Los más de 8,5 millones de pensionistas no saben, a fecha de hoy, cómo se revalorizarán sus pensiones el próximo año. El pacto entre el anterior Gobierno del PP y el PNV fijó una revalorización del 1,6% para todas las pensiones (y de un 3% para las mínimas y asistenciales) para 2018 y 2019. El posterior Ejecutivo socialista se limitó a respetar y aplicar este acuerdo. De esta forma, la ley que desde 2014 obliga a revalorizar las pensiones un 0,25% anual mientras la Seguridad Social estuviera en déficit quedaba en suspenso hasta 2020
Si bien, en paralelo, los Grupos Parlamentarios llegaron a un acuerdo en el pacto de Toledo para volver a revalorizar las pensiones anualmente lo mismo que el IPC. Pero los socialistas no llegaron a modificar la ley en este sentido. Por ello, si antes no se toma otra decisión, en 2020 la ley indica que los 9,5 millones de pensiones existentes (alrededor de un millón de pensionistas tiene dos pensiones) volverían a tener una revalorización del 0,25%.
En este escenario, el director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), Ángel de la Fuente ha calculado cuanto cuesta al sistema de la Seguridad Social una hipotética revalorización del 2% de las pensiones un solo año y si esto se mantuviera durante el resto de la vida de los pensionistas que lo cobran.
En el primero de los casos, De la Fuente ha hecho el ejercicio calculando el coste de dicha revalorización con el gasto en pensiones contributivas de la Seguridad Social y de clases pasivas (funcionarios) de 2017 (unos 135.000 millones de euros). Revalorizar todas esas pensiones un 2% costaría en un ejercicio 2.365 millones de euros. Pero dado que esa cantidad se queda consolidada en el sistema para todos los que la cobran y la esperanza de vida en España a los 65 años es de alrededor de 20 años, descontando los fallecimientos que se provoquen antes, el cálculo indica que el coste total de revalorizar un solo año un 2% las pensiones ascendería a unos 30.000 millones de euros o, lo que es lo mismo, 13 veces su coste inicial en un solo año.
Pero esta cantidad obedece solo a dicha revalorización durante un ejercicio, si este sistema de revalorización según la inflación se recuperara en la ley y se aplicara año tras año, este sobrecoste se elevaría, según los cálculos del director de Fedea, a os 327.000 millones al cabo de las próximas dos décadas, que sería la vida media de los potenciales beneficiarios.
Ante estas elevadas cuantías, De la Fuente cree que aunque el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones sea un objetivo deseable, “no puede ser la prioridad absoluta a cualquier precio”. Por ello propone que se analicen bien los costes y beneficios que supondría la vuelta a este sistema de revalorización –como quieren la mayoría de las fuerzas políticas incluido el PSOE– “y valorar la posibilidad de establecer algún tipo de limitación o salvaguarda a la indexación con el IPC”. O, en su defecto, introducir medidas compensatorias que ayuden a mitigar su impacto sobre el crecimiento del gasto en pensiones.