empleo y que fuesen obligatorios.

Para Valero, descontar parte del salario por parte de la compañía para canalizarlo a planes de pensiones dirigidos a las empresas es la solución óptima para vencer la reticencia de la mentalidad cortoplacista al ahorro a largo plazo. “Si cuando una persona comienza a trabajar, empieza a destinar parte de su sueldo a un plan de empresa, una pequeña parte, ni se entera”, pero consigue una revalorización a largo plazo. “En Reino Unido no se estableció de golpe. Hubo un comité de expertos que lo diseñó. Aquí el Pacto de Toledo podría hacer lo mismo, pero también con expertos”, recalcó el presidente de Novaster.

Gregorio Gil de Rozas cree que las empresas y los sindicatos a través de la negociación colectiva deben dar un paso al frente para impulsar los planes de empleo, algo que siguen viendo como un coste en el caso de las primeras y como una reducción de su salario en el caso de los segundos. A su juicio, se podría comenzar destinando directamente parte del incremento salarial al ahorro de cara a la jubilación, lo que permitiría realizar aportaciones a los planes de empleo sin tener la sensación de estar perdiendo poder adquisitivo.

El sector financiero, según los participantes en el Observatorio, de elEconomista debería abanderar este cambio de mentalidad para que los asesores y comercializadores de planes de pensiones se sintieran motivados con convicción sobre la bondad de estas medidas. Blanquet señaló que Banco Sabadell ya ha puesto en práctica diversas medidas para potenciar el ahorro en pensiones entre sus empleados.

En el modelo de Reino Unido, los trabajadores aportan desde este año un 3% de su salario al plan de empleo de su empresa, mientras que ésta se hace cargo de un 4% adicional y el Estado de un 1% en forma de subsidios. Los empleados pueden darse de baja desde el principio, aunque el empleador tiene la obligación de recordar la opción de afiliarse de nuevo. El escaso número de bajas que se producen indica el éxito del modelo, sobre todo entre los trabajadores más jóvenes.

Estos porcentajes podrían ser considerados excesivos para comenzar a implantar este sistema en un país como España, donde el salario medio se encuentra entre los más bajos de los países avanzados de Europa, pero podría comenzar a aplicarse con una cuantía menor, según los expertos. “Tendría que ser poco a poco, de forma gradual en el tiempo, porque salvo situaciones de extrema pobreza, todo el mundo tiene capacidad de ahorro”, señaló Valero.

Sergio Miguez puso sobre la mesa la necesidad de incrementar la cultura financiera de los españoles para fomentar el ahorro sistemático de cara a la jubilación, algo que podría contar con otros instrumentos para canalizar el dinero más allá de los planes de pensiones. “¿Por qué tenemos que encasillar a la gente y no podemos crear productos más ambiciosos guiados por el asesoramiento financiero, como las cuentas ISA británicas”, preguntó.

Las individual savings accounts permiten invertir hasta determinada cantidad anual con ventajas fiscales, tanto en acciones como en fondos de inversión, entre otros instrumentos financieros. Y se han convertido en uno de los vehículos más populares en Reino Unido de cara a la jubilación.

“Hay que potenciar el concepto de ahorro a largo plazo más que el producto en sí, teniendo en cuenta que los planes de pensiones cuentan con mala fama. Así evitaríamos la tiranía de los ranking de los planes por rentabilidad, que son cortoplacistas, porque ser conservador a largo plazo es ser perdedor”, destacó el presidente de Novaster.

Para Gloria Hernández, el modelo inglés no es incompatible con la existencia de un modelo público y aseguró que la mala fama de los fondos de pensiones privados no se sustenta en la realidad de los datos, ya que la rentabilidad media anual ponderada del total de planes se sitúa en el 3,28% a 25 años, según Inverco.

Ladrillo por inversión

Otra de las cuestiones que se plantearon durante el encuentro fue la de cómo se puede cambiar la mentalidad de los españoles respecto a la inversión en activos financieros, teniendo en cuenta que la compra de vivienda ha canalizado la mayor parte del ahorro disponible. Una situación que ha llevado a las personas mayores a contar con una vivienda en propiedad pero no disponer de recursos líquidos suficientes para su jubilación.

Productos como las hipotecas inversas están tratando de ofrecer una solución, en este sentido, aunque el reto para el sector financiero es cómo convertir en liquidez los activos inmobiliarios, según apuntó Xavier Blanquet, director de Soluciones de Ahorro de Banco Sabadell, quien puso de ejemplo como en su entidad han buscado propuestas como ResiRent, una innovadora solución que consiste en financiar los recursos necesarios para el pago de la residencia privada o de un cuidador en un domicilio distinto al habitual, y a cambio el cliente cede la posesión de su vivienda, no la propiedad, para su alquiler.

Soluciones que, en el caso de las pensiones, pasan por transformar también el concepto de lo que significa ser conservador en las inversiones a largo plazo. La socia de FinReg expuso en este sentido como el trabajo de los asesores financieros para ayudar a sus clientes a tener una visión más a largo plazo puede encontrarse con las trabas que impone la regulación que, tratando de proteger los intereses del inversor a muy corto plazo, impone una visión de los mercados muy mediatizada por el concepto del riesgo a asumir, algo que nadie querría hacer si no conoce los ciclos económicos.

En este sentido, los tests de idoneidad que deben pasar todos los inversores cuando acuden a su entidad financiera o firma de asesoramiento no facilitan este cambio de mentalidad, a juicio de los participantes en el Observatorio, al poner el foco en conceptos como conservador y arriesgado en lugar del horizonte temporal necesario para alcanzar los objetivos financieros.

Xavier Blanquet destacó, además, la dificultad que encuentra un inversor con conocimientos normales de finanzas para comprender los elementos claves de un vehículo de inversión, lo que se suele conocer como KID (Key Information Document), como el folleto de un fondo.

Esta situación afecta a la hora de perfilar a los clientes, ya que de sus respuestas en los test de idoneidad y su comprensión de la documentación puede terminar con un perfilado que no se corresponda con sus necesidades financieras y temporales de largo plazo. “Se están introduciendo sesgos en los perfiles, porque no todo el mundo interpreta la realidad de la misma manera”, subrayó Valero. Algo que, con un entorno de tecnificación de las relaciones entre firmas de inversión y clientes y de sobrerregulación, puede llegar a ser contraproducente.

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