Pensiones: ¿y si las encuestas fueran ciertas?

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Llevamos ya algún tiempo leyendo artículos, informes y encuestas en las que se pone continuamente de manifiesto la necesidad de ahorrar para la jubilación, por la duda que suscita si la hucha de las pensiones será sostenible y/o suficiente en el futuro. Pero, además, y de manera algo más reciente, venimos observando que la preocupación por parte de la sociedad española, es cada vez mayor con respecto de este asunto, llegando incluso a impactar en los más jóvenes.

No pretendo aburrir al lector reproduciendo estadísticas, pero sí me gustaría destacar dos de ellas sobre las que merece la pena hacer una reflexión.

Empezaría con la estadística que indica que “el 70 por ciento de los españoles reconoce estar poco o nada informado sobre su futura jubilación. Solo un 6 por ciento cree estar muy informados”. ¡Sólo el 6 por ciento dice estar muy informado! Siendo serios, este dato es ciertamente preocupante. Demandamos información sobre cuál será nuestra pensión en el futuro, pero no sobre las alternativas que tenemos para ahorrar y complementar la misma de cara a nuestra jubilación.

La siguiente cifra indica que “aunque sólo el 27 por ciento de los españoles afirma disponer de un plan de pensiones privado, el 23 por ciento de los que actualmente no cuenta con esta alternativa, sí se plantea contratarla en un futuro. De la otra mitad de encuestados, un 30 por ciento de la totalidad declara no poder permitírselo, y el 20 por ciento restante no ve necesario escoger este tipo de servicios”. Analizando los datos, vemos que el 80 por ciento tiene o estaría dispuesto a tener un plan de pensiones privado, aunque lamentablemente este porcentaje no se ve reflejado en el número de partícipes de planes de pensiones que existen actualmente en el mercado.

Si las encuestan recogen de manera acertada las opiniones de los españoles, y éstas son favorables a contratar planes de pensiones privados, ¿qué es lo que no está funcionando correctamente?

No parece descabellado pensar que, en términos generales, adolecemos de una falta de cultura financiera que nos dificulta entender la situación que tendremos en el futuro y que, probablemente, nos daría el empujoncito que necesitamos para poner en marcha nuestro plan de ahorro para la jubilación.

La formación financiera debería tener su comienzo en las aulas de los colegios y estar adaptada a la capacidad de entendimiento de los alumnos. Recuerdo a un reputado profesional en el ámbito financiero y bursátil, explicando los secretos de la economía mediante el empleo de ejemplos con naranjas y manzanas, conceptos que quedaron perfectamente claros entre todos los oyentes con independencia de su nivel de conocimiento en la materia.

Ya hay numerosas iniciativas formativas e informativas impulsadas por el sector público y también privado, orientadas a distintos segmentos de edad, como por ejemplo, la iniciativa “Estamos Seguros” puesta en marcha por UNESPA, o la iniciativa “Finanzas para todos” de la CNMV y el Banco de España, dirigidas a acercar el mercado financiero y asegurador a todos los públicos. Y es nuestro deber ser parte activa de estas iniciativas, y colaborar en la divulgación de la información para que todos los ciudadanos puedan adquirir los conocimientos suficientes para poder tomar decisiones bien formadas.

Debemos continuar con esta labor en el futuro, aunque es durante nuestra etapa escolar, donde de manera más sencilla, se pueden inculcar estos conocimientos para que puedan ser desarrollados a lo largo de la vida de las personas. Es por ello, que incluir una asignatura de formación financiera puede ser un importante puntal de apoyo para el ahorro en materia de jubilación.

Además, sería muy conveniente que aprendiéramos a hacer una cuenta de explotación doméstica, así como la categorización de nuestros gastos, de forma que podamos conocer en qué gastamos nuestro dinero y cuál es nuestra capacidad de ahorro. Esto nos permitiría hacer una pequeña planificación financiera y poder tomar las decisiones oportunas en cada momento.

Ni qué decir tiene que hablamos de un nivel básico que podemos llevar a cabo empleando alguna de las innumerables herramientas disponibles, ya sea en un Excel o mediante el uso de una App, que pueden resultar de gran ayuda y facilitar la tarea más “engorrosa” de tener que introducir y categorizar los gastos. Para casos más complejos, siempre recomendaremos la ayuda de un asesor profesional, pero los datos más básicos, -ingresos menos gastos, y objetivos a corto, medio y largo plazo-, deberían ser conceptos dominados por la gran mayoría.

En conclusión, si el 80 por ciento de los españoles tiene o quería tener un plan de pensiones y el 70 por ciento afirma desconocer su futura pensión de jubilación, en palabras de Mao Tse Tung, y por si las encuestas tienen razón “es bien sabido que, al realizar una cosa, cualquiera que sea, a menos que comprendamos sus circunstancias reales, su naturaleza y sus relaciones con otras cosas, no conoceremos las leyes que la rigen, ni sabremos cómo hacerla, ni podremos llevarla a feliz término”.

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